Revista Vitral No. 56 * año X * julio-agosto 2003


PEDAGOGÍA

 

LA OBRA EDUCATIVA Y SOCIAL DE «EL LUGAREÑO»

PEDRO CAMACHO

Gaspar Cisneros Betancourt

 

Educación campesina y libertad a los esclavos

Obra educativa integral

La escuela de Nuevitas

Su pensamiento político

Para una valoración final

Fuentes bibliográficas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nació nuestro Gaspar el 29 de Noviembre de l803. Su padre: Don Diego Betancourt y Aróstegui, hombre de poca instrucción según el mismo Gaspar en carta al Conde de Pozos Dulces. Su madre: Doña Loreto Cisneros y Betancourt, mujer que al decir de su hijo: “leía mucho y tal vez tenía más libros que todas las demás señoras camagüeyanas de su tiempo (...) Mi madre se la lucía, por entonces en la tertulia de mi abuela Doña Luisa Rufina, que era una señora respetabilísima, y en cuya casa se reunían los personajes que visitaban Puerto Príncipe”.
“El Lugareño” salió en 1822 hacia Filadelfia, luego de un matrimonio con Rosalia González. Allá participó en la tertulia de Bernabé Sánchez; compartiendo con otros patriotas cubanos y latinoamericanos.
Al regresar a la Isla, Gaspar Betancourt Cisneros se establece de nuevo en Camagüey. Viene saturado de ideas de progresos, libertad y civilización; y la realidad de su pueblo es el estancamiento, la rutina y el aislamiento en medio de la Isla, inaccesible al intercambio de productos y de culturas. El escenario lo impresiona y decide luchar por el cambio de esa realidad. Sus proyectos se encaminan a transformaciones en la industria, la economía en general; lo educativo y lo social, todo se hará panorama activo para “El Lugareño”. Su amplio espíritu innovador, su generosidad y compromiso social lo llevaron a plantear la subdivisión de la propiedad territorial. Y para el fomento de la agricultura, la creación de escuelas, el mejoramiento de los cultivos, de nuevos métodos para la cría de ganado vacuno y caballar. Está claro que comprende la necesidad de las transformaciones económicas para el mejoramiento del territorio.
Es el problema social de la comarca camagüeyana reflejo de situaciones en su base económica, un punto vital en su afán de lucha, comprende que la suerte de la futura sociedad está en juego y su pluma recoge las necesidades de renovación y reorganización de los principales componentes de la población tanto de la Isla como de manera particular en Camagüey.
Como hombre de avanzado pensamiento es enemigo de la esclavitud y brinda solución, aconsejando que “se concentrara en el corazón de la Isla una población homogénea”.

Educación campesina y libertad a los esclavos

Sus ideas no son solamente palabras, para que otros las realicen; él une la predicación con su ejemplo de acción y en su hacienda de Najasa establece colonias, da lecciones gratuitas a los campesinos y promueve con su peculio la emigración de catalanes y canarios.
Pero, los hechos más importantes son: la libertad absoluta que da a sus esclavos y la fundación del ferrocarril de Puerto Príncipe a Nuevitas. Estas obras engrandecen su amplio programa de reformas intelectuales, morales y económicas. Todas ellas parten de la problemática social que él asumió.
Ya en 1853, presentó el primer proyecto de ferrocarril en Cuba, aunque por dificultades económicas no fue el primero en circular, ya que al ser inaugurado en 1846, existía el de La Habana a Güines que vino a ser el primero en Cuba. Su preocupación por el ferrocarril demostró su civismo y perseverancia, entendiendo que este proyecto tenía un gran alcance social, ya que no sólo es el transporte rápido, la comunicación como tal, es necesario tener en cuenta el servicio a la sociedad, al convertirse en medio para el desarrollo de las ideas y la evolución de la cultura, así lo palpó “El Lugareño”. Se enfrentó a los descreídos y lo hizo realidad para beneficio de puerto Príncipe.
Escenas Cotidianas es una obra de un profundo tratamiento social donde “El Lugareño” va analizando los graves problemas sociales que enfrenta Puerto Príncipe, y expone soluciones enmarcadas en el momento que vivió. En algunos textos se palpa el sentir de una burguesía ascendente (a la que él mismo perteneciera) y que trata de modelar costumbres en expresión social, como en el caso de las fiestas carnavalescas; en cuya crítica se mezclan el sentido común de una mejora ética y a través de esta misma, un toque clasista inconsciente, pero palpable; sobre todo a la distancia del tiempo.
El tratamiento a los problemas de la mujer, en La Gaceta de Puerto Príncipe de fecha 28 de Julio de 1838 está encabezada con estas palabras de Holbach: “Lo mismo que los príncipes, las mujeres son aduladas... del modo común de educarlas da entender que se teme que sean racionales” y agrega:
“En la ignorancia de los tiempos pasados era una especie de máxima camagüeyana, que las mujeres no debían saber otra cosa que cuidar una casa, hacer algunos medicamentos y guisos caseros, y remendar un túnico. Leer y escribir eran un contrabando y hasta se suponían siniestros fines en aprenderlo: hablar correctamente no era natural: idiomas y aritméticas eran cosas inútiles para quienes no habían de ser viajeros o comerciantes: historia, geografía, o algún tramo de ciencias naturales eran mirados como puras pedanterías en las mujeres”.

