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noviembre-diciembre. año III. No. 16. 1996 |
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NOTICIAS |
NUNCIATURA APOSTÓLlCA EN CUBA COMUNICADO DE LA SALA DE PRENSA DE LA SANTA SEDE
Hoy martes 19 de noviembre de 1996, Su Santidad el Papa Juan Pablo II, ha recibido en audiencia privada al Dr. Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de la República de Cuba. Durante el encuentro se han examinado asuntos que se refieren a la normalización de las condiciones de existencia de la Iglesia en Cuba y en general al papel de los creyentes en la vida nacional. El Presidente Fidel Castro ha renovado al Santo Padre la invitación para visitar a Cuba, concretamente en el próximo año 1997. Sucesivamente, el mismo Presidente ha encontrado a Su Eminencia el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado, con el cual se han profundizado algunos temas referidos a la vida de los católicos en Cuba y a la actividad de los Obispos, Sacerdotes y Religiosas en el desempeño de su misión religiosa y caritativa. Además se ha considerado la evolución de la sociedad cubana, algunos aspectos relacionados a la reconciliación nacional y a la posición de Cuba en la comunidad internacional. En el encuentro han participado el Secretario para las Relaciones con los Estados, Arzobispo Jean-Louis Tauran y el Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Sr. Roberto Robaina González. Vaticano, 19 de noviembre de 1996. --------------------------------------------
La Comisión Episcopal Justicia y Paz anuncia la celebración de la III SEMANA SOCIAL CATÓLICA del 22 al 25 de mayo de 1997
en la Casa de Retiro de El Cobre con motivo de celebrar el 30 Aniversario de la encíclica Populorum Progressio y el 10 de la Sollicitudo rei socialis Objetivos de la III Semana Social 1-Continuar la reflexión comenzada en las Semanas Sociales anteriores y eventos similares. 2 -Profundizar en el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia. 3-Intercambiar experiencias buscando crear un espacio de diálogo entre distintos sectores de la nación cubana. Temáticas a estudiar: -Reconciliación y Paz -Moral Social y Economía -Libertad y Responsabilidad -Promoción humana y Derechos del Hombre Semanas Sociales Católicas en Cuba Anteriormente se han celebrado encuentros similares en: -Sagua la grande, Las Villas, en 1938. -Madruga, La Habana, en 1942. -Colegio de Belén, La Habana, del 14 al 18 de mayo de 1951. -Peñalver, La Habana, del 22 al 25 de noviembre de 1991. -Casa Laical, La Habana, del 17 al 20 de noviembre de 1994. ------------------------------------
ESPECIAL "HERMANOS PINAREÑOS: LOS INVITO A SEGUIR EN SU COMPROMISO DE AMOR POR LA IGLESIA Y POR CUBA" / VISITA DE MONSEÑOR TAURAN A CUBA. El sábado 26 de octubre de 1996 la lglesia Católica de Pinar del Río recibió a Su Excelencia Monseñor Jean Louis Tauran, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, que cumplimentaba una invitación oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Monseñor Tauran visitó Pinar del Río, la única Diócesis fuera de la Habana, para presidir una solemne Concelebración Eucarística en la Catedral al filo de las seis de la tarde, acompañado por S.E. Mons. Beniamino Stella, Nuncio Apostólico en Cuba, y Mons. José Siro González, Obispo de Pinar del Río; con Mons. Tauran también vino Mons. Antonini, Encargado de los Asuntos de Cuba en la Secretaría de Estado del Vaticano. En entrevista concedida al Boletín Parroquial Juvenil "Nuevo Horizonte", ante la prequnta de -¿Por qué es Pinar del Rio la única Diócesis que usted visitó además de la Habana?, Monseñor Tauran expresó: -El Obispo me ha invitado, el Sr. Nuncio me ha invitado; también porque es una Diócesis muy interesante que tiene mucha actividad en el campo social y como lo he dicho en la homilía tiene mucho apostolado seglar. Entonces, es como un modo de animar a todos los católicos de Pinar del Río a continuar en esa labor de Iglesia muy encarnada en la realidad cubana. Ser católico no es solamente ir a misa, que es muy importante, también lo es encamar los ideales cristianos en la universidad, lugares de trabajo, en la escuela y en todos los lugares donde se lleva hoy la vida de la gente. Miles de fieles enarbolando banderas cubanas y del Vaticano alzaron sus voces y sus corazones en este nuevo iter de esperanza. "Vitral" se honra en publicar íntegramente, todas las homilías e intervenciones de Monseñor Tauran en Cuba. El mensaje que estas palabras contienen marca la ruta de la Iglesia en Cuba rumbo al año 2000 y llenan al pueblo de Dios de una bien fundada esperanza ---------------------------------------------
DECLARACIÓN DE S.E. MONS. JEAN-LUIS TAURAN A SU LLEGADA A CUBA. Quiero ante todo agradecer a las autoridades cubanas y a los obispos cubanos por su invitación. Estoy seguro que estos días en esta tierra serán muy propicios para conocer más de cerca tanto al pueblo cubano como a la Iglesia que forma parte de él. Es para mí además un gran honor llevar a todos los cubanos el afectuoso saludo y la bendición del Santo Padre. He sido recibido por Su Santidad el miércoles por la tarde y he entendido que el Papa se ha sentido muy apenado por los efectos dramáticos del ciclón «Lili». Me ha pedido que entregase a la Conferencia Episcopal Cubana una contribución financiera que quiere ser un signo de la proximidad y del afecto del Papa para todos los cubanos. Los Señores Obispos sabrán compartir este modesto don. Ahora estoy disponible para tomar contacto con la realidad humana y espiritual del pueblo cubano que yo conozco ya por las relaciones del Señor Nuncio Apostólico, las conversaciones frecuentes que he tenido con los obispos en sus visitas a Roma, los contactos cordiales que he tenido con el Ministro Robaina y por las habituales conversaciones con el Señor Embajador de Cuba ante la Santa Sede. Pero, en mi calidad de colaborador del Santo Padre en el servicio de la Santa Sede, vengo a este país también para alentar a la