Revista Vitral No. 52 * año VIII * noviembre-diciembre 2002


NUESTRA HISTORIA

 

PRESENCIA DEL LAICADO CUBANO A TRAVÉS DE SU ACCIÓN
EN LA SOCIEDAD

P. FERNANDO DE LA VEGA BENSON

Logotipo de la Acción Católica cubana

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Una breve introducción

Muchos podrían ser los ángulos desde los que se pudiera analizar la presencia del catolicismo en nuestra historia, sólo lo vamos a hacer desde la participación del laico, a través de sus asociaciones y movimientos, en la vida eclesial y en la vida social de nuestro país, a lo largo de los años desde el inicio de la república, hasta 1959. -
Son los laicos, como muchas veces se ha reconocido, quienes más dramáticamente experimentan las tensiones provenientes de las transformaciones de las últimas décadas. El objetivo de este recuento es doble: conocer mejor nuestras raíces siguiendo la trayectoria de nuestro laicado en el período de tiempo antes mencionado y a la vez, comprobar y valorar el paso de Dios, Señor de la Historia, entre nosotros.

Apuntes para la historia del laicado en Cuba

La dimensión misionera es un constituyente esencial en la labor de la Iglesia Católica en cualquier época, circunstancia y lugar. “Vayan por el mundo entero y anuncien la Buena Nueva...” Lc 24.47 es el mandato del Señor antes de su ascensión a los cielos, que todo creyente comprometido trata de hacer realidad con su testimonio de vida y con su palabra.
Por supuesto. ante esta presencia misionera de la Iglesia, han surgido reacciones de todo tipo a lo largo de los dos milenios de existencia del cristianismo. No podemos, ni es el objetivo de este recuento - reflexión, analizar cada una de las situaciones engendradas por la inmensa gama de matices entre la aceptación total y el rechazo también total, al mensaje cristiano. Sin embargo, para poder presentar este breve resumen de la presencia del laicado en nuestra sociedad, hay que buscar las raíces en un anticlericalismo activo y efectivo en el mismo momento del surgimiento de nuestra República.
¿Qué se entiende aquí por anticlericalismo? ¿Cuáles son sus causas? No es precisamente una actitud antireligiosa, sino un rechazo a la institución eclesiástica, especialmente a la jerarquía y al clero.
Los gobiernos de España, en relación con la Cuba colonial, tuvieron siempre buen cuidado en unir, integridad política con religión, es decir fidelidad al gobierno colonial (la madre patria) con fidelidad a la Iglesia católica. Por supuesto, no todo el clero de la Isla estaba de acuerdo, especialmente el clero nativo, pero es un hecho histórico que los obispos, por entonces españoles, llegaron a promover en sus diócesis, la formación de batallones de voluntarios para “defender en Cuba la integridad de la Patria (España) y la fe de nuestros mayores (Catolicismo).” Las guerras de independencia fueron buenas razones para exacerbar las pasiones políticas y en nuestro caso unir fe católica y fidelidad a España como una misma cosa.
Dando un gran salto en el tiempo, instaurada ya la República, y superada la crisis que llevó, en la Constitución de 1901 la invocación a Dios en su preámbulo, hecho que se iba a repetir después, en 1940 con la nueva Carta Magna; la polémica, en torno al cambio de nombre de la calzada de Belascoaín, en Ciudad de La Habana, por el de Padre Varela, a raíz de la llegada a Cuba de los restos del mismo, tenemos que ubicarnos, como punto de partida de nuestro recuento a finales de 1922 cuando el rector de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, es invitado a la Universidad de La Habana para impartir una conferencia sobre la Evolución de las Universidades en Argentina.

MÍTIN EN EL PARQUE CENTRAL DE LA HABANA EN EL AÑO 1950. CELEBRAN EL «DÍA DE LA JUVENTUD». LOS PRONUNCIAMIENTOS DE LOS FEDERADOS SOBRE LOS MÁS CANDENTES PROBLEMAS DE LA NACIÓN Y DEL MUNDO, CONMOVIERON A LA OPINIÓN PÚBLICA.


