Mel Gibson, ganador
de varios Premios Oscar, se encuentra en Roma estos días dirigiendo
una película sobre la Pasión de Cristo en los estudios
de Cinecittà.
El filme se centra en las últimas horas de la vida de Jesús,
interpretado por Jim Caviezel (protagonista de «La delgada línea
roja» («The Thin Red Line»), «Mirada de Ángel»
(«Angel Eyes») y «El Conde de Monte Cristo»
(«The Count of Monte Cristo»).
En esta entrevista concedida en exclusiva a Zenit, Mel Gibson revela
detalles de su obra.
¿Por qué decidió realizar una película
sobre Jesús?
Mel Gibson: He estado madurando la idea desde hace aproximadamente
diez o doce años. Estoy empezando a tener cierta edad; de hecho,
si mira doce años atrás, se dará cuenta de que
tenía 35. Fue entonces cuando empecé a profundizar en
las raíces de mi fe. Yo siempre he creído en Dios, en
su existencia. En mi familia me enseñaron a creer de cierta manera.
Pero a mitad de mi vida, dejé algo de lado mi fe, y otras cosas
ocuparon el primer lugar.
En ese momento, comprendí que necesitaba algo más si quería
sobrevivir. Me sentía impulsado a una lectura más íntima
de los Evangelios, de la historia en su conjunto. Ahí fue cuando
la idea empezó a cuajar dentro de mi cabeza. Empecé a
ver el Evangelio con gran realismo, recreándolo en mi propia
mente para que tuviera sentido para mí, para que fuera relevante
para mí. Eso es lo que yo quiero llevar a la pantalla.
Existe ya un gran número de películas sobre Cristo.
¿Por qué una más?
Mel Gibson: No creo que otras películas hayan logrado penetrar
en la verdadera fuerza de esta historia: O son inexactas en la narración
histórica, o tienen mala música, o son de mal gusto. Esta
película mostrará la pasión de Jesucristo tal como
sucedió. Es como regresar en el tiempo y contemplar aquellos
hechos, presentados exactamente como ocurrieron.
¿Cómo puede estar tan seguro de que su versión
es tan fiel a los hechos?
Mel Gibson: Porque hemos hecho una investigación. Yo estoy
contando la historia como aparece en la Biblia, sin glosas. Habla por
sí misma. El Evangelio es un guión completo y eso es lo
que nosotros estamos filmando.
Esta película parece un cambio de rumbo respecto a las
famosas producciones de Mel Gibson. Su especialidad es la acción,
la aventura y el romance. ¿Qué le motivó a realizar
una película religiosa?
Mel Gibson: Estoy haciendo lo que siempre he hecho: cuento historias
-que en mi opinión son importantes en el idioma que mejor
hablo: el del cine. Pienso que la mayoría de las historias son
historias de héroes. Las personas quieren contagiarse con algo
superior, y al tocarlo con la imaginación prácticamente
participan de ello, y así elevan su espíritu. No hay ninguna
historia que tenga un héroe mayor que éste. Es la historia
del amor más grande que se puede tener: dar la vida por alguien.
«La Pasión» es la aventura más grande de la
historia. Creo que es la mayor historia de amor de todos los tiempos.
Dios que se hace hombre y los hombres lo matan. Si esto no es acción,
entonces, ¿qué es acción?
¿Estará dispuesta la gente a ver una película
como ésta?
Mel Gibson: Pienso que todos lo estaremos. Esta historia ha inspirado
arte, cultura, gobiernos, reinos y países; ha tenido una influencia
en el mundo mucho mayor de lo que usted se pueda imaginar. Es
un evento histórico clave que ha conformado la realidad que hoy
somos. Creyentes y no creyentes por igual, todos nosotros hemos recibido
su influencia.
Muchas personas buscan el sentido de la vida planteándose un
gran número de interrogantes. Vendrán a ver la película
buscando las respuestas. Algunos las encontrarán, otros no.
Entonces, ¿no es una película sólo para cristianos?
Mel Gibson: La película «Gandhi» fue un gran éxito,
pues no era sólo para hindúes. Esta película es
para todos. Para creyentes y no creyentes. Jesucristo es, sin lugar
a dudas, una de las figuras históricas más importantes
de todos los tiempos. Trate de mencionar alguna persona que haya tenido
un impacto mayor en el curso de la historia.
