Revista Vitral No. 55 * año X* mayo-junio 2003


BIOÉTICA

 

A DEBATE,
RESPUESTA AL CASO 9
Y CASO 11

ANTONIO M. PADOVANI

 

 

RESPUESTA AL CASO 9

Una situación difícil y compleja. ¿No es cierto? La tendencia en la medicina moderna, sobre todo en los países de habla inglesa, es a decirle al paciente la verdad de su situación, en ocasiones de forma descarnada, sin tener en cuenta las particularidades de cada caso. Los de origen latino tenemos tendencia a ser más sobreprotectores, queremos que, como familiares, no nos oculten nada, pero que a nuestro paciente se le niegue todo. Sin embargo. ¿Qué queremos para nosotros mismos cuando somos pacientes y no familiares? Esto es, en ocasiones, difícil de definir. En el plano personal prefiero saber la verdad, pero es sorprendente la gran cantidad de personas que tienen miedo de saber. La verdad es dura en ocasiones, pero vivir en la mentira es más duro aún. Muchos pacientes dicen: “quiero saber”, pero se engañan con gran facilidad, con una información modificada se sienten satisfechos. He visto médicos engañados con una facilidad tal que, si no conociera de su preparación me preguntaría: ¿Dónde está la medicina que este hombre sabe? La respuesta es sencilla: oculta por su temor a la verdad; esto se debe a la falta de preparación que tenemos para la muerte, lo que se llama “la eutanasia interior”, que significa el prepararse para “el bien morir” y que, a diferencia de la eutanasia exterior, es positiva ya que significa preparación espiritual ante la muerte. En este caso creo que hice bien en ocultarle la verdad ya que cuando el paciente se percató de que tenía una enfermedad neoplásica se privó de la vida.
Darle la posibilidad de haber leído el informe fue un riesgo alto si no tenía la intención de decirle la verdad, es cierto, pero fue un impulso momentáneo que, gracias a Dios, salió bien.
La preparación que permita soportar el conocimiento real por un paciente, de que se encuentra en una fase avanzada y, necesariamente mortal de una enfermedad, es algo difícil de conseguir, no obstante, todos vamos a morir y, debemos aceptar esta realidad como algo completamente natural, no quiere esto decir que dejemos de esforzarnos por conseguir prolongar la vida todo lo más posible, pero sí , que el conocimiento de la inevitabilidad de la muerte nos ayude a comprender mejor a nuestro creador, que, lejos de hacernos mortales por pura maldad, lo hizo para permitir la sucesión de generaciones en busca de un fin que aún escapa a nuestro entendimiento, pero que no puede ser malvado, ni por casualidad, sino el perfeccionamiento del hombre en un acercamiento cada vez más estrecho a Él y que requiere que dejemos espacio en la Tierra a los que vienen detrás, cosa imposible de hacer sin la muerte de los antecesores. Por todo ello es que el hombre necesita enfrentar a la muerte sin miedo y sin vacilaciones y si el solo pensar en la posibilidad de morir nos pone a temblar, ¿Cómo no vamos a hacerlo si sabemos que está cerca? Es preciso para el médico conocer las características de cada paciente que trata, estar claro de su preparación sicológica para hacer frente a la enfermedad y a la muerte. Entonces, solo entonces, sabrá a quien puede y a quien no, decirle la realidad de su estado. Conozco personas con las que se puede hablar con tranquilidad de su situación real y he tenido y tengo, pacientes a los que este conocimiento les ha sido útil para poner en orden sus asuntos.
La respuesta es, por tanto, individual y solo un acercamiento al que sufre permitiría ayudarlo en una etapa en la cual le es más necesario el amigo que el médico y, si el médico es un amigo, o el amigo es un médico, los beneficios son, sin duda, mucho mayores. Seamos amigos de nuestros pacientes, no simplemente portadores de malas noticias.
Quisiera terminar con una frase de ese gran amigo de todos los que sufren, Su Santidad Juan Pablo II:
“La medicina debe hacer, de quien la ejerce un experto de alta sensibilidad humana”.

