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julio-agosto. año VII. No. 38. 2000 |
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CINE |
EL ATLETA DEL SIGLO por Dani Francisco Tejera |
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Una de las actividades que desde el surgimiento del hombre ha contribuido grandemente al fortalecimiento de la salud humana, la constituye, sin lugar a dudas, la práctica sistemática del deporte. Desde lo más remoto de la edad antigua, pasando por el medio Evo, hasta los tiempos presentes, el proceso evolutivo de las habilidades corporales ha alcanzado tal grado de desarrollo, que aún aquellas personas con limitaciones físico-motoras forman parte de ese inmenso caudal de atletas que para disfrute de las multitudes, día a día entrenan y compiten en todas las latitudes del planeta. El Cine, la más joven y abarcadora de todas las Artes, cuya primera aparición se remonta al último lustro del agonizante siglo XIX y que alcanzara su plenitud durante éste, que también concluye, en su afán de colmar las salas de público, puso su tecnología a disposición de deportistas famosos, argumentos reales o de ficción, convirtiéndose así, en un difusor potencial de esa actividad antes de que la televisión surgiera y alcanzara el grado de desarrollo que posee en la actualidad. Lamentablemente a los productores cinematográficos, cuyo leitmotiv consiste en obtener grandes ganancias, no les interesaba la más pura, genuina y humana forma de deporte (Amater), con excepción de los residentes en los países socialistas que llevaron a la pantalla un sinnúmero de filmes donde están explícitas, la crueldad y la injerencia de los círculos mafiosos, siempre en torno al profesionalismo, que salvo algunos, muy escasos, concebidos con el noble propósito de deleitarnos y hacernos reir, que relacionamos a continuación:
Muchos fueron los actores que interpretaron a grandes del deporte mundial, como también muchas figuras del mundo deportivo desarrollarían posteriormente una carrera cinematográfica. Johnny Weismuññer. Ganador de las olimpiadas de 1994 y 1928 en natación y que estableciera más de 70 marcas mundiales en esa disciplina, fue contratado por la Metro Goldwin Mayer para encarnar a Tarzán, el famoso hombre mono creado por Edgar Rice Burroughs y cuando los años y la obesidad interrumpieron esa cadena de filmes, intervino en otros donde interpretaba con menos éxito a un personaje conocido como Jim de la Selva. Steve Reeves, ganador del título de Mister Universo por su corpulencia física, escaló el mundo del cine en los años 50 y lo recordamos en filmes como: "Las Hazañas de Hércules", "Goliath contra los Bárbaros", "El Demonio blanco" y "El gigante de Marathon". Igual suerte corrieron Arnol Schwarzenegger, Jean Claude Van Damms, Brucele, Chuck Norris y Cynthia Rothrock por sólo citar algunos, Nosotros, los amantes del buen cine, conscientes del peligro que representan para la formación del ser humano, nos negamos a cederle un espacio en nuestro intelecto a aquellos filmes que resaltan la brutalidad y la idiotez (como dijera Benigno Iglesias, Vive-presidente del ICAIC), pero los productores de esta manifestación devenida industria, en su afán de lucro han inundado todos los mercados, principalmente a través del video, cuyos escenarios más utilizados corresponden a los países del continente asiático China, Japón, Hong Kong y Corea por ejercer estos la paternidad de gran parte de las Artes Marciales. Mencionar sus títulos prolongaría demasiado este trabajo y en realidad no vale la pena. Pero quisiéramos hacer una excepción con el País del sol naciente y su más conocido director Akira Kurosawa, que junto al actor de origen chino, Tochiro Mifune, realizó filmes de impacto mundial a los que sí cedimos un espacio en nuestro intelecto como "Los 7 Samurais", "El Bravo", "Sanjuro el Camelias", "Trono de Sangre", "Rashomóm", por la sabia dirección, excelente actuación y por el reflejo del contexto histórico japonés. El cine Latino – Americano, con excepción de un grupo de filmes entre los que podemos citar "La Bestia Humana" con Crox Alvarado y Miroslava, "El campeón" con Fernando Fernándea, "Huracán Ramírez y Campeón sin Corona" con David Silva y "El Ratón" con Raúl (Ratón) Macías entre otros, se limitó más bien a explotar el deporte desde el punto de vista humorístico. Recordemos a Adalberto Martínez (Resortes) en "El Pitcher y el luchador fenómeno" . En este último, frente a gladiadores muy conocidos en México por esta época como "El lobo negro", "El médico asesino" que se presentaba vestido de blanco y con una capucha, "Lalo el exótico" y la Tonina Jackson; a Clavillazo en "Piernas de Oro" donde gana la carrera ciclística llegando a la meta con los restos de su bicicleta a cuestas, al niño Pepito Romay en "Pepito, as del volante", a Germán Valdés (Tintán) y a Mario Moreno (Cantinflas) en "Ay amor como me has puesto", "No me defiendas, compadre", "El portero" y "El sube y baja". En Cuba, antes del triunfo revolucionario, solamente recordamos un filme realizado por Ramón Peón en 1953 basado en la vida del famoso gigante camagüeyano Roberto Ortíz, titulado "Honor y Gloria" que además del propio jonronero, contó también con las actuaciones de Alberto González Rubio y Yadira Jiménez. Como actividad humana el deporte forma parte de nuestro quehacer cotidiano de tal manera que aún en las condicionas más difíciles el amor por cada una de sus disciplinas, unido a los sentimientos patrióticos, jamás abandonó los corazones de los millones de personas que diariamente lo practican en el mundo. El deporte hizo acto de presencia en los campos de concentración durante las guerras hegemónicas fascistas de 1914 y 1939, donde para el disfrute de los soldados y oficiales se concertaban matchs entre prisioneros y opresores. Citaremos algunos que aunque no se ajustan estrictamente a la realidad histórica, sí reflejan las condiciones en que se manifestaban, la dignidad y la vergüenza de los refugiados, quienes conociendo que el triunfo significaba la muerte, luchaban tesoneramente por alcanzar la victoria. "El ring", "El match de la Muerte" y "El boxeador y la muerte" constituyen una excelente muestra de ellos. Con la alborada revolucionaria se despejó nuestro horizonte deportivo para dar paso a un haz de luz que cual antorcha olímpica iluminó el camino hacia las medallas en las diferentes disciplinas y en el campo de la dignidad, cuyo testimonio gráfico atesora nuestra cinematografía.
son algunos de los largo metrajes y documentales sobre el deporte realizados en todos estos años de revolución. Al consultar los archivos reales y los de la memoria para la elaboración de este trabajo, nos asombró el papel protagónico que ha desempeñado el deporte en el Séptimo Arte. Téngase en cuenta que no hemos mencionado a los antiguos países socialistas, a Francia, a Inglaterra y a España donde existe una abundante filmografía al respecto. Por consiguiente, si alguien nos encuestara para conocer cuál a nuestro criterio debiera ser considerado mundialmente como el atleta del siglo, responderíamos que la presea dorada por su masividad, pujanza y fortalecimiento de la salud espiritual, corresponde por entero al mejor: EL BUEN CINE.
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