1.-Fundación del pueblo de
Artemisa
La fundación del pueblo
de Artemisa tiene sus orígenes en el incendio que ocurrió
en los barrios de Jesús María y Guadalupe, en La Habana
Extramuros, durante la tarde del domingo 25 de Abril de 1802. El fuego
consumió en pocas horas los hacinamientos, casi todos de madera
y guano.
El Real Consulado de Agricultura, Industria y Comercio y la Junta de
Fomento se reunieron el 28 de Abril, tres días después
del incendio, presididos por el Marqués de Someruelos, Capitán
General y con la presencia de figuras importantes, tales como el Conde
de O´Reilly, Don Manuel González Villa Roel y Don Francisco
de Arango y Parreño. La Junta consideró la posibilidad
de lugares donde se hubiere permitir la facultad de reedificar.
Arango y Parreño expresó, la necesidad de crear pequeñas
poblaciones rurales para fomentar las labores del campo, además
de estorbar el excesivo crecimiento de la población en
la capital.
Aprobada, por unanimidad, la proposición de Arango quedó
acordada la fundación de Artemisa en el corral de San Marcos
del Vínculo de Río Grande de Meireles, demolido por el
rey el 24 de Agosto de l799.
Más de 30 familias solicitaron poblar San Marcos,
a las que se les repartieron de 2 a 4 caballerías de las 100
con las que contaba el corral. Hacia los primeros meses de 1803, el
pueblo quedó demarcado.
2.-Fundación de la Iglesia
de Artemisa.
A mediados del mes de Agosto de 1805, los vecinos aprovechando que
el Presbítero Francisco García de la Huerta construyó
una casa en tierras destinadas al pueblo, le propusieron crear un oratorio
que sirviese de iglesia provisional donde celebrar el Día del
Señor.
El 25 de Septiembre, de ese mismo año, el Obispo de La Habana,
Juan José de Espada y Fernández de Landa, envió
su aprobación al Consulado de Agricultura, Industria y Comercio,
asignando al capellán una cuota de $200.00 anuales.
En 1806, comenzó la creación de dicho oratorio en el cafetal
La Matilde, siendo nombrado capellán el Dr. Antonio
Pérez. La construcción del templo se remonta al año
1819, cuando Don Alonso Benigno Muñoz pide su edificación
como consecuencia del crecimiento de la población del círculo
de San Marcos e inmediaciones del pueblo. El oratorio fue derogado,
y se comenzó la obra del templo en 1820 como auxiliar de Guanajay.
Tranquilino Sandalio de Noda, asigna, como fecha de conclusión
de la construcción el año 1822, pero otros autores lo
ubican en años posteriores. Los solares (actual Parque Municipal)
donde se edificó este nuevo templo, fueron donados por Francisco
de Arango y Parreño, al igual que los del primer cementerio (actual
terreno de la Escuela Secundaria Básica Manuel Valdés).
El primer bautizo realizado en este templo fue el del negro esclavo
criollo Seferino de Abreu, hijo de padre carabalí y de madre
ganga, el 20 de Noviembre de 1820.
En 1825, el Obispo Espada elevó el territorio de Artemisa a la
categoría de parroquia. En 1870, se reparó el templo parroquial,
y se le construyó la torre, colocada en el centro de su fachada
principal (la cual fue destruida por el ciclón de 1910). Otras
reparaciones han sido las de 1898, 1920 (cuando se construyó
la torre actual), 1947 (cuando se edificó el techo de placa),y
en 1998 (cuando se le hizo una reparación capital).
3- Una Pascua en San Marcos
Las pascuas (fiestas navideñas) en San Marcos se convirtieron
en grandes fiestas de la región, habitualmente calificadas de
profanas. Después de 1857, fecha en la que aparece una imagen
del santo patrón, estas celebraciones artemiseñas se transfirieron
a las fiestas patronales del 25 de Abril.
El siguiente fragmento extraído de Historia de Artemisa
de Manuel Isidro Méndez, nos narra el festejo de Diciembre de
1857:
El 20 de Diciembre amanecieron las casas del pueblo adornadas
con colgaduras de palmas y por el gentío inmenso en las calles.
Por la tarde se cantó una magnífica Salve, se quemaron
brillantes fuegos preparados por el Sr. Viviente y el baile duró
hasta la madrugada.
El día 21 comenzó en la iglesia la fiesta explicada por
el distinguido orador, el Presbítero Dr. Infante, dirigiéndose
a todos, luego a la valla, Favorita diversión. Por
la noche, el segundo baile, que estuvo mejor que el primero,
y el tercero y último día, lo pasamos entre gallos
y bailes.
Ya nos preparábamos para descansar, cuando el 23, supimos la
grata noticia del feliz alumbramiento de nuestra querida Reina...como
por encanto, banderas, vivas, repiques, disparos se sucedieron sin interrupción.
La orquesta del siglo XIX recorría las calles tocando el entusiasta
Mutilá.
El 24 pasamos del mismo modo y el 25 se cantó un Te deum, en
acción de gracias, dándose por la noche un baile para
celebrar el acontecimiento que llenaba a todos de alegría. La
hija, de ocho años, del Capitán del partido, recitó
un soneto, que así terminaba:
y batiendo con júbilo las palmas
ante ese cuadro, de lealtad divisa,
gocemos, habitantes de Artemisa.
(Gaceta de La Habana, 14 de Enero de 1858) (2)
4- Crecimiento de la vida eclesial
En 1893, fue nombrado Cura Párroco de Artemisa el P. Guillermo
González Arocha, el más grande de los párrocos
de Artemisa y de la Diócesis de Pinar del Río. Llegó
a nuestro municipio para entrar por él en la Historia de Cuba.
