Revista Vitral No. 56 * año X * julio-agosto 2003


GALERÍA

 

CARLOS MARRERO:
EL LATIDO DEL NUEVO CAMPO CUBANO

ARTURO MONTOTO Y OTROS

«Palmas Pihnast».

 

 

 

 

 

 

 

 

«Mariposa».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«Vitral».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«Romance de un guajiro»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



La obra de Carlos Marrero se inserta inconfundiblemente dentro de la gran tradición de la pintura cubana que arranca ya en los primeros paisajistas importantes de la época colonial, los cuales han sido tildados de folclorear la realidad del paisaje cubano con una visión romántica foránea. Y es que se olvida a menudo que, al fin y al cabo, ningún artista pinta la realidad objetiva, sino que lo representado es definitivamente una mezcla de aquello que conoce y ve, de aquello que ha devenido su imaginario, gracias al entorno específico y a las vivencias propias del artista. Todo arte es, de todos modos, una cuestión intelectual, una operación subjetiva. La mayoría de los artistas fabrican sus ficciones a partir de esquemas intelectuales, a partir de tradiciones ancladas.
Carlos Marrero no fabrica sus ficciones, él las crea, las descubre en su propio medio; él no es un hombre de ciudad o que vive en un medio citadino y viaja al mundo de los ensueños bucólicos de la campiña. No, definitivamente Carlos está inmerso en ese estado de gracia ingenua que no se confunde con el artista “naive”, porque Carlos ha cursado estudios académicos y es consciente de su quehacer, pero sí se nos acerca a ese mundo donde todo se confunde en una misma cosa: El paisaje es hombre y mujer, es sexo, es flor y es remolino, bien ubicado dentro de esa tradición barroca e idílica, muy próxima al otro Carlos, al legendario, pero siguiendo el pulso del tiempo, el latido del nuevo campo cubano.

Arturo Montoto

 

Mirando por la ventana abierta de nuestras palmeras:
Marrero descuella con una obra que, plásticamente alejada de sus primeras motivaciones, se dirige hacia motivos campestres, en concordancia con estímulos de una influencia netamente cubana, que en este caso lo estimuló a seguir mirando por la ventana abierta de nuestras palmeras, símbolo nacional.
Águedo Alonso
Las imágenes sensuales y voluptuosas de Carlos Marrero:

El versátil artista pinareño Carlos Marrero Pérez ha dejado su impronto en el quehacer con buen oficio y talento creador, en dibujos, pinturas y esculturas; aunque en la pintura con mayor sistematicidad crea, develando en sus paisajes autóctonos de nuestra bella isla, lienzos preñados de palmas, mujeres y flores; imágenes sensuales y voluptuosas que se transparentan en bellas composiciones con acertado ritmo y que les ofrecen a sus obras el discurso poético que, siendo muy personal, recuerda un tanto a Servando Cabrera Moreno y a nuestro Carlos Enríquez.

Lic. Ursulina Cruz Díaz.
Autora de dos Diccionarios Biográficos de las Artes
Plásticas Cubanas.

 

“En sus trazos, la libertad de la luz”

Carlos Marrero Pérez. Poeta del color, nació a la vera de estas colinas que rodean el bello escenario de Bahía Honda el 14 de julio de 1953.
Infancia agreste y encuentro, a los 11 años, con otro maestro del color, Ubaldo Pérez. De ahí permeado por la vocación y con los primeros rudimentos del oficio, ingresa en la Escuela Provincial de Arte en 1966 para egresar en 1970, ocasión en que comienza su profesión de Instructor de Arte en la Casa de Cultura de Bahía Honda hasta 1972 cuando matricula en la Escuela Nacional de Arte, en Cubanacán.
A la tutela de insignes maestros como Tomás Sánchez, Nelson Domínguez, Antonio Vidal, Manuel Castellanos, Orlando Llanes y otros alcanza la titulación en 1977. Desde entonces asume en sus obras el naturalismo como una nueva figuración de apasionado lirismo donde los temas acusan una mitificación creadora en alas de una luz caracterizadora de nuestros campos con un colorido armonioso y fresco.
Con un formato de grandes proporciones y una técnica de óleo sobre lienzo, el artista asume en sus cuadros el tema de la creación, de la vida en la transparencia femenina y cuya génesis se desborda tras las huellas de un Víctor Manuel, de un Carlos Enríquez o de un Servando Cabrera Moreno, porque quizás como dijera Teófilo Gautier: “Quien no ha imitado nunca, no ha sido nunca original”. Y qué estela más sensual y pródiga que la de estos maestros del arte cubano.
Carlos concibe nuestro paisaje en sus más genuinas y alucinantes representaciones. Es la alegría de colores que pugnan en sus trazos la libertad de la luz con el dominio explosivo en primer plano de los claros: rosas, azules, verdes. Espejismo maravilloso de la sensualidad alegórica en canto pictórico a las montañas, las palmas, la flora: rosas, orquídeas, girasoles y en diminutos trazos, hogares campesinos descubiertos por el sol tropical, mágico espejismo como en una leyenda de luz al hechizo de las pupilas. Son siluetas en una búsqueda de las raíces con insinuaciones locales y que en sus disímiles lecturas nos evocan un cuadro vívido y representativo del paisaje cubano.
No se trata de un debate entre la abstracción y la figuración, sino de una elección instintiva dispuesta a escuchar las voces de la naturaleza antes que el himno pictórico. Su universo artístico denota un lirismo sorprendente en su unidad, trazando en signos con líneas flotantes una luz que se impone y estalla.
Decía nuestro Apóstol: “Toda rebelión de forma arrastra una rebelión en esencia”. Aquí el pincel atrapa la luz como un haz de goce espiritual y desborda en planos mágicos el entorno natural.
Sobre los pétalos de las flores y las caprichosas poses de la palma y la mujer cubana o en ambas, hay un intento de escalar el cielo a través de la luz. Picaso decía: “Buscar no es nada en pintura, la cosa es encontrar.” Aquí en estos cuadros Carlos intuye con estilo muy personal una simbología muy nuestra hacia un reencuentro con las raíces más autóctonas guiado por el color sobre la forma.
Si llevados por un halo romántico ante la contemplación de sus obras donde la intención cobra vida de forma espontánea, quisiéramos resumir la impresión que nos causan, bastaría una breve frase a la altura de su acuarela poética: los pinceles cantan su romanza en colores a través de la sugestiva transparencia de esas siluetas femeninas que con empenachadas cabelleras nos asaltan en un parto de luz y poesía.