Iglesia que vive en Cuba a continuar en su camino. Es una Iglesia llena de vitalidad y valiente que no tiene miedo de afirmar su identidad y, por consiguiente, es un elemento todavía más importante en el diálogo público nacional. Mi visita servirá entonces para considerar junto con las Autoridades cubanas cómo mejorar las relaciones para con la Iglesia local, porque cuando la Santa Sede habla con los gobiernos se interesa ante todo del bien de la Iglesia de un país y de la promoción de los valores más altos, los que permiten al hombre comportarse de manera civil y responsable. Sé que durante estos días encontraré a interlocutores bien dispuestos, convencidos como yo, que tenemos que comprendernos y siempre estimarnos más. Cuba tiene relaciones diplomáticas -nunca interrumpidas- con la Santa Sede desde hace más de 60 años. Mi deseo es que mi visita sea un nuevo hito en estas antiguas relaciones de amistad. La Habana. 25 de octubre de 1996 Palabras a la Prensa a la llegada a La Habana -----------------------------------------------------------------
PALABRAS A LA PRENSA A LA LLEGADA A LA HABANA Mi visita a Cuba tiene como objetivo responder a la atenta invitación oficial que me hiciera el Sr. Roberto Robaina, Ministro de Relaciones Exteriores y que cumplimento con verdadera expectación y sinceros sentimientos de amistad hacia esta noble nación cubana. Mi misión como responsable de la Sección de la Secretaría de Estado de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados consiste precisamente en establecer y profundizar las relaciones de la Iglesia Católica y, especialmente del Papa, con los Estados, alrededor de todo el mundo. Cuba tiene relaciones diplomáticas, nunca interrumpidas, con la Santa Sede desde hace más de 60 años. Mi viaje desea ser un nuevo hito en estas antiguas relaciones de amistad. Hago presente el interés del Sumo Pontífice y de la Santa Sede por el progreso y el bienestar de las naciones, al mismo tiempo que escucho y acojo para presentarlos al Santo Padre, los esfuerzos de los Gobiernos y Estados por alcanzar ese bienestar al que la Iglesia desea brindar su específica contribución que es, sobre todo, de orden moral y espiritual. En este sentido la Santa Sede mira con atención la situación específica de Cuba, sus necesidades actuales. Desde hace mucho tiempo hemos venido reiterando la necesidad de que cese toda medida que pretenda embargar el comercio y la economía de un país por razones de orden político. Los problemas de un país deben ser solucionados con sus propios medios y la comunidad internacional debe cooperar a que esas situaciones y los diferendos entre las naciones sean arreglados por la vía del diálogo y la negociación y no con métodos violentos de ningún tipo. Cumplimentar esta invitación es, además, ocasión propicia para conocer más de cerca tanto al pueblo cubano como a la Iglesia que forma parte de él y que vive en este hermoso País. Muchas gracias. -------------------------------------------------------------
BRINDIS CON MOTIVO DEL ALMUERZO OFICIAL OFRECIDO POR EL MINISTRO ROBAINA. Excelentísimo Sr. Ministro de Relaciones Exteriores: Excelencias: Amigos: Deseo expresar en este momento un agradecimiento cordial al Sr. Canciller por la atenta invitación que me ha formulado y quiero expresar a las demás autoridades cubanas, especialmente al Dr. Fidel Castro, Presidente del Consejo de Estado, mi respetuosa consideración por el desarrollo amistoso y franco de esta visita. Han sido para mi un auténtico signo de esperanza los encuentros y trabajos que hemos desarrollado juntos. El clima de diálogo, la serenidad y la franqueza con que hemos abordado los temas tratados me hacen tener razones para la esperanza y me permiten formular mis votos por el futuro de estas relaciones. Ahora soy testigo no sólo de la cercanía y el interés del Santo Padre por Cuba, sino que he experimentado el interés de las autoridades cubanas por la misión de la Santa Sede ante los Estados. Este recíproco intercambio trae a mi mente el primer deseo que quisiera formular y que es justamente que este diálogo que nos enriquece mutuamente se mantenga y se profundice, de tal modo, que no sólo pueda establecerse pronto al más alto nivel, sino que pueda sostenerse, perseverante y sinceramente, a otros muchos niveles hasta llegar a la vida cotidiana de este pueblo y de su Iglesia. Expreso la disponibilidad de la Santa Sede para brindar sus buenos oficios en aquellos asuntos que puedan contribuir al bienestar y el desarrollo del pueblo cubano. No sólo en la arena internacional, sino también al interior de su bella Patria. Reitero esta disposición al conocer de cerca la nobleza, las potencialidades, las ansias de mejoramiento humano y de desarrollo social de su pueblo. He podido constatar también la creciente vitalidad de la Iglesia que vive en Cuba. Brindo para que la moderación, el criterio del diálogo, la creación de estructuras de intercambio permanente a todos los niveles y la apertura de nuevos espacios de libertad para que la Iglesia pueda desarrollar plenamente su misión al servicio de este pueblo, sean los caminos que puedan conducirnos en un futuro próximo y promisorio a la normalización plena y la estabilidad fructífera de las relaciones entre la Iglesia Católica en Cuba y las autoridades de esta Nación. Brindo también para que la esperada visita del Santo Padre a Cuba se realice pronto como culmen y estímulo a ese itinerario, así, esa visita no sería sólo para responder al muy antiguo deseo de los católicos cubanos expresado reiteradamente, sino también el signo de que los caminos del diálogo y de la misión de la Iglesia en Cuba se abren más allá de las esperanzas. Muchas Gracias. ----------------------------------------------------