Obra educativa integral

En otro sentido patrocina el plan de estudios llamado: Proyecto de Seminario para Niñas, Ramos de Enseñanza.
Este proyecto, originalmente de José María Clairac presentaba un modelo, que según él; podía ser así o llevar algún cambio, entendiendo las dificultades que existían en la época, en la sociedad camagüeyana, que se dividía en PRIMARIOS Y SECUNDARIOS, y pretendía enseñar además de la religión cristiana, elementos de lecturas, gramática, aritmética, geografía y las artes del hogar, incluyendo la música vocal, instrumental y el baile, rompiendo con los prejuicios de la época respecto a la educación femenina. Como es lógico no encontró eco para materializar rotundamente este proyecto.

La escuela de Nuevitas

En 1841, fue nombrado Socio corresponsal de la Real Sociedad Económica del País en Camagüey (recordemos que era el foco principal de ilustración y cultura) honor que aprovechó para fundar una escuela en Nuevitas donde los alumnos recibirían completa enseñanza; entendía que la multiplicación de la enseñanza era el medio más eficaz para elevar la condición humana. En su artículo: “Remitidos”, a favor de la enseñanza, muestra el desaliento de los niños por la falta de estímulo para estudiar, la indiferencia pública y la de los padres o tutores que no llegaban a comprender que sólo el establecimiento de una educación correcta y comprometida prepararía a los niños y jóvenes para la conquista de una nueva sociedad. Su alto concepto de justicia lo lleva a rebelarse contra los premios de estimulación a los niños, comprende que el tratamiento de la sociedad a los discípulos no se corresponde con una pedagogía de avanzada, incluso llega a preocuparse por las antipatías, los celos y el falso tratamiento que según él no enaltecían ni educaban con amor, y vuelve a recordar, reprobándolo, lo que en su niñez su padre habló, y que refiere en su biografía: “La letra con sangre entra”.
En el artículo de 1838 sobre El San Juan, califica de manera clara como puntos flojos las manifestaciones de la cultura y la educación de esta fiesta, la más importante de la sociedad camagüeyana, donde critica las costumbres indecorosas; combate algunos bailes que considera inadecuados para el estado de la cultura camagüeyana en ese momento, y ensalza todo lo que enaltezca a la festividad heredada de la cultura española.
En relación con la familia, se observa en “El Lugareño” preocupación por la situación de las distintas clases sociales; comprendiendo que los ricos pueden echar mano a cualquier pobre, si es negro mejor, para que le sirva, preocupándose por el comportamiento social de estos pequeños, y se pregunta qué futuro les ha de esperar. También los padres de origen pobre se cuestionaban la labor de sus hijos para buscarse el pan de cada día, pero sólo podían aspirar a que laboraran en cualquier tarea doméstica o taller, para que con mucha suerte se prepararan para algún oficio y alertó a las autoridades para que impusieran a los padres modos para cumplir con sus derechos de paternidad. Es digno de detenernos en una cita de la sabia y antigua Grecia que “El Lugareño” hace: “El Gobierno debe crear y dirigir las buenas costumbres, lo mismo que aniquilar las malas; jamás hay una razón para que una cosa mala se perpetúe, la habilidad del Gobierno está en las medidas de prudencia y eficacia para destruir lo malo y fundar lo bueno”.
“Se observa una crítica fuerte y objetiva, más allá de lo que podía entender el Gobierno de la Isla, lo que nos muestra el alcance de su preocupación social.

