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enero-febrero. año VII. No. 41. 2001

ÍNDICE

BIOÉTICA

CASO 1

  

¡A _D E B A T E!

DILEMAS DE LA PRÁCTICA MÉDICA

CASO 3

Una joven de 18 años de edad sufre un accidente con una lesión cerebral marcada. Se ingresa en terapia intensiva y los médicos la atienden. Tres días más tarde no hay mejoría y se plantea la posibilidad de que se encuentre en muerte encefálica. Se le realizan los estudios como está establecido y se llega a la conclusión de que se encuentra en muerte cerebral irreversible, no hay ninguna posibilidad de recuperación, aún le late el corazón y la presión y el pulso se mantienen dentro de lo normal aunque ya tienden a disminuir, respira con un equipo de ventilación artificial y se le plantea entonces a los familiares esta situación, quedando ellos convencidos de que no hay posibilidad de recuperación. Entonces se les dice que existe la posibilidad de que puedan donar los órganos de la paciente y así salvar varias vidas de personas que esperan por un transplante y que de no realizárseles morirían.

Los familiares están de acuerdo, pero uno de ellos, muy cercano plantea que esperen a que el corazón le falle, entonces se le explica que el deterioro que se produce en los órganos por la falta de oxígeno después de un paro hace que estos no sean útiles para transplantar; que esto debe hacerse antes del paro. El familiar pregunta ¿Está ya muerta? La respuesta es "Sí, aunque le lata el corazón, la muerte encefálica no tiene solución". El familiar entonces pide que ya que está muerta se le retiren todos los equipos, que él no está de acuerdo en donar, pero que si está muerta se la den ya, y si no pueden hacerlo es porque no está muerta, y entonces ¿Por qué le piden que done órganos?

¿Qué usted cree?

Envíenos su opinión

 

 

 

 

 

Como habíamos acordado hoy traemos las conclusiones del primer caso de A Debate . Ante todo quisiera agradecer a todos los que hicieron llegar sus respuestas, tanto por escrito como los que se me acercaron para plantearlas oralmente.

En el caso a discutir existen tres posiciones, que podemos resumir de la siguiente forma:


a- "Mato a mi padre porque está sufriendo y quiero aliviarlo, pero sé que la enfermedad que tiene es mortal y por ello decido aliviarlo con la muerte".
Esto se denomina "muerte por piedad" y su nombre abreviado es EUTANASIA. La eutanasia consiste en darle muerte a una persona aquejada de una enfermedad mortal con el pretexto de aliviarlo en el sufrimiento y con la justificación de que "como de todas formas va a morir, acortemos la vida para que sufra menos".
Me pregunto ¿quién sabe cuándo va a morir?, ¿quién tiene derecho a decidir cuándo otra persona debe vivir o morir?, ¿quién es dueño de su propia vida o de su propia muerte?.
La respuesta que tengo para esto es: NADIE, solo Dios, y no tenemos derecho a suplantarlo. La vida nos fue dada en usufructo, no en propiedad y por ello debemos administrarla y cuidarla, no tenemos derecho a destruirla. Ninguno de los lectores que opinaron estuvieron de acuerdo con esta posición, lo que considero muy bueno.

b- "No quiero que maten a mi padre, quiero que le prolonguen la vida todo lo posible, que no lo alivien si esto representa la posibilidad de que pueda acortar su existencia aún en unos minutos".
Esta fue la opinión ligeramente mayoritaria, 56%. Representa una posición respetable y positiva, es la defensa de la vida más allá de cualquier consideración, pero tiene como inconveniente que prolonga el sufrimiento y la agonía de manera innecesaria.
El sentido del sufrimiento no es soportarlo, sino aceptarlo, pero no olvidar nunca la necesidad de aliviarlo, tanto físicamente como con el apoyo humano necesario para que el que sufre sienta que lo quieren. El mantener la vida con medidas extraordinarias cuando ya sabemos que estas medidas solo lograrán prolongar la agonía no conservar la vida, recibe el nombre de DISTANASIA (dis: dificultad, tanatos: muerte) ya que entorpece el tránsito natural hacia la muerte sin evitarla. También se la denomina "encarnizamiento terapéutico", ya que con el tratamiento que prolonga la vida que ya se va a perder, lo que hacemos es encarnizarnos con el paciente y no ayudarlo.

c- La tercera posición: "Sé que la vida ya no existe y quisiera que muera aliviado, no quiero que se tome ninguna medida que deliberadamente acorte el tiempo que la queda, pero, dentro de lo moral, no quiero que sufra".
Este concepto de aceptar la inevitabilidad de la muerte, procurando hacer lo más fácil posible el tránsito de la vida hacia la muerte, es la posición más razonable, Pudiera confundirse con la anterior, la diferencia radica en que en este caso se emplean medicamentos para aliviar el dolor, aún cuando estos medicamentos entrañen el riesgo de acortar la vida, pero para ello es necesario hacerlo con criterios bien claros y firmes:
1- No buscar la muerte del que sufre, sino su alivio.
2- No utilizar dosis tóxicas de los medicamentos, sino emplearlos siempre dentro de las dosis de tratamiento recomendadas, si a estas dosis se acelera la muerte, este efecto no ha sido buscado ni deseado, la utilización de estos medicamentos a dosis dañinas es buscar la muerte, pero si el efecto de daño se produce a dosis habituales, es aceptable. La muerte a su tiempo, ni antes, ni después. Esto se denomina ORTOTANASIA (orto: tiempo, tanatos:muerte)

En la encíclica Evangelium vitae, Juan Pablo II señala: "...Si pueda ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor ... es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, si no hay otros medios y si en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales"

 


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