TEXTO PARA EL ENCUENTRO CON EL EPISCOPADO CUBANO Queridos hermanos en el Episcopado: 1.- Ha sido para mi una interesante experiencia venir a conocer de cerca la realidad de la Iglesia y del pueblo cubano y, muy especialmente, las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Quiero en primer lugar, testimoniarles el gran interés del Santo Padre y de la Secretaría de Estado por la situación de Cuba y de su Iglesia. Al responder a la invitación oficial del Canciller Robaina, la Santa Sede presta mucha atención a las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano, teniendo en cuenta la situación tan especial por la que transita su pueblo. Ustedes, como Pastores y Guías de este pueblo, han tenido a lo largo de estas tres largas décadas un papel fundamental en estas relaciones entre la Iglesia y el Estado en Cuba, en las que también ha podido dar su específico aporte la Nunciatura Apostólica en La Habana. El grado de colaboración y sano respeto que la Jerarquía ha llegado a alcanzar con la Nunciatura en los últimos tiempos son de admirar. Creo que algún día se debería recopilar y escribir también desde el punto de vista de las relaciones con el Estado, tanto el «iter» del Episcopado cubano durante la Revolución como el de la Nunciatura en Cuba. Esto sería de no poco provecho para el futuro. Deseo reconocer admirado, su tacto, su permanencia arraigada y solícita aquí, a pesar de las grandes pruebas, humillaciones y sacrificios que han acompañado su ministerio episcopal, su espíritu de diálogo sostenido y sin desmayo, su creatividad y celo apostólico para inventar salidas y proyectos, su inquebrantable fidelidad al Vicario de Cristo. Pienso que éstos son algunos de los rasgos más significativos que, junto con el de la unidad, han caracterizado a la iglesia Católica en Cuba en los años de Revolución. Quiero dar gracias a Dios también por su espíritu profético, que aunque nunca estuvo callado -lo podemos comprobar más recientemente por la publicación de la «Voz de la Iglesia en Cuba»-, en los últimos años ha alcanzado su justa y esperada dimensión. La promoción del laicado, la autonomía con relación a los poderes temporales de uno y otro lado, la permanente atención a los signos de los tiempos, los esfuerzos evangelizadores y de servicio caritativo, aún en medio de grandes limitaciones y penurias, los grandes momentos de reflexión como los dos Encuentros Nacionales Eclesiales celebrados en 1986 y 1996, son otros elementos que nos permiten explicarnos el gran resurgir de esta Iglesia. Son de resaltar también las siguientes realidades de la Iglesia que peregrina en Cuba: su creciente y joven vitalidad, su poder de convocatoria social, su credibilidad como espacio de participación y de libertad, sus ansias y esfuerzos por librar aquel «combate evangélico por la significación de¡ hombre» (Haití,1989) al que nos convoca el Santo Padre en el Adviento del Tercer Milenio del Cristianismo. Sin duda, estas dimensiones de la realidad eciesial cubana tienen el sello de la autenticidad que nace de la cruz, de la Pascua de Cristo, vivida y asumida según los ritmos y carismas de esta Isla caribeña. Hay algunos signos de ese crecimiento en cantidad y calidad que son más elocuentes que los mencionados como: la creación de tres nuevas diócesis, la creación y el creciente servicio de Cáritas, la aún incipiente creación de la Comisión Justicia y Paz, el surgimiento de publicaciones católicas periódicas en todas las diócesis, el fortalecimiento de las estructuras de la Conferencia Episcopal y la elevación a la dignidad cardenalicia de su Eminencia el Cardenal Ortega, a quien saludo cordialmente. Con motivo de la investidura cardenalicia, el Santo Padre confirmaba, que este honor es fruto no sólo de las dotes insignes de este Pastor, sino también del resurgimiento y la revitalización de la Iglesia cubana. 2.- La difícil situación socio-económica y política en que se encuentra Cuba, requiere, con más prudencia y urgencia, una especial atención del Episcopado en la búsqueda de elementos que favorezcan unas relaciones entre la Iglesia y el Estado, que contribuyan a la salida más honorable y justa de este proceso de cambios que lentamente se va dando en su País. Los elementos determinantes de esta relación, ya lo conocen Ustedes bien, deben ser, entre otros: -La salvaguarda de la propia identidad y misión, tanto de la Iglesia como del Estado. El respeto a la autonomía de cada uno en su campo específico es condición esencial. -La búsqueda de espacios en los que la Iglesia y el Estado puedan cooperar en el servicio al hombre cubano y al progreso material y espiritual de esta sociedad. -Crear una instancia de mutua confianza donde se pueda establecer un diálogo permanente, de alto nivel, sobre temas y problemas que afecten tanto a la vida cotidiana de la Iglesia como a la búsqueda del bien común y los derechos de todos los ciudadanos tal como corresponde al Estado. La Iglesia debe seguir exigiendo en esa instancia los espacios sociales que le corresponden por derecho para poder cumplir plenamente su misión cultual, profético y caritativa. Cualquier restricción o desconfianza en estos aspectos que atañen a la esencia misma de la misión de la Iglesia, no sólo lesionan gravemente su servicio, sino que perjudica al mismo pueblo cubano al que desea servir desinteresadamente desde su campo propio. 3.