La síntesis de aquella conferencia puede concretarse en tres puntos. a-Sustituír la escolástica, por la investigación y práctica de laboratorio. b-Universalización de la enseñanza superior, vinculando la Universidad a los trabajadores y al pueblo en general y c- lograr la autonomía universitaria, eliminando toda dependencia de la universidad de los intereses oligárquicos.
Todas estas ideas, están en la raíz de la FEU y del grupo llamado Renovación Estudiantil, ambos tenían como líder a Julio Antonio Mella. De aquella conferencia sale la decisión de celebrar el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, fijándose la fecha del 20 al 25 de octubre de 1925 con una representación bastante numerosa de los colegios católicos.
En este congreso hubo numerosos ataques al clero y a la Iglesia en general. Los participantes se dividieron en dos bandos bien definidos: de una parte los católicos, de la otra la izquierda lidereada por Mella. La moción contra la enseñanza religiosa fue derrotada y virtualmente allí terminó el congreso.
Uno de los primeros frutos de aquél memorable congreso, fue la creación del Club Católico Universitario, al que seguirían la Federación de las Juventudes Católicas y la Agrupación católica Universitaria. ¿Ese laicado católico emergente, pudo seguir dando la réplica al anticlericalismo que venía incubándose desde casi cien años antes? El conocimiento de la historia del laicado en los años siguientes y hasta 1959 tiene gran importancia para entender el sentido de etapas históricas más recientes, y en cierto modo para entrever el futuro.
En la denominada reorganización de la Iglesia en Cuba, expresada en un “Manifiesto del clero cubano nativo” dirigido al Presidente de la República en Armas el 30 de septiembre de 1898, se nota la preocupación por la cubanización de la Iglesia, hasta entonces en manos de obispos y sacerdotes mayoritariamente españoles. En esa reorganización se planteaba el problema del laicado, contemplado en dos vertientes: 1-la promoción de la educación católica a través de los colegios establecidos por congregaciones religiosas y 2-la necesidad e importancia de encuadrar a los cristianos laicos en asociaciones y movimientos que los motivaran a un compromiso cristiano más activo y a estar presentes en las instituciones de la naciente sociedad cubana. .
No nos estamos refiriendo a asociaciones de “perfección cristiana”o “asociaciones piadosas” que existían en. la Isla desde mucho antes. Los creadores de un incipiente apostolado seglar, trataron de comunicar a la Iglesia en Cuba, un espíritu que surgía de la Iglesia Universal sintetizado en la expresión “la hora de los seglares” y que tuvo como resultado la creación de la Acción Católica por el Papa Pío XI en 1922 mediante la encíclica Ubi arcano Dei.
En el caso concreto de Cuba, la movilización del laicado estaba exigida también por una crisis de la fe católica, surgida en el cambio a una sociedad que nacía fuertemente asentada en el laicismo que impregnó las ideas de la independencia contra la “católica’ España”. Tampoco se debe olvidar que, fruto de la libertad religiosa alcanzada en 1902 comenzaron a establecerse en la Isla, denominaciones protestantes antes inexistentes entre nosotros y la proliferación de logias masónicas de diversos tipos.
Entre las principales asociaciones que promovieron un catolicismo activo dentro y fuera de la Iglesia, podemos citar:
• Conferencias de San Vicente de Paúl, fundada 1858, con servicios de médicos y farmacia, y visitas domiciliarias para llevar ayuda económica a las personas más necesitadas.
• Congregación mariana de la Anunciata fundada en 1875 fomentando la
dimensión formativa y apostólica de sus miembros fue fragua de muchos
intelectuales católicos de aquél momento.
• La Orden de Caballeros de Colón, de origen norteamericano, fundada en Cuba en 1909 en la parroquia del Cristo del Buen Viaje, en La Habana, por los padres agustinos. Su finalidad inicial fue, en un momento en que se decía en Cuba “que la religión era cosa de mujeres” y los hombres católicos temían las burlas, la Orden comenzó a aglutinar hombres y darles la fuerza y el valor de la unión para llevarlos a los templos y a los sacramentos.
• Asociación Católica Cubana, fundada en 1919 y constituida por hombres y mujeres jóvenes universitarios. De ella surgió el primer movimiento católico de mujeres que se propuso en Cuba objetivos de defensa de los derechos de la mujer, el hogar y la educación de los hijos. También dio lugar a la creación de un sanatorio femenino en la Calzada del Cerro atendido por las Hijas de la Caridad.
• Academia Católica de Ciencias Sociales. Fundada • en 1922 y que a pesar de su nombre de Academia, su objetivo era la creación de una organización sindical obrera muy singular para su época.
