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enero-febrero. año V. No. 29. 1999 |
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ECONOMÍA |
EL PAPA Y EL TEMA ECONÓMICO EN CUBA
por María Caridad Gálvez Chiú |
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La Iglesia no es experta en economía, pero sí es experta en humanidad. Por este motivo la visita del Santo Padre a Cuba no podía prescindir de la emisión de algunos criterios éticos sobre la economía cubana y sobre la economía en general. Como quiera que los principios éticos deben determinar los criterios técnicos en un mundo que pretenda caminar hacia la justicia, es importante que consideremos qué nos sugiere el magisterio del Papa en su visita a nuestro país sobre el tema económico. En la Doctrina Social de la Iglesia se exponen los criterios éticos que deben regir el mundo de la economía para que avancemos hacia la mayor justicia posible: 1. La persona como centro, sujeto y fin de la economía: El sistema económico que tiene al hombre como centro, sujeto y fin toma las decisiones económicas teniendo en cuenta lo que es el hombre, su naturaleza; persigue como principal objetivo el bien de todos los hombres y de cada uno, y garantiza las condiciones que favorezcan la participación libre, consciente y responsable de la persona en el proceso económico, como protagonista y no sólo como destinatario. En Cuba, el sistema económico promueve el colectivismo, la prioridad de los intereses colectivos ante los intereses individuales, lo que se contrapone al individualismo feroz de las sociedades de consumo. Pero, por otra parte, la persona tiende a diluirse en ese colectivo en el que pierde su propia identidad. La persona tiene importancia por lo que aporta al proceso productivo. Juan Pablo II, en el mensaje pronunciado en el encuentro con los miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba critica los modelos económicos que convierten al hombre en un simple consumidor y los que hacen del hombre un simple productor : «Cuando se invierte la escala de valores y la política, la economía y toda la acción social, en vez de ponerse al servicio de la persona, la consideran como un medio en lugar de respetarla como centro y fin de todo su quehacer, se causa un daño en su existencia y en su dimensión trascendente. El ser humano pasa a ser entonces un simple consumidor, con un sentido de la libertad muy individualista y reductivo, o un simple productor con muy poco espacio para sus libertades civiles y políticas. (...)» 1 Por tanto la promoción y la defensa de la dignidad humana es uno de los postulados más repetidos por el Santo Padre, en Cuba, que les dijo a los Obispos: «Los animo, pues, a continuar en su servicio de defensa y promoción de la dignidad humana...»2. 2. Igualdad de derechos y oportunidades: Todos somos iguales en dignidad y derechos, por lo que debemos tener las mismas oportunidades de hacer y de ser. Pero todos somos diferentes en características personales, lo que hará que no todos hagamos o seamos lo mismo. No debe confundirse igualdad con el injusto igualitarismo, que hace a todos iguales y discrimina a los que son diferentes, no se trata, por ejemplo, de que todos reciban el mismo salario o la misma cuota de comida, sino de que todos tengan la oportunidad real de trabajar por un ingreso que le permita comprar lo que necesita comer. Cuando la desigualdad no es provocada por características personales, es una desigualdad injusta. El Papa acusa a las desigualdades injustas, junto a otras causas, de provocar la pobreza material y moral, por lo que debemos encontrar las vías para eliminarlas, velando por que en ese afán no nos convirtamos en paternalistas o en violadores del derecho de libertad e iniciativa personal. El Papa denuncia aquellas cuestiones que ayudan a que exista una brecha cada vez más abierta entre unos y otros y no precisamente una apertura provocada por las diferencias personales, sino por las injusticias del sistema económico y social. Entre ellas: - La corrupción del poder político o económico, «... La Iglesia está llamada a dar su testimonio de Cristo, asumiendo posiciones valientes y proféticas ante la corrupción del poder político o económico; no buscando la gloria o los bienes materiales; usando sus bienes para el servicio de los más pobres e imitando la sencillez de la vida de Cristo». (Redemptoris missio, 43) - El hecho de que Cuba no pueda mantener relaciones internacionales libremente «... el aislamiento provocado repercute de manera indiscriminada en la población acrecentando las dificultades de los más débiles...» (Ceremonia de despedida). 3. Desarrollo Humano Integral. El desarrollo no puede medirse por el crecimiento económico o por la acumulación de bienes. El verdadero desarrollo es el desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres. Un sistema económico ético debe promover el desarrollo de lo que es el hombre, la ampliación de sus conocimientos, la adquisición de cultura, el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la cooperación en el bien común. El problema no está en tener más sino en ser más. El Santo Padre, en la homilía dedicada a los jóvenes dice «¡Qué Cuba eduque a sus jóvenes en la virtud y la libertad para que pueda tener un futuro de auténtico desarrollo humano integral en un ambiente de paz duradera!» No basta con promover una campaña de formación de valores si no se educa en la virtud que es la fuerza interior que limita tu libertad y que al mismo tiempo te estimula a luchar por ella. No basta con recibir muy buena instrucción si no aprendemos a usarla para el bien nuestro y de los demás. No basta con crecer en producción, es necesario que los medios usados sean humanos, que esa producción se utilice para el bien común y para el bien de cada hombre. El desarrollo humano es el crecimiento del hombre como persona. También el Santo Padre critica el sistema neoliberal en cuanto a su concepción del desarrollo: "... una forma de neoliberalismo capitalista que subordina la persona humana y condiciona el desarrollo de los pueblos a las fuerzas ciegas del mercado..." (Homilía en la plaza) ¿Qué propone el Papa con relación al desarrollo? Presenta la cultura del amor y de la vida como lo que la Iglesia ofrece frente a estos sistemas y nos dice que hay que recorrer un camino de reconciliación, de diálogo, de acogida fraterna, un camino de protagonismo y compromiso con la sociedad, de manera que al desarrollarse la misma por la acción de cada hombre, se desarrolle también cada hombre. En resumen, el Papa exhorta a los cubanos a velar por que el proyecto económico que se aplique en el país: 1. Promueva el protagonismo de la persona humana en el proceso económico, para que deje de ser objeto y se convierta en sujeto activo del proceso. 2. Respete y garantice la igualdad de derechos y oportunidades. 3. Tenga como principal fin lograr un desarrollo humano integral. Usted puede evaluar cómo se asumen estas enseñanzas del Papa, en su trabajo o en el país, haciéndose preguntas como estas: - ¿Si van a decidir algo, piensan primero en el capital o en la persona? - ¿Se promueve la existencia de un ambiente donde se pueda vivir en la verdad, en la honestidad y en otros valores que dignifican al hombre? - ¿Se estimula la participación plena, libre y consciente de las personas en cada etapa del proceso económico? - ¿Se han creado condiciones para que cada persona tenga cada vez más oportunidades de desarrollarse, independientemente de su profesión, de sus ideas, de sus creencias? - ¿Estamos usando los medios adecuados para lograr fines humanos? Estas y otras preguntas que usted considere, le ayudarán también a formarse una opinión parcial seria sobre la tan formulada: ¿Ha cambiado algo en Cuba después de la visita del Papa? |
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