- La moderación y el diálogo deben ser características que distingan las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Estas relaciones no deberían ser interpretadas, sin embargo, como identificación con las dife-rencias irreconciliables con el sistema socio-político y su ideología. Estas relaciones tampoco deben ser entendidas como una instancia en la cual la Iglesia está solamente para demandar sus propios y específicos derechos de orden estrictamente religioso. En efecto, los derechos que atañen a la libertad religiosa constituyen un tema que corresponde a la Iglesia, pero ella sabe que es también salvaguarda de la libertad de conciencia, y garante de la dignidad de la persona humana (cfr. G.S.91 y R.H.12). Es desde esta condición que la Iglesia debe ejercer su misión profético, no sólo para denunciar todo aquello que vaya contra la dignidad plena del hombre, sino también para emitir su juicio ético sobre todos los asuntos que conciernen a la vida personal, social, cultural, económica y política de las personas. Así mismo le concierne a la Iglesia favorecer, con su credibilidad y servicio de moderación, el diálogo y la reconciliación entre todas las personas y sectores de la sociedad en la búsqueda de soluciones pacíficas y honorables a las situaciones de crisis y de renovación. En este camino que conduce hacia la dignidad plena del hombre: «En este camino que conduce de Cristo al hombre... la Iglesia no puede ser detenida por nadie. Esta es la exigencia del bien temporal y eterno del hombre. La Iglesia, en consideración de Cristo y en razón del misterio, que constituye la vida de la Iglesia misma, no puede permanecer insensible a todo lo que sirve al verdadero bien del hombre, como tampoco puede permanecer indiferente a lo que lo amenaza. El Concilio Vaticano lI, en diversos pasajes de sus documentos, ha expresado esta solicitud fundamental de la Iglesia, a fin de que la vida en el mundo sea más conforme a la eminente dignidad del hombre» (R.H.13). Este es, mis queridos hermanos en el Episcopado, el fundamento de toda relación entre la Iglesia y los Estados. Esta es la «sana doctrina» que debemos reflexionar y también proponer a nuestros interlocutores para que puedan comprender más plenamente que el «contenido» de nuestro diálogo como Iglesia con las Autoridades de los países, no se restringe a lo que pudiera entenderse como «asuntos eclesiásticos», sino que ese «contenido» debe abarcar todos los aspectos que favorezcan o amenacen la dignidad de la persona humana y el desarrollo integral de los pueblos. Es en este contexto que debe entenderse también el magisterio del Santo Padre, tanto el que ejerce para toda la Iglesia Universal, como el que predica en cada nación por él visitada en su peregrinación pastoral. Desde la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo, por la que el Verbo eterno de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, «los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de nuestro tiempo, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón... La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia» (G.S.I). Con esta sensibilidad humana, pienso en la situación de aquellos que se encuentran en situaciones más difíciles en este contexto, como son aquellas familias divididas por la emigración y el exilio, o separadas por alejados lugares de estudio o trabajo, familias en las que los hijos no alcanzan a tener una compañía filial, ni una sistemática y sosegada educación ética, ni una formación cívica mesurada, ni una presentación del mensaje religioso oportuno y familiar. Otro grupo social que merece nuestra perseverante sensibilidad humana y pastoral es el de los presos. La Pastoral carcelaria, la atención caritativa y religiosa de los presos y sus familiares es una grave obligación de la Iglesia que debe ser fiel a su Maestro que dijo: «Estuve preso y me visitásteis» (Mt.25, 36). Los jóvenes son también nuestra continua preocupación pastoral y nuestra esperanza. Su formación moral y el fomentar entre ellos su arraigo patrio y entrega generosa a los altos ideales, son pilares de la Pastoral juvenil. Dedicar a los jóvenes todos los esfuerzos y la atención que merecen y necesitan, hace que la Iglesia cumpla su misión evangelizadora con alta mirada y perspectiva hacia el futuro. He sabido que se esfuerzan hace ya algún tiempo en la coordinación de una planificación pastoral, de modo que sea más eficaz y participativa la labor de la Iglesia y pueda seguir incorporándose al ámbito eciesial regional del CELAM y todas las Iglesias de América. La preparación del próximo Sínodo especial para este Continente será una preciosa ocasión para el intercambio eclesial y la colegialidad episcopal en este hemisferio. Queridos hermanos en el Episcopado: Comparto con ustedes la «constante preocupación por la Iglesia» y siento un gran gozo de haber podido experimentar la nueva primavera que viven los católicos cubanos, luego de una larga prueba que aún está presente en muchos aspectos. Pero habría que verla ya desde una nueva óptica, porque he podido conocer de cerca el crecimiento, no sólo cuantitativo de los fieles que se acercan a la Iglesia, sino también, y sobre todo cualitativo en cuanto a la vida cristiana de los mismos. Además he podido apreciar la capacidad de convocatoria que toda la Iglesia y Ustedes, como sus Pastores, han alcanzado no sin grandes sacrificios, permitiéndonos a todos ver las cosas precisamente desde esta nueva perspectiva. Me complazco en recordar, para terminar estas palabras, aquella luminosa Carta Pastoral del Episcopado cubano que conmovió la vida de su pueblo y que presentaba ese mismo carácter dialogante y profético que hemos reflexionado hoy. Al mirar al futuro próximo de esta Iglesia y del pueblo del que forma parte, vienen a mi mente aquellas mismas palabras del Apóstol Pablo que dieron título a aquella exhortación de hace tres años: Queridos obispos cubanos: «El amor todo lo espera». ¡No desfallezcan en la Esperanza!. --------------------------------------------------------
