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julio-agosto. año VII. No. 38. 2000 |
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VI ANIVERSARIO |
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Dos acontecimientos importantes se dieron lugar la noche del viernes 7 de Julio, en la acogedora Casa de las Hijas de la Caridad: La celebración del VI Aniversario de la Revista Vitral, vino a unirse a la apertura del VI Seminario Diocesano para animadores del Centro de Formación Cívica y Religiosa que funcionó allí los días 7,8 y 9 de Julio. Estos acontecimientos tuvieron como apertura, la Celebración de la Santa Misa por Mons. José Siro en la Capilla de esta Casa que se vio totalmente colmada por los participantes que ocupaban además las habitaciones colindantes, pasillos y patios. Posteriormente, como es ya tradicional, se procedió al anuncio de los premiados y las menciones así como la entrega de los premios a los ganadores del Concurso Literario Vitral 2000. Como de costumbre, algunos de los presentes ofrecieron sus criterios, saludos y felicitaciones, en homenaje a la festejada principal de la noche: la revista "VITRAL". Las interpretaciones del grupo musical "Ágape" vinieron a dar un toque armonioso de vital alegría, llenando el espacio de la noche, con los recuerdos de melodías de la década prodigiosa de los 60, con la que todos los presentes allí, sin excepción, se entusiasmaron con espontánea y contagiosa alegría. Fue una noche de cálida celebración en la que todos vibraron llenos de emociones, aplausos y canciones cantadas a coro por casi la totalidad de los asistentes. La sencilla y sana alegría se escapaba del corazón a los ojos, a las manos, a la voz y a los pies. Y como dice una amiga y fiel admiradora de Vitral; ¡Hasta el próximo Aniversario! Así sea. / Humberto Bomnin Javier (Animador del C.F.C.R)
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VI ANIVERSARIO DE "VITRAL"
por Mons. José Siro González Bacallao
Queridos amigos de VITRAL: Queridos hermanos y hermanas:
- Pudiera parecer desconcertante para algunos la forma en que el Centro de Formación Cívica y Religiosa celebra este año el Aniversario de su Revista Vitral. Les aseguro que no ha sido nuestra intención desconcertar, sino recordar que la Iglesia como toda institución humana, aunque ella es la única divina, también, tiene sus tácticas para evitar la rutina, ese mal que tanto lamentamos y al cual somos tan proclives. -Si leemos y escudriñamos el Evangelio, contemplaremos al Señor Jesús, diciendo palabras y haciendo signos desconcertantes para sus espectadores. Curaría en sábado en contra de lo establecido por la Ley, convertiría el agua en vino en una simple fiesta de novios, echaría de forma descompuesta a los mercaderes del templo y muchas otras acciones que sembrarían el desconcierto en la multitud que a veces le seguía, y aún en sus mismos discípulos más cercanos. VITRAL ha querido reunir a sus amigos y admiradores y no dudo que habrá también alguno no tan admirador ni amigo, para celebrar como cada año, una fiesta; pero en esta ocasión, con unas características y en un marco un tanto singular. Nuestra fiesta es en la Casa del Padre de todos los hombres, porque para Él todos somos sus hijos y por tanto hermanos. Junto al altar que representa a Cristo, Aquel que pagó la deuda de nuestros pecados en el Ara de la Cruz. A los pies de la imagen de aquella que nos recuerda, a la Madre dulcísima de la Caridad, la Reina y Patrona de este pueblo, la que nos acompaña en nuestras penas y alegrías desde los albores mismos de nuestra nacionalidad. El canto del "Feliz Cumpleaños" está a cargo del Obispo, bajo cuyo manto, gracias a Dios, ha estado siempre cobijada la humilde sierva, que ha querido ser colaboradora y portavoz en una de las nuevas formas de evangelización que la Iglesia tanto anima y promueve en el mundo de hoy, el de la globalización, el del Internet, el de los rápidos medios de comunicación. Desde que el Santo Padre Juan Pablo II nos dejó, como sabio derrotero, su magistral mensaje a los obispos de Cuba, aquel inolvidable 25 de Enero de 1998, muchas veces lo he leído, releído y meditado. Su profunda y abundante doctrina pastoral, la he resumido en doce puntos, que quiero compartir con Uds. Atención, habla el Mensajero de la Verdad y la Esperanza que nos dejó un rico y vigente testamento, al cual quiere ser fiel vuestro Obispo, para que a su vez Uds. se animen a ser protagonistas de una historia que no es exclusiva de la Iglesia, sino propia de todo este noble pueblo. 