• Damas Isabelinas fundada en 1925 era la rama femenina de la Orden de Caballeros de Colón. Creó, entre otras cosas, la Casa Cultural de Católicas frente a la Parroquia del Vedado en la calle Línea, una especie de réplica a la laicista sociedad “Lyceum” Durante ocho años condujeron con eficacia, una campaña antituberculosa en Cuba.
• Asociación de Jóvenes Católicos. Fundada en 1920 y llamada más tarde Club Católico Universitario, como respuesta a los planteamientos anticlericales del
Congreso de 1925 y a la aparición en Cuba de la YMCA (Asociación de Jóvenes
Cristianos) de origen protestante.
• Federación de la Juventud Católica Cubana. Fundada el 11 de febrero de 1928 en La Habana como consecuencias del Congreso Nacional de Estudiantes en el año 1925, como respuesta a la hostilidad manifestada contra la Iglesia y los católicos, por su estilo de trabajo y su rápido crecimiento, cuando los obispos cubanos decidieron crear la Acción Católica Cubana, sólo hubo que hacer leves retoques para que las dos ramas juveniles de la Federación, fueran las ramas juveniles de la Acción Católica.
• Asociación de Caballeros Católicos de Cuba. Fundada en 1929 como una fusión de las asociaciones de hombres católicos surgidas en Cuba. Como dato curioso, al contrario de lo que ocurrió con todas las demás, fundadas en La Habana y extendidas al resto del país después, los Caballeros Católicos se fundaron en Sagua la Grande con 470 socios y se extendió después - durante el propio 1929 - al resto de las diócesis, creándose en La Habana en 1930. En 1950 había 150 Uniones y unos 10 mil afiliados.
• Agrupación Católica Universitaria. Fundada en 1931 como una variante de la Congregación Mariana dirigida hacía la universidad: estudiantes y profesionales. El objetivo era la formación de “selectos” o pastoral de élites, porque según sus fundadores, convertir la masa con masa era un error táctico. A la masa había que convertirla con selectos, es decir, con militantes capaces de orientar de producir impacto.
• Asociación de Maestras Católicas. Fundada en 1939 en la ciudad de Cienfuegos a fin de procurar el “mejoramiento, la defensa y el auxilio mutuo de las que ejercen o han ejercido el magisterio” Daban a sus asociadas círculos de estudios, conferencias. cursillos de pedagogía, religión y sociología y la programación del estudio de los problemas y legislación escolar entre nosotros.
• Liga de Damas de Acción Católica. Fundada en 1942 fue la única asociación fundada concretamente para ser parte de la Acción Católica Cubana. Originalmente eran señoras de la alta burguesía (Damas) pero al irse extendiendo, perdió todo su carácter elitista y su composición fue de todo tipo de mujeres católicas de distintas razas y procedencia social. Posteriormente cambió su nombre por el de “Mujeres”
• Juventud Obrera Católica (JOC). Surge en 1947 del seno de las Juventudes de Acción Católica como resultado de la reflexión y dado el número creciente de obreros que integraban sus filas. Su objetivo era ser “una escuela de vida para el joven trabajador” así como hacer más decorosa y respetada la clase obrera. Trabajo arduo porque se mezclaban entre nosotros reivindicaciones obreras con opciones políticas.
Acción Católica Cubana .S. S.. Pío XI en 1922 mediante la promulgación de la Encíclica Ubi arcano Dei funda la Acción Católica como la “forma de participación del laicado en el apostolado jerárquico de la Iglesia. En 1937 el entonces joven sacerdote cubano Evelio Díaz Cía fue enviado a Roma a estudiar la nueva forma de apostolado seglar. A su regreso pronunció en La Habana algunas conferencias explicando funcionamiento y objetivos de la Acción Católica.
Los obispos cubanos dejaron pasar casi 20 años desde la promulgación de la Encíclica de Pío XI, antes de implantar en Cuba la Acción Católica y en 1940 la Jerarquía encargó al entonces Vicario Capitular de la arquidiócesis de La Habana, Mons. Manuel Arteaga y Betancourt que diera los primeros pasos para fundarla estableciéndose la misma en 1941 creando la Junta Nacional y dándole prioridades a las cuatro ramas: Hombres, Mujeres, Jóvenes masculina y Jóvenes femenina
Estas prioridades eran: A los hombres: Divulgación y defensa de la Doctrina Social Cristiana, es decir la relación entre trabajo y capital, la armonía entre las clases y la función social de la riqueza privada.
A las Mujeres la santificación del hogar, la enseñanza de la religión a los niños y la protección de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
A los jóvenes la catequesis entre los hombres, la campaña por la decencia del cine y de los espectáculos
A las jóvenes, la guerra al paganismo en las modas y la protección de las vocaciones religiosas..

