Revista Vitral No. 55 * año X* mayo-junio 2003


CORRESPONDENCIA

 

 

 

 

Una aclaración necesaria

Colón, 19 de mayo de 2003

Sr. Dagoberto Valdés Hernández
Director Revista Vitral

En el No 52 correspondiente a Noviembre – Diciembre del 2002 se publicó en su Revista un artículo con el título “ Creo en ti y en la utilidad de la virtud” del autor José Manuel Fernández Vega, es un trabajo, que nos invita a una sincera reflexión sin embargo tiene un párrafo con el cual discrepamos y puede prestarse a confusión, por su importancia quisiera comentarlo con brevedad; es cuando el escritor nos dice ... ¿ Qué puede afectar la credibilidad en nosotros y a la larga en la iglesia y la Verdad que anunciamos? ¿ Serán acaso las campañas de ateos poderosos, protestantes, marxistas, masones o cualquier otro grupo que se considere nuestro enemigo real o ficticio? Por el análisis ético estas interrogantes no caben en el contexto y mensaje del artículo. ¿ A qué campañas se refiere? Le respondo como Masón y miembro de la Benemérita y Centenaria Logia “Hijos del Templo” de Colón y no por los otros grupos relacionados. Es cierto que existieron diferencias entre Católicos y Masones pero estas diferencias nunca fueron de carácter filosófico sino políticas y tuvo su origen en el siglo XIX cuando en el secreto de las Tenidas masónicas se fecundó la Independencia de Cuba, el Clero era mayoritariamente español y por supuesto se oponían a la separación de la Isla, muchos sacerdotes con las armas, honor y valentía defendieron sus convicciones coloniales. En América el proceso Independentista tuvo similares características, esta situación se continuó hasta el bien entrado siglo XX.
Quisiera citarle un ejemplo; en 1936 se celebró el centenario de la fundación de la Ciudad de Colón, Pelayo Villanueva, hijo de este pueblo escribió para la fecha la Historia de Colón en 3 tomos, obra de obligada consulta y referencias y a pesar que “Hijos del Templo” llevaba mas de 50,años trabajando de forma ininterrumpida no le dedicó ni un adjetivo, ni una oración, ignorándonos, como si esta Logia no existiera, cuando aun vivían muchos de sus fundadores privando a la posteridad del conocimiento de una parte de la historia municipal. Pelayo Villanueva fue un hombre de bien destacado Caballero Católico pero arrastrado aun por la intransigencia religiosa y la influencia errónea de considerar a los masones enemigos de la Iglesia Católica.
Permítame otro ejemplo, el domingo 4 de mayo del año en curso nuestra Logia celebró una tenida artística – cultural como homenaje al Día de las Madres, el coro de la Parroquia “San José” de Colon fue invitado; es un privilegio de esta ciudad contar con una agrupación vocal de tanta calidad, decenas de personas nos emocionamos y coreamos con ellos alabanzas a la Virgen de la Caridad. Así es como debe ser, como siempre debió haber sido, juntos como hermanos el ajiaco étnico, filosófico y cultural que es la sociedad cubana.
Masones y cristianos se parecen tanto como dos gotas de agua, la verdad que la Iglesia anuncia es también nuestra verdad, tenemos sentido de la justicia, practicamos la solidaridad humana, amamos al próximo como a nosotros mismos y creemos como el Apóstol en la vida futura y la utilidad de la virtud.
Ninguna sociedad puede avergonzarse de la existencia de las Logias Masónicas o de cualquier otra Iglesia Católica o Protestante porque nuestra preédica y nuestra práctica la fortalecen en su perfeccionamiento Moral. ¿Por qué el autor revive lo que está olvidado y sepultado para siempre? Muchas personas desconocen qué es la masonería, cuál es su fin su alcance. La masonería no es una sociedad secreta, no es una agrupación de hombres caritativos cuyo fin es ayudarse entre sí, no, la masonería es filosofía es la Institución Orgánica de la Moralidad y nuestra moral es universal.
No nos conformamos con ser ciudadanos ejemplares, respetuosos cumplidores de las leyes, no nos basta con ser buenos padres buenos hijos, buenos esposos, nuestro concepto de moral es mucho más abarcador porque es también el amor a la Bandera a los héroes que como en los versos de Villena nos ganaron esta patria de pie, son la honradez, la tolerancia, la fidelidad, la rectitud de intenciones, el cumplimiento de la palabra empeñada, es que cada uno de nuestros miembros sean hombres libres y no nos referimos a la libertad de movimiento sino a la libertad de pensamiento para ejercer sin miedo nuestras opiniones pero al mismo tiempo la libertad de saber respetar el libre ejercicio de las verdades de los demás, porque nadie absolutamente nadie... ni ateos, poderosos, protestantes, marxistas, masones O cualquier otro grupo... es dueño de toda la verdad, solo de fragmentos y juntos debemos edificarla desde los cimientos para aprender a vivir en paz y armonía.
Sr. Dagoberto Valdés, sé que Ud. No es responsable de la opinión de los autores no quiero, ni deseo, ni está en mi animo una polémica que a nada conduce pero considero que es esta una aclaración necesaria porque puede ayudar a los lectores si Ud. Y su consejo de Redacción estiman oportuno publicar. He leído varios números de su revista que muy gentilmente han hecho llegar a la Logia, con algunos artículos no estoy de acuerdo son parciales y poco objetivos pero a mi juicio el balance general es positivo. Es Vitral una excelente publicación.
Quisiera terminar como lo hizo el Apóstol en la carta de despedida a su madre, escrita un 25 de marzo de 1895 en víspera de un largo viaje y que resume la esencia de la filosofía masónica...
“Jamás saldrá de nuestros corazones obra sin piedad y sin limpieza...

Ing. Pedro Lima Hernández. Maestro Masón
Logia “Hijos del Templo” Colón Provincia de Matanzas

 

 

A la Redacción de la Revista VITRAL. Pinar del Río.

 

24 de mayo de 2003

Queridos amigos y hermanos:

Después de saludarlos y felicitarlos por su magnífica obra periodística les escribo por lo siguiente:
En el último número de la revista (mayo-abril) aparece el listado de los sacerdotes expulsados de Cuba en 1961. En la parte correspondiente a nosotros los Dominicos, aparece un error. Se inscriben un sacerdote y dos Hermanos. En realidad fueron 2 sacerdotes y un Hermano. El Padre Feliciano del Vall Torrijo aparece como Hermano. Él es sacerdote y era el Rector de la Capilla de Santa Rosa y yo lo conocí. Soy el único Dominico que queda de aquella época.
Con deseo que se tenga en cuenta este error histórico y con mis deseos mejores a Uds. Y a la revista, quedo affmo. en Cristo,

Fr. José M. Fernández, O. P.

 

 

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