1º) Su solicitud de pastores no los puede mover a exigir para la Iglesia una posición hegemónica o excluyente, sino a reclamar el lugar que por derecho le corresponde en el entramado social donde se desarrolla la vida del pueblo, contando con los espacios necesarios y suficientes para servir a sus hermanos. Busquemos estos espacios de forma insistente, no con el fin de alcanzar un poder –lo cual es ajeno a su misión- sino para acrecentar su capacidad de servicio. 2º) Con espíritu ecuménico procuren la sana cooperación con las demás confesiones cristianas, y mantengan, tratando de incrementar su extensión y profundidad, un diálogo franco con las instituciones del Estado y las organizaciones autónomas de la sociedad civil. 3º) Cuando la Iglesia reclama la libertad religiosa no solicita una dádiva, un privilegio, una licencia que depende de situaciones contingentes, de estrategias políticas o de la voluntad de las autoridades, sino que está pidiendo el reconocimiento efectivo de un derecho inalienable. 4º) Es al hombre a quien debemos servir con libertad en nombre de Cristo, sin que este servicio se vea obstaculizado por las coyunturas históricas, incluso en ciertas ocasiones, o por la arbitrariedad o el desorden. 5º) Luchen siempre por crear entre los fieles y en todo el pueblo cubano el aprecio por la vida desde el seno materno, que excluye siempre el recurso al aborto, acto criminal. Trabajen por la promoción y defensa de la familia, proclamando la santidad e indisolubilidad del matrimonio cristiano, frente a los males del divorcio, la separación y la carencia de autonomía. 6º) Cuiden con esmero a los jóvenes, facilitando una adecuada formación catequética, moral y cívica que complete en ellos el necesario suplemento del alma, que les permita remediar la pérdida de valores y de sentido a sus vidas con una sólida educación humana y cristiana. 7º) Con los sacerdotes, sus primeros y predilectos colaboradores, los religiosos y religiosas que trabajan en Cuba, sigan desarrollando la misión de llevar la Buena Nueva de Jesús a los que experimenten sed de amor, de verdad, de justicia. Asimismo a los semi-naristas acójanlos con confianza, ayudándolos a adquirir una sólida formación intelectual, espiritual y humana, que les permita configurarse con Cristo. 8º) Animen a los fieles laicos a vivir su vocación con valentía y perseverancia, estando presentes en todos los sectores de la vida social, dando testimonio de la verdad sobre Cristo y sobre el hombre: buscando, en unión con las demás personas de buena voluntad, soluciones a los diversos problemas sociales, políticos, económicos, culturales y espirituales que debe afrontar la sociedad; participando con eficacia y humildad en los esfuerzos para superar las situaciones. a veces críticas que conciernen a todos, a fin de que la Nación alcance condiciones de vida cada vez más humanas. 9º) No descuiden la atención pastoral de los que, por diversas circunstancias, han salido de la Patria, pero se sienten hijos de Cuba. 10º) Un Estado laico no debe temer, sino más bien apreciar, el aporte moral formativo de la Iglesia. En este contexto es normal que la Iglesia tenga acceso a los medios de comunicación social. En esta labor evangelizadora deben ser consolidadas y enriquecidas las publicaciones católicas que puedan servir más eficazmente al anuncio de la verdad, no solo a los hijos de la Iglesia, sino también a todo el pueblo cubano. 11º) Procuren una adecuada formación integral que restaure al hombre como persona en sus valores humanos, éticos, cívicos y religiosos y lo capacite para realizar su misión en la Iglesia y en la sociedad. 