Revista Vitral No. 53 * año IX* enero-febrero 2003


CENTENARIO DE LA DIÓCESIS

 

PARROQUIA DE SAN MARCOS EVANGELISTA DE ARTEMISA

MAYSEL BELLO CRUZ

Templo Parroquial de Artemisa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.-Fundación del pueblo de Artemisa

La fundación del pueblo de Artemisa tiene sus orígenes en el incendio que ocurrió en los barrios de Jesús María y Guadalupe, en La Habana Extramuros, durante la tarde del domingo 25 de Abril de 1802. El fuego consumió en pocas horas los hacinamientos, casi todos de madera y guano.
El Real Consulado de Agricultura, Industria y Comercio y la Junta de Fomento se reunieron el 28 de Abril, tres días después del incendio, presididos por el Marqués de Someruelos, Capitán General y con la presencia de figuras importantes, tales como el Conde de O´Reilly, Don Manuel González Villa Roel y Don Francisco de Arango y Parreño. La Junta consideró la posibilidad de lugares “donde se hubiere permitir la facultad de reedificar”.
Arango y Parreño expresó, la necesidad de crear pequeñas poblaciones rurales para fomentar las labores del campo, además de “estorbar el excesivo crecimiento de la población en la capital”.
Aprobada, por unanimidad, la proposición de Arango quedó acordada la fundación de Artemisa en el corral de San Marcos del Vínculo de Río Grande de Meireles, demolido por el rey el 24 de Agosto de l799.
Más de 30 familias solicitaron poblar “San Marcos”, a las que se les repartieron de 2 a 4 caballerías de las 100 con las que contaba el corral. Hacia los primeros meses de 1803, el pueblo quedó demarcado.

2.-Fundación de la Iglesia de Artemisa.

A mediados del mes de Agosto de 1805, los vecinos aprovechando que el Presbítero Francisco García de la Huerta construyó una casa en tierras destinadas al pueblo, le propusieron crear un oratorio que sirviese de iglesia provisional donde celebrar el Día del Señor.
El 25 de Septiembre, de ese mismo año, el Obispo de La Habana, Juan José de Espada y Fernández de Landa, envió su aprobación al Consulado de Agricultura, Industria y Comercio, asignando al capellán una cuota de $200.00 anuales.
En 1806, comenzó la creación de dicho oratorio en el cafetal “La Matilde”, siendo nombrado capellán el Dr. Antonio Pérez. La construcción del templo se remonta al año 1819, cuando Don Alonso Benigno Muñoz pide su edificación como consecuencia del crecimiento de la población del círculo de San Marcos e inmediaciones del pueblo. El oratorio fue derogado, y se comenzó la obra del templo en 1820 como auxiliar de Guanajay. Tranquilino Sandalio de Noda, asigna, como fecha de conclusión de la construcción el año 1822, pero otros autores lo ubican en años posteriores. Los solares (actual Parque Municipal) donde se edificó este nuevo templo, fueron donados por Francisco de Arango y Parreño, al igual que los del primer cementerio (actual terreno de la Escuela Secundaria Básica “Manuel Valdés”). El primer bautizo realizado en este templo fue el del negro esclavo criollo Seferino de Abreu, hijo de padre carabalí y de madre ganga, el 20 de Noviembre de 1820.
En 1825, el Obispo Espada elevó el territorio de Artemisa a la categoría de parroquia. En 1870, se reparó el templo parroquial, y se le construyó la torre, colocada en el centro de su fachada principal (la cual fue destruida por el ciclón de 1910). Otras reparaciones han sido las de 1898, 1920 (cuando se construyó la torre actual), 1947 (cuando se edificó el techo de placa),y en 1998 (cuando se le hizo una reparación capital).

