Una breve introducción
Muchos podrían ser los
ángulos desde los que se pudiera analizar la presencia del catolicismo
en nuestra historia, sólo lo vamos a hacer desde la participación
del laico, a través de sus asociaciones y movimientos, en la
vida eclesial y en la vida social de nuestro país, a lo largo
de los años desde el inicio de la república, hasta 1959.
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Son los laicos, como muchas veces se ha reconocido, quienes más
dramáticamente experimentan las tensiones provenientes de las
transformaciones de las últimas décadas. El objetivo de
este recuento es doble: conocer mejor nuestras raíces siguiendo
la trayectoria de nuestro laicado en el período de tiempo antes
mencionado y a la vez, comprobar y valorar el paso de Dios, Señor
de la Historia, entre nosotros.
Apuntes para la historia del laicado en Cuba
La dimensión misionera es un constituyente esencial en la labor
de la Iglesia Católica en cualquier época, circunstancia
y lugar. Vayan por el mundo entero y anuncien la Buena Nueva...
Lc 24.47 es el mandato del Señor antes de su ascensión
a los cielos, que todo creyente comprometido trata de hacer realidad
con su testimonio de vida y con su palabra.
Por supuesto. ante esta presencia misionera de la Iglesia, han surgido
reacciones de todo tipo a lo largo de los dos milenios de existencia
del cristianismo. No podemos, ni es el objetivo de este recuento - reflexión,
analizar cada una de las situaciones engendradas por la inmensa gama
de matices entre la aceptación total y el rechazo también
total, al mensaje cristiano. Sin embargo, para poder presentar este
breve resumen de la presencia del laicado en nuestra sociedad, hay que
buscar las raíces en un anticlericalismo activo y efectivo en
el mismo momento del surgimiento de nuestra República.
¿Qué se entiende aquí por anticlericalismo? ¿Cuáles
son sus causas? No es precisamente una actitud antireligiosa, sino un
rechazo a la institución eclesiástica, especialmente a
la jerarquía y al clero.
Los gobiernos de España, en relación con la Cuba colonial,
tuvieron siempre buen cuidado en unir, integridad política con
religión, es decir fidelidad al gobierno colonial (la madre patria)
con fidelidad a la Iglesia católica. Por supuesto, no todo el
clero de la Isla estaba de acuerdo, especialmente el clero nativo, pero
es un hecho histórico que los obispos, por entonces españoles,
llegaron a promover en sus diócesis, la formación de batallones
de voluntarios para defender en Cuba la integridad de la Patria
(España) y la fe de nuestros mayores (Catolicismo). Las
guerras de independencia fueron buenas razones para exacerbar las pasiones
políticas y en nuestro caso unir fe católica y fidelidad
a España como una misma cosa.
Dando un gran salto en el tiempo, instaurada ya la República,
y superada la crisis que llevó, en la Constitución de
1901 la invocación a Dios en su preámbulo, hecho que se
iba a repetir después, en 1940 con la nueva Carta Magna; la polémica,
en torno al cambio de nombre de la calzada de Belascoaín, en
Ciudad de La Habana, por el de Padre Varela, a raíz de la llegada
a Cuba de los restos del mismo, tenemos que ubicarnos, como punto de
partida de nuestro recuento a finales de 1922 cuando el rector de la
Universidad de Buenos Aires, Argentina, es invitado a la Universidad
de La Habana para impartir una conferencia sobre la Evolución
de las Universidades en Argentina.
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MÍTIN
EN EL PARQUE CENTRAL DE LA HABANA EN EL AÑO 1950. CELEBRAN
EL «DÍA DE LA JUVENTUD». LOS PRONUNCIAMIENTOS
DE LOS FEDERADOS SOBRE LOS MÁS CANDENTES PROBLEMAS DE LA
NACIÓN Y DEL MUNDO, CONMOVIERON A LA OPINIÓN PÚBLICA.
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La síntesis de aquella conferencia puede concretarse en tres
puntos. a-Sustituír la escolástica, por la investigación
y práctica de laboratorio. b-Universalización de la enseñanza
superior, vinculando la Universidad a los trabajadores y al pueblo en
general y c- lograr la autonomía universitaria, eliminando toda
dependencia de la universidad de los intereses oligárquicos.
