Al conocer en la mañana
de hoy que, después de un proceso judicial sumarísimo,
fueron ejecutados tres de los asaltantes de una embarcación de
transporte de pasajeros, los Obispos de Cuba, en total coincidencia
con el magisterio del Papa Juan Pablo II, expresamos una vez más
nuestro rechazo a la pena de muerte.
Nadie tiene derecho a poner en peligro la vida de otras personas, como
hicieron los asaltantes, pero del mismo modo nadie debe decidir que
la muerte sea inferida a otras personas como remedio a sus acciones
delictivas, máxime cuando esto se hace en un proceso sumarísimo.
La violencia no se elimina con la violencia. Es necesario erradicar
las causas de la misma, y esto no se logra por la aplicación
de la pena de muerte.
Es un grave motivo de preocupación la sucesión en nuestro
país de hechos violentos en los últimos tiempos, también
las condenas a largos años de prisión impuestas a numerosos
opositores políticos.
Sólo favoreciendo el desarrollo de una cultura de la vida, que
implica el fortalecimiento de los valores humanos y todo lo que promueva
la dignidad de la persona para una sana convivencia, pueden superarse
estas tensiones sociales.
Comité Permanente de la COCC
La Habana, 11 de Abril de 2003
C.O.C.C
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba
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