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julio-agosto. año VII. No. 38. 2000 |
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NUESTRA HISTORIA |
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CENTRO DE LA COLONIA ESPAÑOLA |
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La génesis de los sanatorios o quintas de salud en pinar del Río, se remonta al último cuarto del siglo XIX cuando en el año 1883, a propuesta del periodista Ángel Ruiz del Haya, director del periódico "La Fraternidad Española", fue fundada la Asociación de Dependientes del Comercio. Ruiz del Haya, quien era dueño también de una tienda mixta, aledaña a dicho periódico que vio la luz por primera vez en el año 1876, estaba situada en una casa de embarrado y tejas al lado del café "La Perla" posteriormente "Labiada", en la esquina de la calle Real o Mayor y Colón. Al desaparecer la mencionada tienda mixta el local fue punto de reunión de todos los comerciantes pertenecientes a dicha Asociación de Dependientes. En su primera reunión se tomó el acuerdo de construir una quinta de salud para todos los asociados, según se hace constar en el acta. El 24 de diciembre de 1890 se procedió a la inauguración del edificio de dos plantas para la quinta de salud en la Calzada de la Coloma esquina a la calle Rastro o Sol, conocida posteriormente por nuestro pueblo con el nombre de "El Campesino". La Quinta de Salud estuvo funcionando hasta mediados del año 1895, cuando el ejército español ordenó desalojar el centro hospitalario para convertirlo en almacén de municiones y otros pertrechos de guerra de la artillería española. Este movimiento se hizo con motivo de la guerra desatada por el máximo orientador, nuestro Apóstol José Martí, al lanzarse el Grito de Baire por las fuerzas independentistas, el 24 de febrero de 1895. Después de haber cesado la dominación española en la Isla, o sea el 27 de mayo de 1901, suscrito por 140 firmas se convocó a una reunión el 2 de junio del propio año en los altos de la tienda de tejidos "El Incendio", propiedad de José Bardales, edificio que aún existe en la calle Martí entre rosario y Vélez Caviedes en esta ciudad. En dicha reunión se sentaron las bases para dejar constituida una sociedad denominada, Casino Español, concurrieron a esa reunión cincuenta comerciantes en total, presidida por Silvestre Girbal Jofra, en su condición de Cónsul de España en Pinar del Río, actuando como secretario Mario Corujedo y Vidal. No esperaron muchos días los reunidos en los altos de "El Incendio" para dejar constituida la Directiva, que le daría fuerza legal a la sociedad de instrucción y recreo, denominada "Casino Español" del Centro de la Colonia Española de Pinar del Río, que así se llamó primeramente hasta el año 1903 en que se suprimió el nombre de "Casino Español, en ocasión de modificarse el reglamento primitivo. El 28 de julio de 1901 se eligió la primera junta Directiva que tomó posesión el 5 de agosto del mismo año quedando integrada por Gil Álvarez Prida como presidente; vice-presidente primero: Ricardo Fernández gonzález; tesorero: José Bardales Barbolla; Secretario general: Juan Camacho de Armas, seguido de 21 vocales y 9 suplentes. Una de las aspiraciones de la incipiente institución fue la de crear la quinta, la casa de la salud y el sanatorio como indistintamente se llamaba. Los proyectos plasmados en las sesiones de las Juntas Directivas se iban haciendo realidad con los fondos aportados por sus asociados. En una de esas reuniones se designaron dos médicos: el doctor Juan de Montagú Carecabe y el doctor Eduardo Gómis, este último como médico de visita. Ambos ofrecían consultas a los socios hasta tanto se encontrara un lugar apropiado para el alojamiento de sus enfermos. Fue entonces que se tomaron en arrendamiento por la suma de $42.40 oro mensual los "barracones" adquiridos por Tito Vila al gobierno interventor norteamericano. Allí se instalaron 28 camas con las imprescindibles mejoras. El sanatorio comenzó a funcionar en el mes de febrero de 1902 y se le llamó primeramente "Mercedes", aunque continuaban las gestiones para la adquisición de un terreno más amplio para la construcción definitiva de la casa-quinta. Junto a los "barracones" existían los terrenos de la finca Aguilar, lugar donde se había construido una casona de dos plantas en el año 1819 por el teniente gobernador José Aguilar. El 25 de abril de 1902 en pública subasta el Centro de la Colonia Española se adjudicó dichos terrenos en la suma de $3 600. En la adaptación de la Casa de Aguilar cuyos bajos eran de mampostería con techo de tablas y tejas, se invirtieron $1,500 para la instalación de la quinta.