PALABRAS PARA LOS LAICOS CATÓLICOS DE CUBA Queridos laicos, fieles a Cristo y a su Iglesia en Cuba: En primer lugar deseo comunicarles el cariño y la bendición que el Santo Padre otorga a esta Iglesia en Cuba y especialmente a sus fieles laicos. Sabemos que muchas veces, los Obispos cubanos, sus cercanos y legítimos Pastores, han expresado su afecto y admiración por la fidelidad, la perseverancia en la fe, la esperanza inconmovible y el compromiso de Ustedes. También el Santo Padre desea confirmarlos en esa fe que siempre los dispone al servicio de la Iglesia y de la sociedad en la que viven. Aprovecho esta ocasión que me han brindado las Autoridades cubanas para realizar esta visita oficial a Cuba como Secretario de la Segunda Sección de la Secretaría de Estado que se ocupa de las Relaciones con los Estados, para tener este momento de reflexión con Ustedes ya que, en cierto sentido, mi misión en la Iglesia tiene mucho que ver con su compromiso cristiano al servicio de la sociedad. En efecto, el fin de todos los Estados es la búsqueda del bien común, por eso la Iglesia respeta y coopera a su modo en la misión de éstos al servicio de la justicia y la paz, al servicio del auténtico desarrollo de los pueblos, pero cada miembro de la Iglesia lo hace según su vocación y sus carismas. Ustedes, fieles laicos, testimonian en la cotidianidad de la vida y en cada ambiente específico donde trabajan, la verdad y la belleza del Evangelio, contribuyendo así a la consecución del bienestar social. Sin el compromiso visible y constructivo de todos los ciudadanos, entre ellos los cristianos, ningún Estado puede llevar a plenitud su labor, ninguna nación alcanzará su pleno desarrollo. Tampoco yo podría realizar plenamente la misión que me encomienda la Santa Sede con respecto a los Estados, si la Iglesia y especialmente los laicos que viven en el País a donde soy enviado, no cumplen su misión al servicio de la sociedad, pues «ningún miembro del cuerpo puede decir a otro, no te necesito» y todos deben aportar al cuerpo su propia función tal como lo explica San Pablo en su carta a los Corintios (1 Cor.12,12-29). Es en ese sentido de corresponsabilidad y comunión eciesial que deseo compartir con Ustedes estas pala-bras del Santo Padre en su Encíclica «Sollicitudo Rei Socialis»: «La Iglesia sabe bien que ninguna realidad temporal se identifica con el Reino de Dios, pero que todas ellas no hacen más que reflejar y en cierto modo anticipar la gloria de ese Reino que esperamos al final de la historia, cuando el Señor vuelva. Pero la espera no podrá ser nunca una excusa para desentenderse de los hombres en su situación personal concreta y en su vida social, nacional e internacional, en la medida en que ésta condiciona a aquella. Aunque imperfecto y provisional, nada de lo que se puede y debe realizar mediante el esfuerzo solidario de todos y la gracia divina en un momento dado de la historia, para hacer «más humana» la vida de los hombres, se habrá perdido ni habrá sido en vano» (SRS.48). Ustedes, como miembros de la Iglesia, saben con ella, por su experiencia milenaria, que ninguna realidad temporal se puede identificar con el Reino de Dios. Eso forma también parte de la rica experiencia de este pueblo que ha podido vivir diferentes etapas y procesos sociales. Hoy quiero insistir en la segunda parte de esa cita: Todas las realidades temporales reflejan y en cierto modo anticipan ese Reino, que esperamos en su plenitud solamente al final de la historia. Fíjense bien que el Papa dice que esas realidades históricas «reflejan y en cierto modo anticipan» el Reino. Ello nos anima a no condenar absolutamente ninguna realidad temporal como tampoco a canonizarías. Más bien nos impulsa, sobre todo, a comprometernos en su cambio y perfeccionamiento. Ninguna etapa de sombras, ninguna limitación o error humanos, podrá servirnos de excusa para desentendernos de los hombres que nos rodean, tanto en su vida personal, en su crecimiento ético y espiritual, como en sus necesidades materiales y culturales. Queridos laicos: Por el hombre cubano, por su mejoramiento integral, es que la Iglesia establece estas relaciones de diálogo y cooperación con el Estado. Es por el hombre, por todo hombre que es nuestro hermano, que Ustedes los laicos ofrecen también sus servicios y su compromiso en esta sociedad. Esta es la motivación profunda de toda la labor de la Iglesia, desde la Secretaría de Estado hasta el más sencillo compromiso laical. Pero los laicos, y toda la Iglesia, tampoco pueden desentenderse de la vida social, nacional e internacional en la misma medida que estas realidades condicionan y determinan la vida de cada persona. Es ésta la causa por la que nada de lo que acontece en el interior de las naciones, nada de lo que afecta la cultura, la economía, la eticidad, la política, y el alma de los pueblos, nada de lo que daña o beneficia la vida de las naciones en la arena internacional, nada le es ajeno a la Iglesia, como lo proclamaba solemnemente la Constitución «Gaudium et Spes» del Concilio Vaticano II que les exhorto a volver a estudiar con nuevos bríos. En este sentido comprendo la preocupación seria y comprometida de Ustedes en el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia y su consecuente aplicación a las actuales circunstancias de su pueblo. Los animo a profundizar en esa reflexión con serenidad, mode-ración y perseverante empeño. Es un precioso servicio que le prestarán a cada cubano, esté donde esté y piense como piense, y también será un modesto servicio que le prestarán a las Autoridades de este País en su preocupación por encontrar caminos y motivaciones para el mejoramiento material, ético y espiritual de la entera nación cubana. Junto a la reflexión y a la necesaria formación debe ir también su compromiso al interior de la Iglesia y sobre todo allí donde se encuentra el «lugar» privilegiado del testimonio y la acción de los laicos que es en los más diversos ambientes y estructuras de la vida social, económica, política y cultural del País donde viven. En este compromiso con la Iglesia y con Cuba les puede inspirar la vida y las enseñanzas de aquel que Ustedes llaman con razón el Padre de la cultura cubana, el presbítero Félix Varela, a quien el Santo Padre ha llamado «verdadero maestro en lo referente a las posibilidades del pensamiento humano, en los valores de la libertad, de la independencia, de la justicia en toda su dimensión y sobre todo verdadero hombre de Iglesia y cultivador de los valores del espíritu.» (Disc. Obispos cubanos en Visita ad Límina) y cuya causa de beatificación sé que los cubanos esperan con piadosa y patriótica expectación. En efecto, el amor a la Patria que siempre han acunado en su corazón los laicos cubanos en todos los tiempos debe hacerse más patente y comprometido en estos años en que Ustedes