enero-febrero. año V. No. 23. 1998


 

 

CON EL CORAZÓN ABIERTO A SU BONDAD

Palabras del Emmo. Sr. Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino

 

 

 

Santo Padre:

«¡BENDlTO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR!»

Con estas palabras del Evangelio queremos saludarle y agradecer a Dios, consuelo y fortaleza de los que sufren, su apreciada visita a los enfermos aquí congregados.

Ellos manifiestan el mundo del dolor, esa realidad múltiple y frecuentemente misteriosa del sufrimiento. Ellos son representantes de muchos otros hermanos que sufren a consecuencia de las enfermedades, de las carencias materiales y espirituales que hacen a menudo tan difícil la vida de los seres humanos. No olvidamos ahora a los que padecen privación de libertad, falta de vivienda, incomprensiones en la familia o en la sociedad.

Sabemos cuan cercano, en el afecto y en la comprensión, se encuentra Su Santidad de todas estas personas. Usted mismo, Santo Padre que, por designios indescifrables, a través de su vida, ha sido probado por los efectos de la violencia y la enfermedad.

Su ministerio apostólico, Santidad, lo ha llevado por los caminos del mundo como el buen samaritano de los tiempos modernos, aliviando pesares y alentando esperanzas.

La Providencia de Dios le ha traído hoy a este Santuario, que atrae una extendida y arraigada devoción de los cubanos. Con el corazón abierto a su bondad de Pastor Universal de la Iglesia, en nombre de los enfermos, las religiosas que sirven a esta institución, las autoridades y empleados de la salud, los devotos de San Lázaro, en nombre de todo nuestro pueblo, le doy la más entrañable bienvenida y todos quedamos pendientes de su palabra.