LOS DIRIGENTES DE LA JUVENTUD OBRERA CATÓLICA (J.O.C.) TRABAJAN
INCANSABLEMENTE PARA EVANGELIZAR A LA CLASE OBRERA.


No parece exagerado afirmar que el laicado cubano tuvo una decisiva intervención en la reorganización de la Iglesia a lo largo de los primeros cincuenta años del siglo veinte. La Iglesia en Cuba seguía carente de clero y más de una vez y en más de un lugar eran los grupos de las ramas juveniles y de los Caballeros Católicos, quienes mantenían abierto y con cierta vida religiosa, capillas e iglesias en el campo cuyo pastor no era estable o no podía pasar por allí, ni siquiera una vez a la semana.
Pero lo que es más propio de la Acción Católica es su labor fuera de la Iglesia. Se puede tomar como muestra el “Mitin de Afirmación Católica celebrado en el entonces Teatro Nacional de La Habana, contiguo al Capitolio, donde estaban reunidos los Delegados a la Asamblea Constituyente, a quines hicieron conocer sus criterios ciudadanos sobre la Carta Magna, particularmente en lo tocante a educación.
La Federación de la Juventud Católica Cubana, nació como consecuencia de un reto propiamente político, es decir, de los ataques que recibió la Iglesia y el clero, los dogmas y la moral en el Congreso Estudiantil celebrado en la Universidad de La Habana en 1923, que hicieron palpable la urgencia de abandonar la actitud pasiva del catolicismo cubano y adoptar otra más combativa.
A través de las llamadas entonces “obras de apostolado”, los jóvenes “federados” descubrieron la urgencia de una acción política. Sus incursiones en núcleos marginados de población para llevar la catequesis, la enseñanza, la ayuda a los pobres, hicieron descubrir, situaciones angustiosas de miseria, ocultas tras la opulencia de la sociedad urbana. De golpe se les reveló a los jóvenes católicos en sus correrías apostólicas por nuestros campos, la miseria y marginalidad de nuestros campesinos.
En 1949 hubo un momento de clara ruptura: el mitin organizado por la Federación, en el Parque Central de La Habana para celebrar el “Día de la Juventud Católica” donde se denunció la situación imperante en nuestros campos y se expuso la necesidad de contribuir con “algo más que gestos caritativos” a que aquella parte de nuestra población fuese más justa y humanamente tratada.
De allí surgió el “Movimiento Humanista” creado por el joven federado Rubén Darío Rumbaut seguido por un grupo numeroso de dirigentes y federados de la Juventud Católica. Este movimiento quería ser la célula básica de un futuro Partido político de orientación cristiana. La vida de este movimiento tuvo dos etapas, una anterior al golpe de estado de Batista: etapa de siembra de ideales y principios inspirados de la Doctrina Social de la Iglesia. La otra, posterior al golpe de estado de Batista en Marzo de 1952 que hirió de muerte el curso democrático de Cuba, el Movimiento Humanista se vio forzado a perder su carácter político-doctrinal para pasar a colaborar en la acción revolucionaria contra la dictadura, mediante pactos y acercamientos a otros grupos políticos
Parece ser, según sus fundadores, que las bases doctrinales del Movimiento Humanista, influyó en sus inicios en los principios del Movimiento 26 de Julio y parece que aquí tienen su origen algunas de las afirmaciones de Fidel “yo no soy capitalista ni comunista, yo soy humanista”... “nuestra revolución es humanista”...( Tomado de palabras de Fidel en la Revista la Quincena nro. 8 de abril de 1959)’

 

 

Revista Vitral No. 52 * año VIII * noviembre-diciembre 2002
P. Fernando de la Vega Benson
(Cojímar, La Habana 1935)
Ordenado sacerdote el 29 de Junio de 1975. Párroco de la Iglesia de Monserrate. Profesor de Sagrada Escritura del Seminario San Carlos y San Ambrosio. Vicecanciller y Vicario Judicial del Arzobispado de La Habana.