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Sesión
de la Escuela de Verano de 2002.
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En ocasión del Centenario de la Diócesis de Pinar
del Río, Vitral está publicando breves reseñas
históricas de las Parroquias pinareñas y artículos
sobre las diversas Comisiones Diocesanas que animan su Pastoral. En
este número comenzamos con la Comisión Diocesana de Catequesis.
Para un buen trabajo pastoral de una
Diócesis, que es parte de la Iglesia universal(católica),
la Catequesis es uno de los pilares mas importantes, ya que después
del «primer anuncio (de la buena nueva) que tiene carácter
de llamar a la Fe, la Catequesis fundamenta la conversión, estructurando
básicamente la vida cristiana y la educación permanente
de la Fe» (no 57 Directorio General de la Catequesis) y en el no.
64 sigue diciendo: que la Catequesis» no es una acción
facultativa, sino una acción básica y fundamental en la
construcción, tanto de la personalidad del discípulo como
de la comunidad. Sin ella la acción misionera no tendría
continuidad y seria infecunda. Y la acción pastoral no tendría
raíces y seria superficial y confusa: cualquier tormenta
desmoronaría todo el edificio». Lo último insinúa
la problemática latinoamericana, donde después de un primer
anuncio, ha faltado quizás una catequesis acción mas profunda,
que explica la avalancha de sectas, que justamente se acercan a los católicos
con pocos fundamentos doctrinales.
Sigue el mismo párrafo:»en verdad el crecimiento interior
de la Iglesia, su correspondencia con el designio divino, dependen esencialmente
de Ella. En este sentido , la Catequesis debe ser considerada momento
prioritario de la evangelización»
Profundizando en la descripción de la catequesis dice más
adelante:» que ella debe ser una formación orgánica,
más que una enseñanza, es un aprendizaje de toda una vida
cristiana, que propicia un auténtico seguimiento de Jesucristo»(no67)
Con otras palabras, la catequesis no quiere ser un compendio de «preguntas
y respuestas» sino vida, seguimiento de Cristo, quien formó
sus discípulos, por medio de la acción, iluminado por su
palabra. A la pregunta: «¿Dónde vives?» responde:»Ven
y verán»(Jn1,38). Los primeros discípulos querían
saber, como hoy mucha gente no bautizada , «¿dónde
está la casa, qué libro tengo que estudiar, para ser bautizado?
Jesús los invita a acompañarle, a ver y vivir su vida, y
practicarla en comunidad. De esta manera también hoy en día
se entiende la catequesis, es decir, la Iglesia invita al catecúmeno
a vivir una experiencia de seguir a Cristo, acompañándole
por la palabra iluminadora del catequista. Catechesi tradendae no. 24
dice al respecto: «La Catequesis corre el riesgo de esterilizarse
si una comunidad de Fe y de vida no acoge al catecúmeno en cierta
fase de la catequesis» y el no. 86 del directorio añade:
que la Catequesis» debe capacitar al cristiano para vivir
en comunidad y participar activamente en la vida y misión de la
Iglesia»
Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente a base del «Directorio
general para la catequesis» podemos suponer que la Comisión
de la Catequesis, quizás no en su estructura como la conocemos
hoy en día, habrá sido una de las primeras con el nacimiento
de la Diócesis hace 100 años, a pesar de que nadie haya
hablado de la catequesis de bautismos para adultos, preparación
para el matrimonio etc., pero si nos recordamos todos de la preparación
para el sacramento de la primera comunión, hecha por damas y caballeros
piadosos, a veces por monjitas, guiando a los niños por unos catecismos
basados en preguntas y respuestas. Otras formas de catequesis eran, la
enseñanza de las oraciones de la madre o la abuela, recuentos de
Historia Sagrada,(personalmente conozco una Señora analfabeta,
que sabe la Sagrada Escritura , enseñada por su madre igualmente
analfabeta. (Arriba, en las Lomas de Sabanillas.) Menos la preparación
a la primera comunión no había Catequesis formal, como se
conocía en los primeros siglos de la Iglesia, que ya se perfila
en los Hechos y Cartas de los Apóstoles. No se creía necesario,
ya que vivíamos una larga época de cristiandad, donde la
cultura y toda la civilización estaban impregnadas de conocimientos
religiosos cristianos básicos.
Pero con la pérdida de este ambiente cristiano, la Iglesia especialmente
con el Concilio Vaticano II, las reuniones de los Obispos latinoamericanos
en Medellín, Puebla y Santo Domingo empujan nuevamente la catequesis
formal, no sólo para los territorios de misión, sino también
por este continente de Latinoamérica, llamado católico,
dándose cuenta que la evangelización carecía en gran
parte, de un fundamento catequético, tanto de práctica como
de doctrina.
En Cuba la Iglesia tenía que hacer un doble esfuerzo, ya que en
la década de los 60, se trataba de eliminar la religión
del ambiente público.