12º) Es necesaria la creación y renovación de las Diócesis, parroquias y pequeñas comunidades que propicien la participación y corresponsabilidad y vivan , en la solidaridad y el servicio, su misión evangelizadora. - Estos sabios consejos y normas deben ser, a mi entender, la planificación de todo nuestro servicio a la Iglesia y a este pueblo; haciendo este camino estamos colaborando con el Señor de la historia, en ese misterioso quehacer de la salvación, que es el único andar que merece toda nuestra preocupación y entrega. Pasa un año y viene otro y, queramos o no, somos actores y colaboradores con Dios en esa misteriosa historia de salvación, que nos propone desde el principio de todo lo creado que el tiempo es una dimensión de Dios, que en sí mismo es eterno, pero que al sacar del "caos informe" el orden de la vida, puso en el interior de cada cosa y en la dinámica de toda la creación, el ritmo de las horas para que la obra comenzada pudiera ser continuada por el hombre, señor de la vigilia y el descanso, celebrante del trabajo y del ocio, partícipe de los duelos y las fiestas, en esa liturgia ecológica, tan interrumpida hoy, en la que hasta el propio Creador descansó al final de las poéticas jornadas. Desde entonces el tiempo es la hora de Dios, pues "su gloria" es que el hombre viva y éste vive al ritmo del tiempo que le regala su Padre eterno. Así lo expresó el autor del Eclesiastés cuatro siglos antes de Cristo, cuando reuniendo a los hermanos en asamblea, recordaba el sentido del tiempo diciendo: "Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo. Hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo para plantar y tiempo para cosechar... Y finalmente ¿qué le queda al hombre de todos sus afanes? Dios hace que cada cosa llegue a su tiempo, pero también invita a mirar a su conjunto. Y nosotros no somos capaces de descubrir el sentido global de la obra de Dios, desde el comienzo hasta el fin" (Ecles. 3-1, -9-11). Ese sentido global del tiempo, ese mirar comprendiendo y amando la historia humana, ese renovar el "valor cósmico" del universo, ordenándolo en el amor, es culminado por la Encarnación del Hijo de Dios hace dos mil años, al llegar para toda la humanidad "la plenitud de los tiempos". -No olvidemos que estamos celebrando, con la Iglesia y como Iglesia, este tiempo de fiesta y de acción de gracias que es el Año Jubilar. Lo que la Iglesia invita a celebrar con todos los hombres de buena voluntad, es aquella dimensión trascendente del tiempo y de la historia humana, que ha encontrado su plenitud redimida en Cristo y que es capaz de dar sentido, razón de ser, motivación profunda y culminación feliz a la existencia del hombre sobre esta tierra y más allá de las limitaciones de este mundo. Con esta apertura y en este diálogo fraterno la Iglesia quiere presentarse en los aerópagos de hoy: Los grandes campos de la civilización contemporánea y la cultura, de la política y la economía, hasta alcanzar los más lejanos círculos del diálogo de salvación. Ella sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido. El contenido fundamental de este servicio a la verdad es que Jesucristo es el Señor de la historia, el Señor del tiempo, porque por Él, Dios mismo se ha introducido en la historia y en el tiempo de los hombres, traspasando la historia humana con la vida divina y convirtiendo el tiempo de los hombres en hora de Dios. Así Dios se hace contemporáneo en la historia humana. "El hombre que vive, es la gloria de Dios" decía San Ireneo, obispo del siglo II, padre de la Iglesia griega. -Por eso mismo, cada vez que los hombres celebramos algún evento, algún aniversario, en este caso el de nuestra querida VITRAL, estamos viviendo y celebrando el tiempo de Dios, pues los acontecimientos de los hombres, sean tristes o felices, forman parte inseparable de ese misterioso, pero real, tiempo de Dios. Y por eso mismo, esta linda y feliz celebración, puede y debe ser ocasión para reconsiderar