Pero, si esta película quiere llevar el Evangelio
a la vida, ¿no piensa que será ofensiva para los no cristianos?
Por ejemplo, el papel de los líderes judíos en la muerte
de Jesús, ¿no resultará ofensivo?
Mel Gibson: No es una historia de judíos contra cristianos.
El propio Jesús era judío; su madre era judía y
también sus doce Apóstoles. Es verdad que la Biblia dice:
«Él vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron».
Yo no puedo ocultarlo. Pero eso no significa que los pecados del pasado
fueran peores que los pecados del presente. Cristo pagó el precio
por todos nuestros pecados. La lucha entre el bien y el mal, y el poder
abrumador del amor están muy por encima de la raza y la cultura.
Esta película habla de fe, esperanza, amor y perdón. Son
realidades que servirían al mundo, especialmente en estos tiempos
tan turbulentos. Esta película quiere inspirar, no ofender.
Aún así, muchos pensarán que usted
pretende forzarlos a aceptar sus propias creencias.
Mel Gibson: Yo no me he inventado esta historia, pero es
verdad que creo en ella. Es algo que uno lleva dentro de sí mismo
y tiene que salir. Simplemente trato de narrarla bien, mejor de lo que
se ha hecho anteriormente. Cuando no se hace ciencia-ficción,
la responsabilidad de un director es la de ser lo más fiel posible
a los hechos. Las personas de mente abierta lo apreciarán.
La pasión de Cristo, tal como la narran los Evangelios,
fue muy violenta. Si usted es sumamente fiel a esa narración,
¿no cree que la gente podría presenciar escenas demasiado
violentas?
Mel Gibson: Para algunas personas podrían resultarlo,
pero..., ¡eh!, fue así. No hay nada de violencia gratuita
en esta película. Creo que un menor de doce años no debería
verla, a no ser que sea muy maduro. Es bastante fuerte. Nos hemos acostumbrado
a ver crucifijos bonitos colgados de la pared. Decimos: «¡Oh,
sí! Jesús fue azotado, llevó su cruz a cuestas
y le clavaron a un madero», pero ¿quién se detiene
a pensar lo que estas palabras significan realmente? En mi niñez,
no me daba cuenta de lo que esto implicaba. No comprendía lo
duro que era. El profundo horror de lo que Él sufrió por
nuestra redención realmente no me impactaba. Entender lo que
sufrió, incluso a un nivel humano, me hace sentir no sólo
compasión, sino también me hace sentirme en deuda: yo
quiero compensarle por la inmensidad de su sacrificio.
¿Y qué nos dice del idioma? Está grabando
en dos lenguas muertas: latín y arameo, el idioma que hablaba
Jesús. Además, no planea poner subtítulos. ¿Esto
no causará rechazo en el público?
Mel Gibson: Las pinturas de Caravaggio no tienen subtítulos,
pero las personas captan el mensaje. El ballet de Cascanueces no tiene
subtítulos, pero las personas entienden el mensaje.
Yo pienso que la imagen superará la barrera del idioma.
Ésa es mi esperanza. Simplemente estoy intentando ser lo más
real posible. Verlo en los idiomas originales es como una sacudida.
La realidad sale al encuentro y te golpea. Contacto pleno. Yo sé
que nosotros sólo estamos recreando, pero lo hacemos lo mejor
que podemos, para transmitir la experiencia de estar allí realmente.
Y pienso que es casi contraproducente decir algunas de estas frases
en un idioma moderno. Te obliga a ponerte de pie y completar la frase.
Es como cuando uno escucha: «Ser o no ser», instintivamente
uno se dice a sí mismo: «He ahí la cuestión».
Pero si oyes las palabras, dichas como las pronunciaron en aquel momento,
te puede conmocionar. Yo lo he comprobado cuando rodamos la película.
Alcanza claridad por la actuación, a través de los matices
de los caracteres, del movimiento de la cámara: es el movimiento,
el cronometraje, es todo... Y de repente todo, todo me resulta muy claro.
En ese momento, corto y sigo.
Al terminar esta película, ¿no le desilusionará
volver a materias menos sublimes?
Mel Gibson: No, me encantará hacer algo más
ligero. Hay una tremenda carga de responsabilidad en esta película,
no se puede dejar nada a medio hacer. Espero hacer justicia a la historia.
Tampoco se puede agradar a todos, pero, repito, ése no es mi
objetivo.
(tomado de Zenit- ZS03030608)