Todas estas ideas, están en la raíz de la FEU y del grupo
llamado Renovación Estudiantil, ambos tenían como líder
a Julio Antonio Mella. De aquella conferencia sale la decisión
de celebrar el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, fijándose
la fecha del 20 al 25 de octubre de 1925 con una representación
bastante numerosa de los colegios católicos.
En este congreso hubo numerosos ataques al clero y a la Iglesia en general.
Los participantes se dividieron en dos bandos bien definidos: de una
parte los católicos, de la otra la izquierda lidereada por Mella.
La moción contra la enseñanza religiosa fue derrotada
y virtualmente allí terminó el congreso.
Uno de los primeros frutos de aquél memorable congreso, fue la
creación del Club Católico Universitario, al que seguirían
la Federación de las Juventudes Católicas y la Agrupación
católica Universitaria. ¿Ese laicado católico emergente,
pudo seguir dando la réplica al anticlericalismo que venía
incubándose desde casi cien años antes? El conocimiento
de la historia del laicado en los años siguientes y hasta 1959
tiene gran importancia para entender el sentido de etapas históricas
más recientes, y en cierto modo para entrever el futuro.
En la denominada reorganización de la Iglesia en Cuba, expresada
en un Manifiesto del clero cubano nativo dirigido al Presidente
de la República en Armas el 30 de septiembre de 1898, se nota
la preocupación por la cubanización de la Iglesia, hasta
entonces en manos de obispos y sacerdotes mayoritariamente españoles.
En esa reorganización se planteaba el problema del laicado, contemplado
en dos vertientes: 1-la promoción de la educación católica
a través de los colegios establecidos por congregaciones religiosas
y 2-la necesidad e importancia de encuadrar a los cristianos laicos
en asociaciones y movimientos que los motivaran a un compromiso cristiano
más activo y a estar presentes en las instituciones de la naciente
sociedad cubana. .
No nos estamos refiriendo a asociaciones de perfección
cristianao asociaciones piadosas que existían
en. la Isla desde mucho antes. Los creadores de un incipiente apostolado
seglar, trataron de comunicar a la Iglesia en Cuba, un espíritu
que surgía de la Iglesia Universal sintetizado en la expresión
la hora de los seglares y que tuvo como resultado la creación
de la Acción Católica por el Papa Pío XI en 1922
mediante la encíclica Ubi arcano Dei.
En el caso concreto de Cuba, la movilización del laicado estaba
exigida también por una crisis de la fe católica, surgida
en el cambio a una sociedad que nacía fuertemente asentada en
el laicismo que impregnó las ideas de la independencia contra
la católica España. Tampoco se debe
olvidar que, fruto de la libertad religiosa alcanzada en 1902 comenzaron
a establecerse en la Isla, denominaciones protestantes antes inexistentes
entre nosotros y la proliferación de logias masónicas
de diversos tipos.
Entre las principales asociaciones que promovieron un catolicismo activo
dentro y fuera de la Iglesia, podemos citar:
Conferencias de San Vicente de Paúl, fundada 1858, con
servicios de médicos y farmacia, y visitas domiciliarias para
llevar ayuda económica a las personas más necesitadas.
Congregación mariana de la Anunciata fundada en 1875 fomentando
la
dimensión formativa y apostólica de sus miembros fue fragua
de muchos
intelectuales católicos de aquél momento.
La Orden de Caballeros de Colón, de origen norteamericano,
fundada en Cuba en 1909 en la parroquia del Cristo del Buen Viaje, en
La Habana, por los padres agustinos. Su finalidad inicial fue, en un
momento en que se decía en Cuba que la religión
era cosa de mujeres y los hombres católicos temían
las burlas, la Orden comenzó a aglutinar hombres y darles la
fuerza y el valor de la unión para llevarlos a los templos y
a los sacramentos.
Asociación Católica Cubana, fundada en 1919 y constituida
por hombres y mujeres jóvenes universitarios. De ella surgió
el primer movimiento católico de mujeres que se propuso en Cuba
objetivos de defensa de los derechos de la mujer, el hogar y la educación
de los hijos. También dio lugar a la creación de un sanatorio
femenino en la Calzada del Cerro atendido por las Hijas de la Caridad.
Academia Católica de Ciencias Sociales. Fundada
en 1922 y que a pesar de su nombre de Academia, su objetivo era la creación
de una organización sindical obrera muy singular para su época.