Por otra parte, las reuniones de las Juntas Directivas se dificultaban por la falta de un local apropiado. Unas veces se reunían en los altos de "El Incendio", otras en el domicilio de Fernández Guerra en la Calle Recreo esquina a Isabel la Católica, donde estuvo posteriormente instalada la Jefatura de Obras Públicas, después en una habitación del Hotel "Ricardo" o en la misma quinta de salud. Esto propició que la Directiva se preocupara por el alquiler de un local para la instalación del edificio social. A ese efecto se alquiló a los hermanos González los altos del hotel y restaurant "La Flor Asturiana" enclavado donde se encuentra actualmente la Casa de la Trova. El 20 de diciembre de 1903 se inauguró el local con distintos festejos, fue su primer presidente Enrique Prieto Candás y su secretario Juan Corso Príncipe. Posteriormente, la Directiva del Casino Español adquirió los terrenos conocidos como el solar de las Arias por la cantidad de $4 200. pesos a su dueño Pedro Pablo Garmendía. Este terreno medía 3 700 varas de superficie, lindando por el frente con la calle Martí, por el fondo con la calle Yagruma o "de la Fuente", por el lado derecho con la casa de Jaime Couse y por el Izquierdo con la calle Cuartel. Con anterioridad este solar era utilizado como parque de diversiones y de instalaciones de carpas de circos. Fue el ingeniero Luis G. Estéfano el encargado de hacer los planos, pero la obra fue adjudicada a Carlos E. Cadalso. En principio el monto de la obra era de 35000 pesos, cantidad que fue recaudada por la directiva de la Sociedad con la emisión de bonos de cien pesos hasta cubrir el costo del edificio en cuestión. La primera piedra del edificio se colocó el 28 de febrero de 1908. Ésta llevó el nombre de Sociedad de Instrucción y Recreo de la Colonia Española de la cual fue su presidente, Ricardo Fernández González. Asistieron a la Ceremonia, el Gobernador Provincial, Coronel del Ejército Libertador, Indalecio Sobrado Lago y el Alcalde Municipal Alfredo Porta Rojas. Esta construcción motivó un pleito judicial entre el arquitecto Cadalso y la directiva de la Sociedad al agotarse el presupuesto de los 35 000 por lo que fue paralizada la obra por el referido constructor hasta tanto no recibiera la cantidad de 12 000 pesos para su terminación. La construcción costó 50 000.00 pesos. Al fin, el día 25 de julio de 1909 se inauguró el edificio de la Sociedad de Instrucción y Recreo de la Colonia Española con la asistencia del Exmo señor Don Pablo Solar y Guardiola Ministro-Representante de su Majestad el Rey. El Obispo de la Diócesis Católica Monseñor Manuel Ruiz Rodríguez, bendijo el edificio. A las 10 y media de la mañana se celebró el acto con dos días de fiestas, amenizados por las orquestas de Gigato y de Juan Jardín. Asistieron además a la inauguración el gobernador provincial, el Lcdo. Juan B. Pichardo de la Audiencia, Eduardo Gómis Comella, Cónsul de España, el alcalde municipal en Pinar del Río, José María Villaverde, presidente del Casino Español de la Habana y otras personalidades. La prensa nacional se hizo eco de la inauguración del Centro con amplias informaciones de los distintos actos celebrados. La casa social contaba con una amplia biblioteca, salón de lectura, salón de cantina y billares, oficinas y un inmenso salón de fiestas y otros departamentos. El pabellón central del Sanatorio o quinta de la colonia Española fue inaugurado el día 2 de mayo de 1925 en su primera fase de una planta el 3 de diciembre de 1948, "Día del Médico", quedó terminada la segunda planta con el nombre de "Desiderio Saludes". En la planta baja estaba instalada la dirección, administración, ropería, despensa, comedor, cocina, cuartos para enfermos y farmacia. Separado del pabellón central se construyeron el de "Florinda Cangas" para mujeres y niños, "Petrona Rubio" para maternidad, con su sala de partos y centro de consultas. Un pabellón de infecciosos. Los pabellones de tuberculosos y de consultas externas, un laboratorio, otro de Rayos X, con equipos modernos para su época: de radiografía, fluoroscopia, luz alpina, terapia, etc, instalaciones para lavandería y almacenes en general. Además contaba con una capilla de la Purísima Concepción. El primer director de la Casa quinta fue el doctor Juan Montagú Carecabe, a quien sustituyó el doctor Eduardo Gómis Comellas. En 1909 tomó posesión el doctor Carlos Montagú Vivero. En 1912 el eminente cirujano León Cuervo Rubio hasta su fallecimiento en 1946. A su memoria se erigió un busto a la entrada del Sanatorio. Pasó a ocupar la dirección el doctor Sergio Cuervo Castillo, heredero legítimo de la prestigiosa y mágica cuchilla de León. Es lamentable que en la década de 1960 el monumento del Dr. León Cuervo Rubio fue destruido y su busto lanzado en el solar contiguo a los barracones, donde permaneció varios años. La presidencia del Centro de la Colonia Española se elegía con el voto directo y secreto de todos sus socios. Entre los que la presidieron se destacaron entre otros, Adolfo Echevarria Botalón quien emprendió la obra del pabellón central en 1925, Desiderio Saludes Fernández, Francisco Canosa Crespo, José Junco Sánchez que la había presidido de 1912 a 1922 y Ángel Camoira Vázquez. El Centro de la Colonia Española construyó al fondo del edificio social un Campo Deportivo, quien lo puso a disposición en arrendamiento al Instituto de Segunda Enseñanza para la práctica de deportes y ejercicios de Cultura Física de los alumnos de ese plantel. También poseía un balneario en la playa Las Canas para el disfrute de sus socios. Fue inaugurado en el mes de junio de 1938 a un costo de $ 2 864.00 pesos. Resulta significativo que con una cuota mensual de $2.50 los socios de la colonia Española tenían el derecho a los servicios que se brindaban, tales como: ingreso al sanatorio, medicinas, atención a través de visitas domiciliares de sus médicos y la correspondiente receta para recibirlas en la farmacia del centro sin costo alguno; hasta las operaciones por muy complicadas que fueran. Además tenían derecho a entrar al Centro de recreación donde se celebraban, además de otros servicios, bailes con las mejores orquestas locales, nacionales y extranjeras, así como el disfrute del Club de la playa Las Canas, también amenizadas con bailes y fiestas con organizadas excursiones.
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