Revista Vitral No. 55 * año X* mayo-junio 2003


CENTENARIO DE LA DIÓCESIS

 

CATEQUESIS:
FORMACIÓN INTEGRAL MÁS QUE UNA ENSEÑANZA

P. JOSÉ BOCKTENK

Sesión de la Escuela de Verano de 2002.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En ocasión del Centenario de la Diócesis de Pinar del Río, Vitral está publicando breves reseñas históricas de las Parroquias pinareñas y artículos sobre las diversas Comisiones Diocesanas que animan su Pastoral. En este número comenzamos con la Comisión Diocesana de Catequesis.



Para un buen trabajo pastoral de una Diócesis, que es parte de la Iglesia universal(católica), la Catequesis es uno de los pilares mas importantes, ya que después del «primer anuncio (de la buena nueva) que tiene carácter de llamar a la Fe, la Catequesis fundamenta la conversión, estructurando básicamente la vida cristiana y la educación permanente de la Fe» (no 57 Directorio General de la Catequesis) y en el no. 64 sigue diciendo: “que la Catequesis» no es una acción facultativa, sino una acción básica y fundamental en la construcción, tanto de la personalidad del discípulo como de la comunidad. Sin ella la acción misionera no tendría continuidad y seria infecunda. Y la acción pastoral no tendría raíces y seria superficial y confusa: “cualquier tormenta desmoronaría todo el edificio». Lo último insinúa la problemática latinoamericana, donde después de un primer anuncio, ha faltado quizás una catequesis acción mas profunda, que explica la avalancha de sectas, que justamente se acercan a los católicos con pocos fundamentos doctrinales.
Sigue el mismo párrafo:»en verdad el crecimiento interior de la Iglesia, su correspondencia con el designio divino, dependen esencialmente de Ella. En este sentido , la Catequesis debe ser considerada momento prioritario de la evangelización»
Profundizando en la descripción de la catequesis dice más adelante:» que ella debe ser una formación orgánica, más que una enseñanza, es un aprendizaje de toda una vida cristiana, que propicia un auténtico seguimiento de Jesucristo»(no67) Con otras palabras, la catequesis no quiere ser un compendio de «preguntas y respuestas» sino vida, seguimiento de Cristo, quien formó sus discípulos, por medio de la acción, iluminado por su palabra. A la pregunta: «¿Dónde vives?» responde:»Ven y verán»(Jn1,38). Los primeros discípulos querían saber, como hoy mucha gente no bautizada , «¿dónde está la casa, qué libro tengo que estudiar, para ser bautizado? Jesús los invita a acompañarle, a ver y vivir su vida, y practicarla en comunidad. De esta manera también hoy en día se entiende la catequesis, es decir, la Iglesia invita al catecúmeno a vivir una experiencia de seguir a Cristo, acompañándole por la palabra iluminadora del catequista. Catechesi tradendae no. 24 dice al respecto: «La Catequesis corre el riesgo de esterilizarse si una comunidad de Fe y de vida no acoge al catecúmeno en cierta fase de la catequesis» y el no. 86 del directorio añade: “que la Catequesis» debe capacitar al cristiano para vivir en comunidad y participar activamente en la vida y misión de la Iglesia»
Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente a base del «Directorio general para la catequesis» podemos suponer que la Comisión de la Catequesis, quizás no en su estructura como la conocemos hoy en día, habrá sido una de las primeras con el nacimiento de la Diócesis hace 100 años, a pesar de que nadie haya hablado de la catequesis de bautismos para adultos, preparación para el matrimonio etc., pero si nos recordamos todos de la preparación para el sacramento de la primera comunión, hecha por damas y caballeros piadosos, a veces por monjitas, guiando a los niños por unos catecismos basados en preguntas y respuestas. Otras formas de catequesis eran, la enseñanza de las oraciones de la madre o la abuela, recuentos de Historia Sagrada,(personalmente conozco una Señora analfabeta, que sabe la Sagrada Escritura , enseñada por su madre igualmente analfabeta. (Arriba, en las Lomas de Sabanillas.) Menos la preparación a la primera comunión no había Catequesis formal, como se conocía en los primeros siglos de la Iglesia, que ya se perfila en los Hechos y Cartas de los Apóstoles. No se creía necesario, ya que vivíamos una larga época de cristiandad, donde la cultura y toda la civilización estaban impregnadas de conocimientos religiosos cristianos básicos.
Pero con la pérdida de este ambiente cristiano, la Iglesia especialmente con el Concilio Vaticano II, las reuniones de los Obispos latinoamericanos en Medellín, Puebla y Santo Domingo empujan nuevamente la catequesis formal, no sólo para los territorios de misión, sino también por este continente de Latinoamérica, llamado católico, dándose cuenta que la evangelización carecía en gran parte, de un fundamento catequético, tanto de práctica como de doctrina.