Durante los 34 años que fue pastor de los artemiseños
se distinguió por ser un sacerdote virtuoso y lleno de celo apostólico.
Remozó el parque y reconstruyó dos veces el templo parroquial.
Miembro del Partido Revolucionario Cubano. Delegado de Maceo en la provincia
pinareña durante la Guerra de Independencia. Padre de los pobres
y de los reconcentrados, los alimentó y protegió. Construyó
albergues para estos últimos. Fue Capitán del Ejército
Libertador. Nunca combatió en la guerra, pues su labor era la
de enlace para el envío de medicinas, ropas, y alimentos y mensajes
al campo insurrecto. Representante a la Cámara en el primer Congreso
de la República (1901-1904). fue el único sacerdote que,
durante todo el período republicano, alcanzó este lugar
para servir al pueblo y a la Iglesia, por medio de leyes de promoción
humana. Pedagogo por naturaleza, fue nombrado Superintendente de Enseñanza
en la provincia de Pinar del Río. Construyó el actual
cementerio en 1911. La obra social de este sacerdote difícilmente
ha podido ser superada por otros. Murió siendo Rector del Seminario
San Carlos y San Ambrosio en 1939.
En 1913, llegaron las Madres Escolapias para fundar el Colegio
Sagrado Corazón de Jesús. Impartieron la enseñanza
primaria de modo fundamental a niñas pertenecientes a la clase
alta y media del pueblo. Además, las monjas otorgaron becas a
algunas niñas pobres, al igual que, de modo gratuito, enseñaban
bordado y costura. En 1961, el Gobierno Revolucionario nacionalizó
el colegio, y las monjas fueron llamadas a España por la Superiora
General.
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Busto del
Padre Arocha en el Parque Municipal. Erigido en 1943.
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En l915, el P. Arocha consiguió de los Marqueses de Arellano
un donativo para fundar el Asilo Santa Margarita. Así
se construyó el edificio en el cual se halla el actual Hospital
Municipal. Para atender esta institución gratuita de la Iglesia,
vinieron las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Ellas
asistieron durante 46 años a aquellos ancianos que no tenían
familiares que los cuidasen o que sus familias no querían hacerlo.
Eran los más pobres de la sociedad artemiseña de entonces.
Con amor, paciencia y generosidad, estas monjas lo sirvieron desde el
anonimato de ayer y de hoy, pues en la actualidad prácticamente
nadie las recuerda en el pueblo como congregación religiosa,
y mucho menos el nombre de alguna de ellas, pues su trabajo fue con
los ancianos sin familia, que al morir no dejaban memoria. En 1961,
estas religiosas fueron llamadas a España por la Superiora General.
En este asilo funcionaba, además, una capilla atendida por un
sacerdote franciscano. La vida cultural de este centro era independiente
de la que se celebraba en la Iglesia Parroquial.
La Acción Católica Cubana contó en nuestra parroquia
con un grupo muy organizado y, además, proyectado a la beneficencia
social. En 1951, construyeron su edificio propio, destinado a reuniones
y a la celebración de actos. En 1961, el local fue nacionalizado
por el gobierno y en él radica actualmente la Casa de Cultura.
A medida que la población de Artemisa crecía, fue necesaria
la construcción de nuevos centros de culto, que vinieron a añadirse
a los ya existentes de las parroquias de Mangas de Guanacaje, Puerta
de la Güira y Cayajabos. En 1922 se edificó la capilla de
Pijirigua, en 1946 la de Las Cañas, y en 1949 la del poblado
donde está el actual Central A. Lincoln, el cual
fue nacionalizado por el gobierno en 1962. En 1976 el Obispo de Pinar
del Río, Monseñor Manuel Rodríguez Rozas, decretó
la supresión de las parroquias de Mangas de Guanacaje, Puerta
de la Güira y Cayajabos y las anexó a la de Artemisa. De
hecho el siglo xx había comenzado con esta realidad, el decreto
episcopal, pues, vino a legalizarla.
5-El robo de la imagen de San Marcos
El 25 de Abril de 1958, tres jóvenes del Movimiento 26 de Julio
secuestraron la imagen del patrono San Marcos Evangelista
para que no se pudiera realizar la procesión al atardecer, y
así protestar contra el gobierno de Batista. Sin embargo, la
procesión salió, pero no con la centenaria imagen de San
Marcos, sino con la de San Elías, traída de la Iglesia
de Guanajay por el comandante Pantoja. Muy pocos artemiseños
fueron a esta procesión, que estuvo custodiada por el ejército.
Cuentan que un negro viejo estaba parado en la acera del Hotel Campoamor
cuando pasaba la procesión, y exclamó: ¡Ese no es
San Marcos!. Un soldado que se encontraba cerca le dijo: ¿Qué
dice Ud.? Y el aterrado hombre se rectificó al instante: ¡
El mismitico San Marcos!...La imagen, guardada en La Habana
, fue devuelta en Enero de 1959.
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Imagen de
San Marcos Evangelista, venerada desde la
segunda mitad del siglo XIX.
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6- Últimos párrocos
Los párrocos desde 1927 han sido: Joaquín Cuervo, Ángel
Valdés, Antonio Pellón, Mario Aguilar, Iván Bergerón,
Guido Rivard, Antonio Rodríguez y Juan Carlos Fuentes. De ellos
el más recordado es el P. Ángel Valdés, incluso
por las nuevas generaciones que ni siquiera lo han visto. El P. Valdés
con sus 90 años trabaja diariamente, asistiendo espiritualmente
a los enfermos de un hospital en San Juan de Puerto Rico.
Bibliografía
1.- Archivo Nacional. Junta de Fomento. Ley 184/8327.
Actas 28-IV-1802.
2.- Manuel Isidro Méndez. Historia de Artemisa. Artemisa. 1973.95.96.