conmemoran importantes centenarios en la historia de la Nación cubana. Se aproxima también la celebración de los 100 años de la independencia y el nacimiento de la República de Cuba, ocasión propicia para acrecentar el amor y la entrega a la Patria en la que deben arraigarse con renovados sacrificios y esperanzas. Por último, pensando en la entrega generosa de los laicos cubanos que Ustedes representan y al poder comprobar personalmente la pujante vitalidad de la Iglesia cubana y la credibilidad que su pueblo le concede, quiero expresarle algo muy importante sirviéndome de las palabras del Santo Padre. Lo que Ustedes han podido realizar a lo largo de estos años y lo que puedan hacer en el futuro, «aunque imperfecto y provisional» pero realizado «mediante el esfuerzo solidario de todos y la gracia divina en un momento dado de la historia, para hacer «más humana» la vida de los hombres»... nada de esto «se habrá perdido, ni habrá sido en vano» (op.c.48). Al contrario, pues, «los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, en una palabra, todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, volveremos a encontrarlos, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo entregue al Padre el Reino eterno y universal: «Reino de verdad y de vida; Reino de santidad y de gracia; Reino de justicia, de amor y de paz»... Reino que está ya misteriosamente presente en nuestra tierra». (G. S. 39) Este es «su culto espiritual... ofrecerse Ustedes mismos como sacrificio vivo y santo, como sacrificio que agrada a Dios» (Rom.12,1-3). En esta ofrenda permanente los acompaña la Santa Madre Iglesia que los quiere y los anima a seguir construyendo ese Reino permaneciendo fieles en esta bellísima Isla. Dios los bendiga a todos. -----------------------------------------------------------------
INTRODUCCIÓN A LA EUCARISTÍA Pinar del Río y La Habana Demos gracias a Dios que nos reune hoy y que, una vez más, nos hace partícipes del pan, de la Palabra y de la Vida. Démosle también gracias porque nos hace hermanos en esta Iglesia que nos acoge. Somos diferentes por nuestra historia personal; estamos más o menos adelante en el camino de la fe, de la esperanza y de la caridad; representamos generaciones diferentes. Sin embargo, cuando su Obispo me ha recibido, me he sentido inmediatamente en familia: es el milagro que la fe, confesada y vivida en la Iglesia, nos hace vivir esta tarde. Vengo a decirles, en nombre del Papa Juan Pablo II, que perseveren en esa fe, vivida en la Iglesia, en comunión con sus Obispos, sus presbíteros, sus religiosas. ¡Todos juntos tenemos que decir a los que viven entre nosotros que «amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo» es el único programa del hombre! No se trata de un eslogan filosófico, ni de un programa político: es el corazón del mensaje de salvación traído por Jesucristo y confiado a la Iglesia para el mundo. Confiado, por tanto, a cada uno de ustedes para Cuba, la Cuba de hoy, la Cuba de mañana. Y el Santo Padre Juan Pablo II, cuyo aniversario de accesión al supremo pontificado celebramos en estos días, y que celebrará dentro de poco el quincuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal, me ha encargado que les confirme en su compromiso cristiano. Ser cristianos en su familia, en la escuela, en la universidad, en su lugar de trabajo. Siempre y donde quiera somos y tenemos que ser cristianos. Porque somos muy a menudo tibios; porque somos débiles con frecuencia, pedimos el perdón de Dios. Pidámosle ánimo y fuerza para que seamos cristianos coherentes. ---------------------------------------------------------------
HOMILÍA EN LA CATEDRAL DE PINAR DEL RÍO Querido Monseñor Stella, Nuncio de Su Santidad en Cuba Estimado hermano, Monseñor José Siro González, Obispo de esta Diócesis. Amados sacerdotes, religiosas y fieles laicos de Pinar del Río. 1. «¡Yo te amo, Señor, Tú eres mi fortaleza!» (Salmo 17) Al compartir con ustedes, amados hermanos y hermanas de la Diócesis de Pinar del Río, esta Solemne Eucaristía viene en primer lugar a mi corazón esta invocación del Salmo que hemos rezado hoy. Estoy seguro que ésta ha sido la oración de esta Iglesia que cree, vive, ama y espera en la porción más occidental de esta preciosa Isla. Así es, el Señor es nuestra única fortaleza, nuestro único refugio. Él es la única Roca que nos salva. Él es nuestro Libertador. Como saben, hago esta visita como Responsable de la Sección de la Secretaría de Estado del Vaticano que se ocupa de las Relaciones con los Estados. Desde esta misión que me ha confiado el Santo Padre, tengo el encargo de establecer contactos sistemáticos y profundos con los Estados y Gobiernos de todos los países que deseen esta comunicación. Cuba ha sostenido relaciones con la Santa Sede desde hace más de 60 años de manera ininterrumpida y a lo largo de difíciles procesos históricos. Mi visita a este País, como la que han realizado otros miembros de la Curia Romana, es testimonio de la constante preocupación del Sumo Pontífice Juan Pablo II por esta noble y sufrida Nación. Ustedes deben recordar entre estas visitas, aquella que realizara en 1974, el entonces Arzobispo Monseñor Agostino Casaroli, que en aquel momento era Secretario para los Asuntos Públicos de la Iglesia. En aquella ocasión Mons. Casaroli también visitó la Diócesis de Pinar del Río. Por tanto quiero continuar esa antigua amistad sobre todo siendo signo de la paterna¡ solicitud del Papa por los que viven, hacen y esperan en comunión con toda la Iglesia cubana y la Iglesia Universal. Conozco la pujante vitalidad de la Iglesia en Cuba, su empeño por servir a este pueblo, su fidelidad a Cristo y a su Vicario, su permanencia aquí, al lado de los que sufren. Las lecturas que hemos escuchado en esta celebración nos animan a seguir en este camino que ustedes están haciendo con iniciativas y empeños nuevos. 