Lorenzo Suárez Crespo
Especialista literario.
B. Honda

 

Carlos Marrero Pérez

Pintor, dibujante y grabador. Nace el 14 de julio de 1953 en Bahía Honda, Pinar del Río. Cursa estudios en la Escuela Provincial de Arte de Pinar del Río, graduándose en 1959. En 1973 ingresa a cursar estudios superiores en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán en Ciudad de La Habana, donde se gradúa en 1977. En esta etapa participa en múltiples exposiciones colectivas, en centros de interés y promoción, así como en varios países, como México, Viet Nam, Laos, Corea, entre otros. Además, ha participado como decorador y diseñador en actividades y ferias de carácter nacional e internacional.

Participación en exposiciones colectivas:
1968- Galería Provincial de Pinar del Río. (Pintura)
1969- Exposición Provincial de Profesores e Instructores de Arte.
1971- Salón Instructores de Arte. Galería Provincial.
1973-Exposición Instructores y Profesores. Galería de Arte. Prov. Pinar del Río
1977- Exposición Salón de Protocolo de Cubanacán. Ciudad de La Habana.
1982- Exposición Colectiva. Galería Prov. Pinar del Río.
1983- Expopsición Colectiva. Galería de Arte de Bahía Honda. Pinar del Río.
1995- Salón de Pintura Religiosa. Catedral de Pinar del Río.
1997- II Bienal Internacional de Arte en la Ciudad de Vigneux en Francia.
2000- Exposición Colectiva. Galería de Arte Activo. España.
2001- Exposición Colectiva. País Vasco.
2002- Exposición Artistas del 60 y 70. Centro de Artes Visuales de Pinar del Río.
2003- Enero. Exposición Colectiva. Galería de Arte. (Oñate), Ciudad de Miami. E.U.
2003- Exposición Feria Internacional del Libro. Ciudad de La Habana.
2003- Marzo. Exposición Movimiento Cubano por la Paz en homenaje a Celia Sánchez. Ciudad de La Habana.
2003- Exposición Feria del Libro en Bahía Honda.
2003- IV Salón de Arte sacro en homenaje a la Santísima Virgen de La Caridad del Cobre, Patrona de Cuba. Pinar del Río.

Exposiciones personales:
1969- Galería de Arte. Casa de la Cultura de Bahía Honda. Pinar del Río.
1970- Galería de Arte Casa de la Cultura de La Palma. P. del Río.
1972- Casa de la Cultura de Bahía honda. Pinar del Río.
1978- Salón de Protocolo del ITM Ciudad de La Habana.
1981- Casa de la Cultura de Bahía Honda, P. del Río.
1996- Exposición Galería Comunidad Las terrazas, Soroa. P. del Río.
2000- Encuentro Internacional de Cooperativistas. Bahía Honda. P. del Río.
2001- Encuentro Internacional de Cooperativistas. Bahía Honda. P. del Río.
2001- Exposición. Septiembre. Hotel Hostal del Tabaco. Ciudad de La Habana.
2002.-Exposición Galería Juan Marinello. Movimiento Cubano por la Paz. Ciudad de La Habana.
2002- Exposición Galería Arturo Regueiro. Pinar del Río.
2002- Mayo. Museo Municipal de Historia de Bahía Honda. P. del Río.
2002- Salón de Protocolo PCC. Bahía Honda. P. del Río.
2003- Exposición Galería de Arte del Mariel. Prov. Habana.
2003- Exposición CPA Camilo Cienfuegos. Bahía Honda, P. del Río.
2003- Exposición Sala Transitoria Museo Municipal de Historia de Bahía Honda. P. del Río.

Muchas de sus obras se encuentran en colecciones particulares en países como España, Italia, Estados Unidos, Francia, Puerto Rico, Colombia, País Vasco, Venezuela, México, Alemania, Chile y Viet Nam entre otros.

 

 

 

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