3- Una Pascua en “San Marcos”

Las pascuas (fiestas navideñas) en San Marcos se convirtieron en grandes fiestas de la región, habitualmente calificadas de profanas. Después de 1857, fecha en la que aparece una imagen del santo patrón, estas celebraciones artemiseñas se transfirieron a las fiestas patronales del 25 de Abril.
El siguiente fragmento extraído de “Historia de Artemisa” de Manuel Isidro Méndez, nos narra el festejo de Diciembre de 1857:
El 20 de Diciembre “amanecieron las casas del pueblo adornadas con colgaduras de palmas y por el gentío inmenso en las calles”. Por la tarde “se cantó una magnífica Salve, se quemaron brillantes fuegos preparados por el Sr. Viviente y el baile duró hasta la madrugada”.
El día 21 comenzó en la iglesia la fiesta explicada por el distinguido orador, el Presbítero Dr. Infante, dirigiéndose a todos, luego a la valla, “Favorita diversión”. Por la noche, el segundo baile, “que estuvo mejor que el primero”, y el tercero y último día, “lo pasamos entre gallos y bailes”.
Ya nos preparábamos para descansar, cuando el 23, supimos la grata noticia del feliz alumbramiento de nuestra querida Reina”...”como por encanto, banderas, vivas, repiques, disparos se sucedieron sin interrupción. La orquesta del siglo XIX recorría las calles tocando el entusiasta “Mutilá”.
El 24 pasamos del mismo modo y el 25 se cantó un Te deum, en acción de gracias, dándose por la noche un baile para celebrar el acontecimiento que llenaba a todos de alegría. La hija, de ocho años, del Capitán del partido, recitó un soneto, que así terminaba:
“y batiendo con júbilo las palmas
ante ese cuadro, de lealtad divisa,
gocemos, habitantes de Artemisa”.
(Gaceta de La Habana, 14 de Enero de 1858) (2)

4- Crecimiento de la vida eclesial

En 1893, fue nombrado Cura Párroco de Artemisa el P. Guillermo González Arocha, el más grande de los párrocos de Artemisa y de la Diócesis de Pinar del Río. Llegó a nuestro municipio para entrar por él en la Historia de Cuba. Durante los 34 años que fue pastor de los artemiseños se distinguió por ser un sacerdote virtuoso y lleno de celo apostólico.
Remozó el parque y reconstruyó dos veces el templo parroquial. Miembro del Partido Revolucionario Cubano. Delegado de Maceo en la provincia pinareña durante la Guerra de Independencia. Padre de los pobres y de los reconcentrados, los alimentó y protegió. Construyó albergues para estos últimos. Fue Capitán del Ejército Libertador. Nunca combatió en la guerra, pues su labor era la de enlace para el envío de medicinas, ropas, y alimentos y mensajes al campo insurrecto. Representante a la Cámara en el primer Congreso de la República (1901-1904). fue el único sacerdote que, durante todo el período republicano, alcanzó este lugar para servir al pueblo y a la Iglesia, por medio de leyes de promoción humana. Pedagogo por naturaleza, fue nombrado Superintendente de Enseñanza en la provincia de Pinar del Río. Construyó el actual cementerio en 1911. La obra social de este sacerdote difícilmente ha podido ser superada por otros. Murió siendo Rector del Seminario “San Carlos y San Ambrosio” en 1939.
En 1913, llegaron las Madres Escolapias para fundar el “Colegio Sagrado Corazón de Jesús”. Impartieron la enseñanza primaria de modo fundamental a niñas pertenecientes a la clase alta y media del pueblo. Además, las monjas otorgaron becas a algunas niñas pobres, al igual que, de modo gratuito, enseñaban bordado y costura. En 1961, el Gobierno Revolucionario nacionalizó el colegio, y las monjas fueron llamadas a España por la Superiora General.

Busto del Padre Arocha en el Parque Municipal. Erigido en 1943.