2. «Si el pobre grita a mí, yo lo escucharé porque soy un Dios conmpasivo» Ex. 22, 27). Nosotros mismos somos el oído y la mano de Dios allí donde vivimos. El se sirve de nosotros. He aquí el por qué la Iglesia reclama espacios sociales para poder servir más eficazmente a los necesitados. No lo hace por otro motivo que no sea el de responder a esta llamada urgente del que sufre y necesita, tanto de ayuda material como de manto y acogida, porque se siente como si fuera forastero o estuviera sólo o huérfano. Pienso que con frecuencia la Iglesia en muchos países del mundo, desea devolverle al prójimo necesitado el manto que le ha quitado la injusticia en prenda. Y la vehemencia con que la Iglesia busca poder hacer este servicio viene motivada por las dos causas que nos explican esta lectura: porque el necesitado no tiene otro manto para cubrir su cuerpo ¿y dónde si no se va a acostar?. Y porque el Señor nos exige que se lo devolvamos antes de ponerse el sol. En este contexto de caridad concreta, se sitúa la labor de Cáritas, una institución que ustedes conocen bien y que aprecian mucho. Pero no se trata sólo de esa ayuda material o de promoción humana. El amor al prójimo de que nos habla el Señor en el Evangelio nos debe impulsar, como ya lo están haciendo ustedes, a preocuparnos no sólo de la ayuda persona a persona, siempre tan necesaria, sino que debemos dar nuestro aporte como ciudadanos, y desde la propia identidad cristiana, al desarrollo social, económico y político de la nación de la formamos parte. En este sentido, sé que dedican serios esfuerzos a la formación cívica de los laicos católicos y de otras personas de buena voluntad, basados en el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, buscando su aplicación a las circunstancias concretas en las que comparten con todos los cubanos el presente y el destino de este pueblo. Perseveren en este empeño eclesial. Otra forma de asistir al necesitado es a través de la comunicación y la información, pues como bien sabemos, el hombre y la mujer de hoy necesitan de la información como del pan cotidiano. La Iglesia desea que, como en todos los lugares donde presta sus servicios, también en Cuba, ella pueda tener acceso a los medios de comunicación social y aún tener medios propios para servir, con su aporte específico, al mundo de la información. Los esfuerzos que ustedes están ya haciendo en este sentido para tener sus propias publicaciones, aunque con medios muy pobres, constituyen ya una esperanza. Los cristianos tienen el deber de participar en el diálogo público. 3. «Seguísteis acogiendo la Palabra de Dios entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo» (1 Tes. 1, 6). Así le escribía San Pablo a los Tesalonicenses. Yo no necesito como él explicar entre ustedes esta Palabra de Dios. Precisamente por acoger la Palabra de Dios y ser consecuentes con el compromiso apostólico que ella exige es que las comunidades católicas en Cuba, como la de ustedes, han mantenido la alegría del Espíritu Santo. Aquí está el secreto y la fuente de la esperanza que veo en los ojos de ustedes. La alegría cristiana no nace de los falsos placeres de este mundo, ni de los viejos y nuevos ídolos o fetiches de los sistemas so-ciales que deshumanizan. Sin embargo, San Pablo nos exhorta a imitar a los Tesalonicenses que abandonando los falsos ídolos «se volvieron a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero» (1 Tes.1,9). No se dejen arrastrar por los falsos fetiches de una nueva sociedad de estilo materialista, porque perderán la verdadera alegría. Recuerden siempre que en medio de tanta lucha y de tanta prueba pudieron ustedes mantener la alegría del Espíritu Santo y comunicarla con entusiasmo a los demás. Sean, pues, sembradores de esperanza, sabiendo que toda esperanza se acaba si no tiene como motivación el amor inquebrantable y audaz que nos conduce a socorrer al huérfano y a la viuda y a defender a la persona humana de toda explotación «porque si ellos gritan, el Señor los escuchará» (Ex.22,23). He sabido de la larga tradición de compromiso laica¡ de esta diócesis, cuya naturaleza siempre verde y exhuberante, nos habla de la belleza incomparable de la creación que debemos cuidar y cultivar; espero que en la medida en que conserven y promuevan esa herencia del apostolado de los seglares, en la misma medida el Señor les concederá las necesarias vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa cuya carestía limita visiblemente ya la inmensa cantidad de servicios que el pueblo exige de la Iglesia en el momento presente. Al poder concelebrar hoy con la mayoría de los sacerdotes de esta diócesis he quedado sorprendido del pequeño número que son y pienso, con admiración, cómo tendrán que multiplicar esfuerzos para cubrir, hasta donde le den sus fuerzas, el trabajo que los desborda. A ustedes van mi admiración y mi afecto. Espero que un día el mismo Santo Padre venga para expresarle la gratitud de la Iglesia, a ustedes que, tal vez desde hace ya mucho tiempo, en el silencio y la abnegación, «llevan el peso del día». Y a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas pinareños, los invito a seguir en su compromiso de amor por la Iglesia y por Cuba y a «vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús, a quien Dios ha resucitado de entre los muertos» (1 Tes.1,10). Amén. -------------------------------------------------------