que el tiempo es, desde el Nacimiento de nuestro Salvador, santuario donde Dios llama para que todo hombre descubra su propia dignidad y responda, según su ritmo personal, a la vocación que vive con el esfuerzo de sus propias manos, de su inteligencia, de su voluntad, de su corazón. Al llegar su hora, Jesús trabajó con sus manos de hombre para continuar la obra creadora de Dios, puso su inteligencia humana al servicio de la verdad y del bien, logró hacer con alegría la voluntad de su Padre en la ascética de su propia voluntad. Logró, en resumen, reconciliar el corazón humano con el corazón de Dios. Ese ha querido ser el ritmo del año que el Señor le ha querido regalar a VITRAL, plagado de emociones e incomprensiones, como toda obra humana, y ese queremos que sea el desafío de un año más. Pequeño espacio para proyecto grande. Ventana humilde para altos sueños. Intento limitado para expectativa mayor. Pero aquí está, cumpliendo su 6º aniversario, el espacio, la ventana y el intento; acompañando, desde su limitación, otros espacios, otras ventanas, otros intentos que son los mejores frutos de la siembra de ilusión y el despertar de posibilidades. Pido al Señor y a su santísima Madre de la Caridad que nunca nos conformemos con lo que hayamos hecho, pero que tengamos fe que lo poquito de hoy, puede ser semilla de plenitud para el mañana y para que lo limitado de nuestros intentos no nos aten a la obscuridad del miedo. Somos hijos de la luz, no de las tinieblas. Acariciemos siempre el milagro como Dulce María Loynaz en su bello poema, ¿ dónde estaba el milagro? ¿En la vara de Moisés, el de la cabeza flamígera, o en aquella humilde, reseca piedra del desierto? ¿O estaba desde antes, en la enfebrecida sed, capaz de fecundar arroyos en cada piedra del camino? ¿Dónde estaba el milagro, la gracia discernida? Estaba en todo ésto, pero junto: en la función de sed con piedra y cielo, porque la roca sin vara de Moisés sólo era una roca más, y la vara de Moisés sin gente terca, miserable y sedienta, sólo hubiera sido la vara de un prestidigitador que divierte sin remediar, sin salvar nada. Alguna ves hemos vivido sin milagros, pero no sé; la verdad, no sé cómo podría vivir el milagro sin nosotros...
Pinar del Río, 7 de Julio del 2000.
A:
Dagoberto Valdés A
LA ATENCIÓN DE VITRAL Desde Estrasburgo, Corinne Cumerlato y Denis Rousseau quieren en ocasión del 6º cumpleaño de VITRAL felicitar a todos los que mantienen abierta esta ventana sobre (la luz multicolor) de la sociedad cubana. Queremos agradecer y abrazar especialmente a nuestro tan entrañable amigo Dagoberto. Queremos asegurarnos que seguimos y seguiremos a vuestro lado a lo largo de vuestro camino, atentos a vuestras esperanzas como a vuestras dificultades. ¡Deseamos
muchos mas años de vida a VITRAL, que sea tan generosa como lo ha sido
desde el primer día! Un
gran abrazo a todos Corinne y Denis
PREMIOS DEL CONCURSO LITERARIO ANUAL "VITRAL"
La tercera edición del Concurso Literario de la revista "Vitral" de Pinar del Río, tuvo lugar durante este Año Jubilar del 2000, Aniversario del Nacimiento de Jesucristo y en ocasión del VI Aniversario de esta publicación católica. Los jurados estuvieron constituidos de la siguiente forma: Narrativa y Ensayo:
Poesía y Poesía Infantil:
La premiación tuvo lugar durante la Celebración por el VI Aniversario de la Revista Vitral el pasado 7 de Julio en la Casa de las Hijas de la Caridad.
Premiados Concurso VI Aniversario Gran Premio – Yomar González Domínguez, con el libro de cuentos: "De los animales limpios". Premio Narrativa – Yomar González Domínguez: "De los Animales Limpios" Premio Poesía – Orlando Víctor Pérez Cabrera, con el libro de Poesía: Versos Salvajes. Premio Literario para Niños – Miguel Ángel Morales. Obra: "Luces de la noche, sombras del Día" Mención Poesía – Orlando Valdés Camacho, con el libro de poesía: "Nunca se sabe por qué lloran los delfines" Mención Ensayo – Pedro Pablo Arencibia, con la obra: "Ecos de una extraña petición".
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