En Cuba la Iglesia tenía que hacer un doble esfuerzo, ya que en la década de los 60, se trataba de eliminar la religión del ambiente público.
Ya no podía conformarse con la enseñanza para la Primera Comunión, había que abarcar toda la Vida de la Persona, que quería vivir su Fe cristiana. Había que reformular todo el material de apoyo. Ya no se podía quedar con los catecismos a base de Preguntas y Respuestas, que transmitían un saber sin vida. Ahora se trataba de incorporar, como lo indica el directorio general arriba mencionado, al catecúmeno en la vivencia de la Comunidad Católica, por medio de una pedagogía orgánica, incorporando dinámicas de grupo, conforme a la edad y tiempo de permanencia en la Iglesia. A la pregunta: ¿qué tengo que hacer para bautizarme? ya no se responde con un librito de catecismo, sino con una invitación a incorporarse a la vivencia de la Iglesia, comenzando por el grupo de catecúmenos, desde el cual puede conocer y vivir el seguimiento de Cristo junto a los otros hermanos en su comunidad.
Todo este trabajo de reformulación, ya no podía ser tarea de uno solo, sino de una comisión, donde se enfrentaba este nuevo desafío como Iglesia. Una de las personas más destacadas en los últimos tiempos, ha sido Sor Aida, Hija de la Caridad, que tuvimos la suerte de haberla tenido como Directora de la Comisión de Catequesis por muchos años. Ella es la autora de muchos materiales que todavía hoy día usamos, no sólo en nuestra Diócesis, sino a nivel nacional. A ella le sucedieron Sor Concepción y el Padre Tony.
Mencionando lo que hizo Sor Aida ya nos percatamos, de lo que es una de las tareas de la comisión de Catequesis, justamente proporcionar el material catequético, especialmente para todas las edades de la enseñanza básica. Por otro lado se preocupa de la formación de los catequistas en cuanto a metodología y base doctrinal. Durante varios años había un equipo itinerante, que pasaba de parroquia en parroquia, encabezado por Sor Ligia, Hija de la Caridad, (colombiana), especialista en catequesis y gran pedagoga. Mucho se sintió en la Comisión su partida forzada de Cuba.( Mujer empeñosa y misionera de sangre, fue a Haití, y después a Paraguay, donde el Señor la llamó a su Reino, que predicó con tantas ganas).
Con el traslado a otras diócesis de algunas monjitas, empezó a fallar el personal especializado, y se buscó una nueva modalidad de formación. Nació así la Escuela de Verano, que se abría también para otros agentes pastorales, que no eran catequistas.
Como la Escuela de Verano pone, por el consenso con otras comisiones pastorales, énfasis en lo doctrinal o teológico, pronto nos dimos cuenta de la falta de conocimientos metodológicos de nuestros catequistas. Y nuevamente volvimos en el 2002 a formar un equipo itinerante por parroquias para subsanar este problema. Gracias al aporte de las Hermanas Escolapias pensamos renovar la formación del ser catequista en este año con los temas: El ser del catequista y animador, El saber del catequista y El saber hacer del catequista.
Por otro lado la Comisión de Catequesis se preocupa también de proporcionar material catequético para los tiempos litúrgicos fuertes.
Quizás para terminar estas líneas debemos mencionar también algunas dificultades. Una de las grandes es encontrar personal idóneo entre nuestros fieles, mujeres y hombres dispuestos a sacrificar su tiempo en esta linda tarea en la construcción de la Iglesia. Otra es la inercia de la mayoría de los miembros de las comunidades, pensando que entusiasmar a los niños por la catequesis es sólo tarea de los catequistas y del sacerdote. Se constata también una casi total apatía de los padres de familia en cuanto al valor de la catequesis, ¿cuántas veces se ha tratado de levantar una Escuela de Padres, a partir de la catequesis?
Para qué hablar de las actividades extraescolares, que no pocas veces caen justamente en la hora de la catequesis parroquial. El más lamentable obstáculo es seguro el aumento de las sectas religiosas confundiendo a niños y padres.
Terminamos este escrito con una alabanza a Jesucristo, nuestro Señor, que sigue buscando sus discípulos, la mayoría de las veces entre los niños sin arraigo religioso, es decir entre los hijos cuyos padres no practican, y los ponen en nuestras manos. Alabanzas también a los catequistas, que semana por semana se sacrifican, preparando y dando los encuentros catequéticos. Me perdonen todos los demás agentes pastorales, cuando resalto la tarea catequética como una de la más importantes y más sacrificadas en la Iglesia. Que Dios se lo pague.

Comisión de catequesis:
Vicaría Oriental: Hna. Laura Beatriz Cueva
Sra. Margarita Pérez Sánchez
Vicaría Central: Sra. Maribel Echevarría García
Vicaría Pinar: Padre Juan Carlos Carballo Pérez
Xiomara Borges Porras
Vicaría Occidental: Padre José Bocktenk Tebroke

 


 

Revista Vitral No. 55 * año X* mayo-junio de 2003

Padre José Bocktenk Tebroke
Párroco de Las Martinas. Coordinador de la Catequesis