CASO 11

Un amigo encuentra a otro en la calle y…:
-Te enteraste, falleció Dolly.
-¿Quién?
-Dolly, la ovejita clonada.
-¿Cómo fue?
-La sacrificaron porque estaba muy enferma, con enfermedades por envejecimiento.
-Pero ¿No era una oveja joven?
-Si, nació en julio de 1996, tenía menos de siete años.
-Y ¿Cómo envejeció tan rápido?
-Porque la clonación transmite genes envejecidos y esto acelera el proceso en el ser clonado, por eso el procedimiento normal de reproducción se hace con células reproductoras cuyos genes no envejecen nunca y garantizan que el nuevo ser sea nuevo de verdad.
-La naturaleza es sabia, pero ¿le pasará lo mismo a la niña que nació recientemente por clonación?
-¿A Eva?
-Si, a esa misma
-¿No te enteraste de que era un fraude?
-¿Un fraude?, ¿Cómo fue eso?
-Sencillo, los que anunciaron el nacimiento de esa niña lo hicieron sin que esto fuera real, el papel aguanta todo lo que le pongan y a ellos se les ocurrió poner que habían obtenido un ser humano clonado.
-¿Por qué lo harían?
-Los motivos pueden haber sido mucho, entre ellos simple deseo de llamar la atención sobre el grupo, que se dice religioso, y que plantea la fantástica idea de que los primeros hombres eran clonados, dicen que el episodio que cuenta la Biblia de que Dios creó a la verdadera Eva de una costilla de Adán significa literalmente que clonó a la primera mujer del primer hombre.
-¿Y en que útero la desarrolló?
-Una pregunta interesante, como si Dios necesitara de medios tan técnicos para crear a un ser humano.
-Dime otros motivos
-Puede ser la idea de lanzar esta noticia para valorar como la humanidad la toma, así si el rechazo no es muy grande ya tienen el campo despejado para iniciar clonaciones en seres humanos.
-Interesante, pero dime otro.
-Atraer donaciones, imagínate, primero digo “¡Cloné un ser humano!”, y después: “No puedo seguir clonando porque no tengo recursos para ello, los gasté todos en la primera clonación, pero si alguien me aporta algo tendremos a esa persona prevista para próximas donaciones” y, como muchas personas quieren vivir eternamente, entonces dicen: “¿Cuánto hay que dar?” Entonces le responden: “Necesitamos mucho dinero, dé lo que pueda y, en dependencia de lo que aporte será su lugar en la lista de espera para su clonación”
-Entonces la clonación es como vivir eternamente.
-Nada más lejos de la realidad, el clonado es un nuevo ser y no el antiguo, además, aún cuando la información genética fuera idéntica, que no lo es, el hombre no es pura genética, sino que la información se expresa de acuerdo con las condiciones en que se desarrolla el nuevo ser y esto no puede ser reproducido, por tanto el clonado es una persona diferente, aunque muy parecida, al donante, es menos parecida de lo que un gemelo idéntico se parece al otro de la pareja, porque los gemelos idénticos son información genética idéntica y se desarrollan en las mismas condiciones, no obstante siempre se diferencian en algo.
-Yo conozco gemelos idénticos que no se parecen en muchas cosas como el carácter, la forma de relacionarse, etc.
-Así es, si alguien quiere perpetuarse tiene dos caminos.
-¿Cuáles?
-Uno, los hijos, pero esto es solo perpetuación de genes mezclados y mejorados, el otro camino es por medio de sus obras: perpetuarse en el recuerdo de los hombres, como el Padre Varela, Martí, Maceo, Finlay y tantos otros que, estoy seguro de que nunca serán olvidados.

 


 

Revista Vitral No. 55 * año X* mayo-junio de 2003

Antonio M. Padovani Cantón
(Pinar del Río, 1949)
Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna. Graduado de la Facultad de Ciencias Médicas
de Pinar del Río.