Ya no podía conformarse con la enseñanza para la Primera
Comunión, había que abarcar toda la Vida de la Persona,
que quería vivir su Fe cristiana. Había que reformular todo
el material de apoyo. Ya no se podía quedar con los catecismos
a base de Preguntas y Respuestas, que transmitían un saber sin
vida. Ahora se trataba de incorporar, como lo indica el directorio general
arriba mencionado, al catecúmeno en la vivencia de la Comunidad
Católica, por medio de una pedagogía orgánica, incorporando
dinámicas de grupo, conforme a la edad y tiempo de permanencia
en la Iglesia. A la pregunta: ¿qué tengo que hacer para
bautizarme? ya no se responde con un librito de catecismo, sino con una
invitación a incorporarse a la vivencia de la Iglesia, comenzando
por el grupo de catecúmenos, desde el cual puede conocer y vivir
el seguimiento de Cristo junto a los otros hermanos en su comunidad.
Todo este trabajo de reformulación, ya no podía ser tarea
de uno solo, sino de una comisión, donde se enfrentaba este nuevo
desafío como Iglesia. Una de las personas más destacadas
en los últimos tiempos, ha sido Sor Aida, Hija de la Caridad, que
tuvimos la suerte de haberla tenido como Directora de la Comisión
de Catequesis por muchos años. Ella es la autora de muchos materiales
que todavía hoy día usamos, no sólo en nuestra Diócesis,
sino a nivel nacional. A ella le sucedieron Sor Concepción y el
Padre Tony.
Mencionando lo que hizo Sor Aida ya nos percatamos, de lo que es una de
las tareas de la comisión de Catequesis, justamente proporcionar
el material catequético, especialmente para todas las edades de
la enseñanza básica. Por otro lado se preocupa de la formación
de los catequistas en cuanto a metodología y base doctrinal. Durante
varios años había un equipo itinerante, que pasaba de parroquia
en parroquia, encabezado por Sor Ligia, Hija de la Caridad, (colombiana),
especialista en catequesis y gran pedagoga. Mucho se sintió en
la Comisión su partida forzada de Cuba.( Mujer empeñosa
y misionera de sangre, fue a Haití, y después a Paraguay,
donde el Señor la llamó a su Reino, que predicó con
tantas ganas).
Con el traslado a otras diócesis de algunas monjitas, empezó
a fallar el personal especializado, y se buscó una nueva modalidad
de formación. Nació así la Escuela de Verano, que
se abría también para otros agentes pastorales, que no eran
catequistas.
Como la Escuela de Verano pone, por el consenso con otras comisiones pastorales,
énfasis en lo doctrinal o teológico, pronto nos dimos cuenta
de la falta de conocimientos metodológicos de nuestros catequistas.
Y nuevamente volvimos en el 2002 a formar un equipo itinerante por parroquias
para subsanar este problema. Gracias al aporte de las Hermanas Escolapias
pensamos renovar la formación del ser catequista en este año
con los temas: El ser del catequista y animador, El saber del catequista
y El saber hacer del catequista.
Por otro lado la Comisión de Catequesis se preocupa también
de proporcionar material catequético para los tiempos litúrgicos
fuertes.
Quizás para terminar estas líneas debemos mencionar también
algunas dificultades. Una de las grandes es encontrar personal idóneo
entre nuestros fieles, mujeres y hombres dispuestos a sacrificar su tiempo
en esta linda tarea en la construcción de la Iglesia. Otra es la
inercia de la mayoría de los miembros de las comunidades, pensando
que entusiasmar a los niños por la catequesis es sólo tarea
de los catequistas y del sacerdote. Se constata también una casi
total apatía de los padres de familia en cuanto al valor de la
catequesis, ¿cuántas veces se ha tratado de levantar una
Escuela de Padres, a partir de la catequesis?
Para qué hablar de las actividades extraescolares, que no pocas
veces caen justamente en la hora de la catequesis parroquial. El más
lamentable obstáculo es seguro el aumento de las sectas religiosas
confundiendo a niños y padres.
Terminamos este escrito con una alabanza a Jesucristo, nuestro Señor,
que sigue buscando sus discípulos, la mayoría de las veces
entre los niños sin arraigo religioso, es decir entre los hijos
cuyos padres no practican, y los ponen en nuestras manos. Alabanzas también
a los catequistas, que semana por semana se sacrifican, preparando y dando
los encuentros catequéticos. Me perdonen todos los demás
agentes pastorales, cuando resalto la tarea catequética como una
de la más importantes y más sacrificadas en la Iglesia.
Que Dios se lo pague.
Comisión de catequesis:
Vicaría Oriental: Hna. Laura Beatriz Cueva
Sra. Margarita Pérez Sánchez
Vicaría Central: Sra. Maribel Echevarría García
Vicaría Pinar: Padre Juan Carlos Carballo Pérez
Xiomara Borges Porras
Vicaría Occidental: Padre José Bocktenk Tebroke
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