Su pensamiento político

Departiendo con Antonio Abad Iznaga en Nueva York sobre las victorias de Bolívar, surge la idea de viajar a su encuentro y pedirle su cooperación en la liberación de Cuba.
El 23 de Octubre de 1823 zarpó del pueblo newyorkino la goleta Midas con destino a La Guaira, en Venezuela. A bordo iba una comisión integrada por Gaspar, José Antonio Miralla, José Aniceto Iznaga y Fructuoso del Castillo, con el objetivo de encontrar a Bolívar, a su arribo recibieron ayudas, que junto a otras gestiones en Estados Unidos encaminaron sus propósitos. En tierra venezolana los apoyaría jubilosamente el camagüeyano Francisco Javier Yánez, en aquel momento Presidente de la Corte Suprema de la entonces Colombia.
Luego de muchísimas dificultades, un miembro de la Comisión logró en Lima entrevistarse con Bolívar, quien le testimonia su deseo de liberar todas las Antillas. Mas, la posterior posición norteamericana respecto a Cuba expuesta por ellos en el Congreso celebrado en Panamá el 22 de Junio de 1826, dio al traste con los impulsos liberadores de este plan.
Este y otros hechos en torno, quitaron fuerza a los impulsos conspirativos dentro y fuera de la Isla.
Gaspar regresa a Camagüey en el año 1834, bajo la atenta vigilancia española comienza a desplegar todo su empeño patriota en labores civilistas y de promoción social. En 1846 vuelve a los Estados Unidos, pero su ideal político respecto a los caminos para alcanzar la libertad de Cuba tiene variaciones. Las luchas entre los hasta hace poco hermanos de armas de los pueblos suramericanos origina modificaciones en cuanto a sus valoraciones.
No obstante él, que se consideraba “progresista”, como lo expone en una de sus Escenas Cotidianas, específicamente en la Núm. 15, escrita en 1838, trabajó fuerte por la anexión de Cuba a los Estados Unidos, que a su decir “es un cálculo y no un sentimiento”; mediante el que pensaba lograr un cruzamiento racial que fortaleciera el elemento blanco de la población en Cuba. Sin embargo, es un hombre que libertaría a sus esclavos.
Varias gestiones anexionistas son emprendidas por cubanos; entre otras es fundada la “Junta Cubana” en New York, compuesta por Gaspar, Miguel Teurbe Tolón y Cristóbal Madan. También se formó una denominada “Comisión Patriótica”, que hizo gestiones anexionistas con el Presidente norteamericano de turno: James Polk, mientras el “Club de La Habana” negociaba con el general Williams Jenkins Worth para lograr su invasión a Cuba al frente de 5.000 hombres, pero no se pudo llevar a hechos.
En el 1848, junto a otros cubanos funda Gaspar el periódico “La Verdad”, para divulgar sus ideas anexionistas. Publicación que circuló hasta 1853 y que fue introducida clandestinamente en Cuba.
Antípodas en las ideas, su siempre calurosa amistad con José Antonio Saco nos testimonia en sus intercambios epistolares las posiciones y conceptos que manejaron ambos. Saco fue partidario del abolicionismo total, y de golpe; no gradual como propugnaba Gaspar.
Saco propugnaba la emancipación total de España, sin el cálculo anexionista de Gaspar, pero tampoco lograba los medios para ello.
En carta enviada desde París el 19 de Marzo de 1848 a su amigo “Narizotas” (como tildaba a Saco “El Lugareño”) Saco le dice que “la nacionalidad es la inmortalidad de los pueblos y el origen más puro del patriotismo”, y que en caso de anexión seríamos absorbidos por los Estados Unidos sin poder salir luego de ellos, entre otras reflexiones.
Desde New York, Gaspar le responde el 30 de Agosto de 1848 dirigiéndole una carta con el amigable encabezamiento de “Saquete mío”, en la cual le protesta las semillas étnicas de nuestra nacionalidad y clama por el cruzamiento racial con europeos, incluso árabes y de otras geografías, para contrarrestar el peso de los que “cantan y ríen al son de las cadenas”, a decir suyo.
En otra carta de 19 de Octubre de 1848 le expone:”la anexión, Saco mío, no es un sentimiento, es un cálculo (...).”
Todos los fracasos de la idea anexionista y la superación constante de este concepto como estrategia libertaria entre los luchadores cubanos, llevan a Gaspar a exclamar en un discurso en New Orleans en el año 1854: “La independencia nacional de Cuba es el primer artículo de nuestro programa revolucionario” (...) y dice más: “El Gobierno español en Cuba es el ladrón que roba y despoja a Cuba de todo cuanto tiene; pero el Gobierno de Estados Unidos el que la viola y deshonra. (...) a nombre del pueblo cubano, en el seno de esta Asamblea y en presencia de Dios, quiero dejar consignada nuestra solemne protesta contra el raptor y violador de Cuba.”
Al ser decretada una amnistía por el gobierno español regresa “El Lugareño” a su Camagüey en 1861. Llegaba con el dolor de haber perdido no hacía mucho a dos de sus tres hijos. Sin embargo, al año siguiente ya promueve la compra de un vapor que transportara ganado de Camagüey a La Habana, lo cual redundará en mejores condiciones competitivas para los ganaderos de la zona. Otras iniciativas lo ocuparon hasta el año 1866 cuando muere en La Habana.