En l915, el P. Arocha consiguió de los Marqueses de Arellano un donativo para fundar el Asilo “Santa Margarita”. Así se construyó el edificio en el cual se halla el actual Hospital Municipal. Para atender esta institución gratuita de la Iglesia, vinieron las “Hermanitas de los Ancianos Desamparados”. Ellas asistieron durante 46 años a aquellos ancianos que no tenían familiares que los cuidasen o que sus familias no querían hacerlo. Eran los más pobres de la sociedad artemiseña de entonces. Con amor, paciencia y generosidad, estas monjas lo sirvieron desde el anonimato de ayer y de hoy, pues en la actualidad prácticamente nadie las recuerda en el pueblo como congregación religiosa, y mucho menos el nombre de alguna de ellas, pues su trabajo fue con los ancianos sin familia, que al morir no dejaban memoria. En 1961, estas religiosas fueron llamadas a España por la Superiora General. En este asilo funcionaba, además, una capilla atendida por un sacerdote franciscano. La vida cultural de este centro era independiente de la que se celebraba en la Iglesia Parroquial.
La Acción Católica Cubana contó en nuestra parroquia con un grupo muy organizado y, además, proyectado a la beneficencia social. En 1951, construyeron su edificio propio, destinado a reuniones y a la celebración de actos. En 1961, el local fue nacionalizado por el gobierno y en él radica actualmente la Casa de Cultura.
A medida que la población de Artemisa crecía, fue necesaria la construcción de nuevos centros de culto, que vinieron a añadirse a los ya existentes de las parroquias de Mangas de Guanacaje, Puerta de la Güira y Cayajabos. En 1922 se edificó la capilla de Pijirigua, en 1946 la de Las Cañas, y en 1949 la del poblado donde está el actual “Central A. Lincoln”, el cual fue nacionalizado por el gobierno en 1962. En 1976 el Obispo de Pinar del Río, Monseñor Manuel Rodríguez Rozas, decretó la supresión de las parroquias de Mangas de Guanacaje, Puerta de la Güira y Cayajabos y las anexó a la de Artemisa. De hecho el siglo xx había comenzado con esta realidad, el decreto episcopal, pues, vino a legalizarla.

5-El robo de la imagen de San Marcos

El 25 de Abril de 1958, tres jóvenes del Movimiento 26 de Julio secuestraron la imagen del patrono “San Marcos Evangelista” para que no se pudiera realizar la procesión al atardecer, y así protestar contra el gobierno de Batista. Sin embargo, la procesión salió, pero no con la centenaria imagen de San Marcos, sino con la de San Elías, traída de la Iglesia de Guanajay por el comandante Pantoja. Muy pocos artemiseños fueron a esta procesión, que estuvo custodiada por el ejército. Cuentan que un negro viejo estaba parado en la acera del Hotel Campoamor cuando pasaba la procesión, y exclamó: ¡Ese no es San Marcos!. Un soldado que se encontraba cerca le dijo: ¿Qué dice Ud.? Y el aterrado hombre se rectificó al instante: ¡ “El mismitico San Marcos”!...La imagen, guardada en La Habana , fue devuelta en Enero de 1959.

Imagen de San Marcos Evangelista, venerada desde la
segunda mitad del siglo XIX.


6- Últimos párrocos

Los párrocos desde 1927 han sido: Joaquín Cuervo, Ángel Valdés, Antonio Pellón, Mario Aguilar, Iván Bergerón, Guido Rivard, Antonio Rodríguez y Juan Carlos Fuentes. De ellos el más recordado es el P. Ángel Valdés, incluso por las nuevas generaciones que ni siquiera lo han visto. El P. Valdés con sus 90 años trabaja diariamente, asistiendo espiritualmente a los enfermos de un hospital en San Juan de Puerto Rico.

Bibliografía
1.- Archivo Nacional. Junta de Fomento. Ley 184/8327. Actas 28-IV-1802.
2.- Manuel Isidro Méndez. Historia de Artemisa. Artemisa. 1973.95.96.

 

 

Revista Vitral No. 53 * año IX* enero-febrero 2003
Maysel Bello Cruz