Damas Isabelinas fundada en 1925 era la rama femenina de la Orden
de Caballeros de Colón. Creó, entre otras cosas, la Casa
Cultural de Católicas frente a la Parroquia del Vedado en la
calle Línea, una especie de réplica a la laicista sociedad
Lyceum Durante ocho años condujeron con eficacia,
una campaña antituberculosa en Cuba.
Asociación de Jóvenes Católicos. Fundada
en 1920 y llamada más tarde Club Católico Universitario,
como respuesta a los planteamientos anticlericales del
Congreso de 1925 y a la aparición en Cuba de la YMCA (Asociación
de Jóvenes
Cristianos) de origen protestante.
Federación de la Juventud Católica Cubana. Fundada
el 11 de febrero de 1928 en La Habana como consecuencias del Congreso
Nacional de Estudiantes en el año 1925, como respuesta a la hostilidad
manifestada contra la Iglesia y los católicos, por su estilo
de trabajo y su rápido crecimiento, cuando los obispos cubanos
decidieron crear la Acción Católica Cubana, sólo
hubo que hacer leves retoques para que las dos ramas juveniles de la
Federación, fueran las ramas juveniles de la Acción Católica.
Asociación de Caballeros Católicos de Cuba. Fundada
en 1929 como una fusión de las asociaciones de hombres católicos
surgidas en Cuba. Como dato curioso, al contrario de lo que ocurrió
con todas las demás, fundadas en La Habana y extendidas al resto
del país después, los Caballeros Católicos se fundaron
en Sagua la Grande con 470 socios y se extendió después
- durante el propio 1929 - al resto de las diócesis, creándose
en La Habana en 1930. En 1950 había 150 Uniones y unos 10 mil
afiliados.
Agrupación Católica Universitaria. Fundada en 1931
como una variante de la Congregación Mariana dirigida hacía
la universidad: estudiantes y profesionales. El objetivo era la formación
de selectos o pastoral de élites, porque según
sus fundadores, convertir la masa con masa era un error táctico.
A la masa había que convertirla con selectos, es decir, con militantes
capaces de orientar de producir impacto.
Asociación de Maestras Católicas. Fundada en 1939
en la ciudad de Cienfuegos a fin de procurar el mejoramiento,
la defensa y el auxilio mutuo de las que ejercen o han ejercido el magisterio
Daban a sus asociadas círculos de estudios, conferencias. cursillos
de pedagogía, religión y sociología y la programación
del estudio de los problemas y legislación escolar entre nosotros.
Liga de Damas de Acción Católica. Fundada en 1942
fue la única asociación fundada concretamente para ser
parte de la Acción Católica Cubana. Originalmente eran
señoras de la alta burguesía (Damas) pero al irse extendiendo,
perdió todo su carácter elitista y su composición
fue de todo tipo de mujeres católicas de distintas razas y procedencia
social. Posteriormente cambió su nombre por el de Mujeres
Juventud Obrera Católica (JOC). Surge en 1947 del seno
de las Juventudes de Acción Católica como resultado de
la reflexión y dado el número creciente de obreros que
integraban sus filas. Su objetivo era ser una escuela de vida
para el joven trabajador así como hacer más decorosa
y respetada la clase obrera. Trabajo arduo porque se mezclaban entre
nosotros reivindicaciones obreras con opciones políticas.
Acción Católica Cubana .S. S.. Pío XI en 1922 mediante
la promulgación de la Encíclica Ubi arcano Dei funda la
Acción Católica como la forma de participación
del laicado en el apostolado jerárquico de la Iglesia. En 1937
el entonces joven sacerdote cubano Evelio Díaz Cía fue
enviado a Roma a estudiar la nueva forma de apostolado seglar. A su
regreso pronunció en La Habana algunas conferencias explicando
funcionamiento y objetivos de la Acción Católica.
Los obispos cubanos dejaron pasar casi 20 años desde la promulgación
de la Encíclica de Pío XI, antes de implantar en Cuba
la Acción Católica y en 1940 la Jerarquía encargó
al entonces Vicario Capitular de la arquidiócesis de La Habana,
Mons. Manuel Arteaga y Betancourt que diera los primeros pasos para
fundarla estableciéndose la misma en 1941 creando la Junta Nacional
y dándole prioridades a las cuatro ramas: Hombres, Mujeres, Jóvenes
masculina y Jóvenes femenina
Estas prioridades eran: A los hombres: Divulgación y defensa
de la Doctrina Social Cristiana, es decir la relación entre trabajo
y capital, la armonía entre las clases y la función social
de la riqueza privada.
