noviembre-diciembre. año VI. No. 34. 1999


NUESTRA

HISTORIA 

 

 

LA ANTIGUA

ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

EN VUELTABAJO

 

por Wilfredo Denies

  

A finales del siglo XVII, el obispo Diego Avelino de Compostela, por medio de misiones religiosas había puesto en práctica la división de todo el territorio de Vuelta Abajo en cuatro puntos de “avanzada de civilización”, comenzando a existir en aquel entonces un gobierno, si bien puramente patriarcal o teocrático. La Iglesia se había adelantado al Estado.

Esta incipiente organización religiosa fue sustituida posteriormente por los llamados “Capitanes de Guerra”, escogidos entre las personas de más arraigo y conocimiento del lugar. Pero no fue hasta 1763 en que estos fueron reemplazados por los capitanes y jueces pedáneos que tenía la capacidad de gobernar y hacer justicia a la vez.

Antes de constituirse el 23 de julio de 1774, la jurisdicción de Filipina o Nueva Filipina, el gobernador de la Isla, Don Felipe Fondesviela, Marqués de la Torre, había dictado un largo decreto. En el mismo enumeraba una serie de antecedentes que favorecían la constitución de una unidad administrativa en el extremo más occidental de Cuba al enviar al agrimensor José Varea en un recorrido que abarcó toda la porción de esta parte de la Isla y el cual le rindió un exhaustivo informe sobre las características de esta región. El Marqués de la Torre se refería a distintas opiniones de personas bien intencionadas, entre ellas el mentado José Varea, las que creían como él en lo útil que sería tal constitución administrativa, subrayando, a la vez, la necesidad de remediar los perjuicios que la región occidental sufría por la desidia y el abandono en que la tenían los gobernantes que antecedieron a Felipe de Fondesviela.

Para organizar la mencionada unidad administrativa era necesario fundar un pueblo y poner a la jurisdicción separada de La Habana, bajo la regencia de un Teniente Gobernador, con facultades de administrar la justicia. Esta forma de gobierno se extendió hasta 1855, en que quedó segregada entre las atribuciones de aquella autoridad lo concerniente al Juzgado de Primera Instancia. Esto se erigió bajo la denominación de Alcaldía Mayor de Ingreso, con los partidos de Consolación del Sur, Consolación del Norte, Baja, Mantua, Guane y San Juan y Martínez, siendo el primer juez Gregorio Heredia y Tejada.

La Alcaldía Mayor estaba situada en aquel entonces en la calle “de la cárcel” entre Galiano y Luz Zaldívar. La integraba el Alcalde Mayor, que era en este caso el juez, un promotor fiscal, un oficial papelero, que sería lo que es hoy el secretario judicial y dos alguaciles encargados de las diligencias que se dispusieran por el Alcalde Mayor o juez. La jurisdicción, ciertamente, se desarrollaba en una esfera de acción amplia, por lo que el 23 de septiembre de 1860, fue creada también la Alcaldía Mayor con residencia en Mantua y con categoría de entrada, pero ésta fue suspendida por Real Decreto de primero de enero de 1866, al dividirse la región en tres gobiernos municipales, los de Pinar del Río, Consolación del Sur y Mantua.

En enero de 1889 comenzó a funcionar la Audiencia de lo Criminal, siendo su primer presidente el licenciado Juan Valdés Pagés, a quien sucedió, casi inmediatamente, Conrado Hernández, el magistrado a la sazón más antiguo de Pinar del Río. La Audiencia fue suprimida en 1892 pero al año siguiente fue restablecida. Al suprimirse la Audiencia de lo criminal eran tenientes fiscales Adriano Avendaño y Silva y José Antonio Caiñas y Figarola.

La Audiencia de lo criminal en esta provincia comenzó a funcionar en el propio local de la Diputación Provincial, (hoy convertido en Museo Polivalente). Pocos meses después, éste pasó a donde actualmente se encuentra la Casa de la Cultura (Antiguo Ayuntamiento).

El 22 de enero de 1908 se dictó un decreto concediendo un crédito de 14 000 pesos para la adquisición del terreno donde se edificara el Palacio de Justicia. El terreno comprendía la manzana triangular circunscripta por las calles Máximo Gómez, Maceo y Mckinley (hoy Manuel Landa).

En esos terrenos estaba instalado desde el siglo pasado un almacén de víveres conocido por “La Lonja”, de Silvestre Gilbart y Afra y Pérez Suárez. Al lado de éste se encontraba el Café de Vera, muy conocido en toda la provincia. De ellos, en enero de 1839 el visitador  a Pinar del Río, Tranquilino Sandalio de Noda, refiere:

“... que al salir de misa en los días de fiestas, los hombres van a las peleas de gallos, si es tiempo de ellas, y si no van a Casa de Vera, que es una fonda y billar y La Lonja de Pinar del Río donde se reúne la aristocracia...”. A principio del presente siglo, al desaparecer estas instalaciones se ubicó  en sus terrenos una carbonería, de Paz-Lamas y Quijada.

Cuando las obras del Palacio de Justicia se encontraban en fase de terminación sufrieron considerables daños con motivo de dos ciclones que durante los días 13 y 18 de octubre de 1910 azotaron a Pinar del Río. Este fenómeno fue conocido como «Ciclón de los Cinco Días». Los daños causados a las obras dieron lugar a que se acometiera un trabajo de reparación por el contratista José L. Beltrán. El día cinco de junio de 1911 se entregó definitivamente la construcción civil al presidente de la Audiencia, licenciado Manuel Landa y González por el ingeniero de Obras Públicas Humberto Lamar.

El 17 de mayo de 1911 se le informa al Secretario de Justicia oficialmente, que las obras de construcción del Palacio de Justicia de Pinar del Río ya habían quedado terminadas y que él mismo se encontraba listo para su  inauguración.

El 21 de julio del propio año se inauguró solemnemente el Palacio de Justicia con la  asistencia del Secretario de Justicia, licenciado Jesús María Barraqué y Adué, el presidente, licenciado Manuel Landa y González, el gobernador provincial, alcalde municipal y otras autoridades civiles y militares.

Durante muchos años se albergaron en el Palacio de Justicia la Audiencia de Pinar del Río, los Juzgados de Instrucción, Correccional y  Municipales del Norte y del Sur, así como la Fiscalía, archivo y biblioteca, tanto de la Audiencia como de los juzgados.

Por último queremos consignar que por acuerdo del Ayuntamiento del 20 de febrero y ocho de agosto de 1909 se construyó el Parque de la Audiencia, que sustituyó en parte a la vieja plaza de la cárcel que ocupaba ese lugar.