Para una valoración final

Constante siempre contra el domino español, no contra su pueblo; como dijera en una de sus cartas a Saco, así como en sus iniciativas de promoción social en la economía, la educación, el adelantamiento de la mujer, los niños y los más pobres. Preocupado por la injusticia de la esclavitud, “El Lugareño” fue un cubano de positivo accionar social. A pesar de su estrategia equívoca en su ideal político libertario, con la anexión como cálculo; nunca como sentimiento, como también expresara en su epistolario a Saco.
La dialéctica de los hechos y la sinceridad de motivaciones lo llevan a aceptar el independentismo como recurso político en sus últimos años. El desengaño del propósito real del gobierno norteamericano fue esencial en esta toma de posición. Otras generaciones sembrarían sobre lo que él abonó hacia la independencia.
Si bien no tuvo la visión de otros en su tiempo, su vida estuvo bien lejos de cualquier mezquindad material o de cualquier otro interés de índole personal. Su ruta vital es un ejemplo de accionar desinteresado y bien comprometido por la tierra que lo viera nacer: Cuba y su Camagüey. Pero es mejor que sea su propio verbo el que testimonie su posición motivacional, expuesta en una de sus Escenas Cotidianas :
“No vacilemos, veteranos del siglo: la lucha entre progresistas y retrógrados camagüeyanos no puede ser dudosa. Los mártires del progreso renovarán la gloria de los mártires del cristianismo y su triunfo. Los progresistas queremos fundar escuelas y talleres en los puestos que hoy ocupan los retrógrados con billares y tabernas. Aquellos ilustran y enriquecen, estos estupidizan y empobrecen”. ¿Por cuáles se decidiría el pueblo?

Fuentes bibliográficas

Escenas Cotidianas ...Gaspar Betancourt Cisneros
El Lugareño....Conferencia de Domingo Besteiro
Cultura: Fondo de Historia... Centro “Nicolás Guillén”
Letras de Prto. Príncipe. Estudios del Siglo XIX...Dr. Luis Álvarez.

 

 

Revista Vitral No. 56 * año X * julio-agosto 2003
Pedro Camacho
Historiador y Poeta de Camagüey