A las Mujeres la santificación del hogar, la enseñanza
de la religión a los niños y la protección de las
vocaciones sacerdotales y religiosas.
A los jóvenes la catequesis entre los hombres, la campaña
por la decencia del cine y de los espectáculos
A las jóvenes, la guerra al paganismo en las modas y la protección
de las vocaciones religiosas..
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LOS DIRIGENTES
DE LA JUVENTUD OBRERA CATÓLICA (J.O.C.) TRABAJAN
INCANSABLEMENTE PARA EVANGELIZAR A LA CLASE OBRERA.
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No parece exagerado afirmar que el laicado cubano tuvo una decisiva
intervención en la reorganización de la Iglesia a lo largo
de los primeros cincuenta años del siglo veinte. La Iglesia en
Cuba seguía carente de clero y más de una vez y en más
de un lugar eran los grupos de las ramas juveniles y de los Caballeros
Católicos, quienes mantenían abierto y con cierta vida
religiosa, capillas e iglesias en el campo cuyo pastor no era estable
o no podía pasar por allí, ni siquiera una vez a la semana.
Pero lo que es más propio de la Acción Católica
es su labor fuera de la Iglesia. Se puede tomar como muestra el Mitin
de Afirmación Católica celebrado en el entonces Teatro
Nacional de La Habana, contiguo al Capitolio, donde estaban reunidos
los Delegados a la Asamblea Constituyente, a quines hicieron conocer
sus criterios ciudadanos sobre la Carta Magna, particularmente en lo
tocante a educación.
La Federación de la Juventud Católica Cubana, nació
como consecuencia de un reto propiamente político, es decir,
de los ataques que recibió la Iglesia y el clero, los dogmas
y la moral en el Congreso Estudiantil celebrado en la Universidad de
La Habana en 1923, que hicieron palpable la urgencia de abandonar la
actitud pasiva del catolicismo cubano y adoptar otra más combativa.
A través de las llamadas entonces obras de apostolado,
los jóvenes federados descubrieron la urgencia de
una acción política. Sus incursiones en núcleos
marginados de población para llevar la catequesis, la enseñanza,
la ayuda a los pobres, hicieron descubrir, situaciones angustiosas de
miseria, ocultas tras la opulencia de la sociedad urbana. De golpe se
les reveló a los jóvenes católicos en sus correrías
apostólicas por nuestros campos, la miseria y marginalidad de
nuestros campesinos.
En 1949 hubo un momento de clara ruptura: el mitin organizado por la
Federación, en el Parque Central de La Habana para celebrar el
Día de la Juventud Católica donde se denunció
la situación imperante en nuestros campos y se expuso la necesidad
de contribuir con algo más que gestos caritativos
a que aquella parte de nuestra población fuese más justa
y humanamente tratada.
De allí surgió el Movimiento Humanista creado
por el joven federado Rubén Darío Rumbaut seguido por
un grupo numeroso de dirigentes y federados de la Juventud Católica.
Este movimiento quería ser la célula básica de
un futuro Partido político de orientación cristiana. La
vida de este movimiento tuvo dos etapas, una anterior al golpe de estado
de Batista: etapa de siembra de ideales y principios inspirados de la
Doctrina Social de la Iglesia. La otra, posterior al golpe de estado
de Batista en Marzo de 1952 que hirió de muerte el curso democrático
de Cuba, el Movimiento Humanista se vio forzado a perder su carácter
político-doctrinal para pasar a colaborar en la acción
revolucionaria contra la dictadura, mediante pactos y acercamientos
a otros grupos políticos
Parece ser, según sus fundadores, que las bases doctrinales del
Movimiento Humanista, influyó en sus inicios en los principios
del Movimiento 26 de Julio y parece que aquí tienen su origen
algunas de las afirmaciones de Fidel yo no soy capitalista ni
comunista, yo soy humanista... nuestra revolución
es humanista...( Tomado de palabras de Fidel en la Revista la
Quincena nro. 8 de abril de 1959)