HOMILÍA EN LA IGLESIA DE SANTA RITA, LA HABANA Eminentísimo Sr. Cardenal: Excelentísimo Sr. Nuncio Apostólico: Queridos hermanos en el Episcopado: Amados sacerdotes, religiosas y fieles: Con esta Solemne Celebración Eucarística queremos dar gracias a Dios por el décimo octavo Aniversario del inicio del Pontificado del Papa Juan Pablo ll. Este Jubileo que compartimos con el Supremo Pastor de la Iglesia coincide con mi visita a Cuba para responder a la cortés invitación del Excmo. Sr. Canciller Roberto Robaina en mi condición de Secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados . Mi presencia en Cuba es además una privilegiada oportunidad, que agradezco a las autoridades cubanas y a la Jerarquía católica, para acercarme a la vida del pueblo cubano y de la Iglesia que peregrina en esta tierra. Soy un poquito como esos descubridores que hace unos siglos, llegaron en esta misma fecha de hoy. l.»Vuestra fe en Díos había corrido de boca en boca». Esta frase que San Pablo dirigía a la comunidad de Tesalónica me parece dirigida a esta comunidad que crece con mucha vitalidad en medio de pruebas y esperanzas. En verdad, la Iglesia universal y la Santa Sede conocen la fe inconmovible de ustedes y la adhesión filial y firme al Sucesor de San Pedro, conocen que a lo largo de muchos años «habéis abandonado los ídolos y volvisteis a Dios». Quisiera decirles que toda la Iglesia está orgullosa de ustedes. Esa fe ha dado sus frutos: y podemos hablar de una nueva primavera eclesial en Cuba de la cual he tenido ayer mismo, en la Catedral de Pinar del Río, un testimonio de mucha elocuencia e intensidad. Por supuesto, esa nueva situación de renovación y crecimiento, unida a la difícil situación en la que comparten la vida de todo el pueblo, coloca a la Iglesia ante nuevos desafíos en su empeño indefectible por servir esa triple misión a la que su Fundador la llama continuamente: el culto, el profetismo y la caridad. Uno de esos retos es la creciente solicitud de servicios que una inmensa cantidad de fieles exige de la Iglesia y que actualmente desborda sus propias posibilidades por la falta de personal y de medios apropiados para satisfacer eficazmente esos servicios. La estructura de la Iglesia local ha crecido en tres nuevas diócesis y otros organismos pastorales que seguramente seguirán creándose como ha sucedido con Cáritas y la Comisión «Justitia et Pax»; pero al crecer las estructuras se hace aún más necesario el tener los agentes pastorales que puedan trabajar en ellas. En las diócesis más antiguas el pequeño número de sacerdotes y religiosas hace que su trabajo cotidiano sea ingente y agobiante. Tenemos que rezar al Señor para que crezca el número de vocaciones entre los cubanos y para que sin más dilación puedan entrar aquellos agentes de pastoral que han solicitado hace tiempo su permiso para venir a servir solidariamente a este pueblo y a su Iglesia. 2. "Devuélvele el manto a tu prójimo antes de que salga el sol, porque no tiene otro vestido para cubrír su cuerpo." Otro de los desafíos con que se encuentra la Iglesia en Cuba es la ayuda a los más necesitados, que forma parte de aquella triple misión antes mencionada. La lectura del Éxodo es bien clara cuando nos invita a «devolver» el manto que necesita el pobre porque no tiene otro, o porque la injusticia se lo quitó. En este aspecto de la misión de la Iglesia que organiza Cáritas, pero que es responsabilidad de toda la comunidad cristiana, los necesitados no deben encontrar obstáculos ni dilaciones para que pueda llegarles con urgencia y eficacia lo que merecen por justicia y amor. Esta ayuda por supuesto no se restringe a la solidaridad material sino que comprende también aquellos proyectos de promoción humana y desarrollo social en los que la Iglesia, a lo largo del tiempo y en toda la tierra, tiene una sólida experiencia tanto de cooperación con los Estados, como de su propia gestión autónoma por medio de la cual puede llegar directamente a los que necesiten su ayuda. Pienso en las escuelas, los hospitales, las cárceles, etc. Uno de los aspectos en los que la Santa Sede ha prestado toda su atención para Cuba es éste, del ejercicio de la caridad. Recuerdo por ejemplo, la asamblea organizada por Cor Unum para estudiar especialmente la prioridad de la ayuda a esta noble nación del Caribe. El Santo Padre expresó en su discurso la necesidad y la urgencia de que la Iglesia pueda ejercer esa misión pastoral con las facilidades de otras instituciones y del propio Estado. Este es un campo en que se puede estrechar nuestra colaboración. En efecto, las relaciones entre la Iglesia y el Estado no pueden reducirse a garantizar un marco jurídico estable para lo que conocemos como práctica del culto. Esto es importante, indispensable, pero es sólo un aspecto de estas relaciones. Reducir la práctica religiosa, o mejor la vida cristiana, a las expresiones cultuales únicamente, es mutilar la vida de la fe. Por tanto, las relaciones entre la Iglesia y los Estados abarcan en el mundo entero también otros aspectos que se relacionan con los demás aspectos de la triple misión eclesial, como son la caridad y el profetismo. El mismo Santo Padre en su primera Encíclica nos recordaba que: «La Iglesia no puede abandonar al hombre, cuya «suerte», es decir, la elección, la llamada, el nacimiento y la muerte, la salvación o la perdición, están tan estrecha e indisolublemente unidas a Cristo... El hombre en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social... este hombre, es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión, él es el camino primero y fundamental de la Iglesia" (R.H. 14). Esta es la motivación y la finalidad de toda la vida de la Iglesia en medio del pueblo del que forma parte inseparable siguiendo el ejemplo de encarnación y redención que nos ha enseñado el mismo Cristo. Es pues, el hombre a quien queremos servir, el hombre no abstracto, impersonal, sino el hombre cubano concreto en su vida personal y también en su vida social, económica y política. Otro de los aspectos que ilumina las relaciones entre la Iglesia y el Estado es aquella en que se delimitan los campos de cooperación y se respeta la autonomía de cada cual. Así nos lo enseña el Concilio Vaticano II en su Constitución Gaudium et Spes-. «La Iglesia que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana. La comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Ambas sin embargo, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto mejor cultiven ambas entre sí una sana cooperación habida cuenta de las circunstancias de lugar y tiempo"(G.S.76). Para seguir cultivando esta autonomía y esta cooperación al servicio del hombre es que he venido a Cuba. Es que voy a los demás pueblos para hacer presente esta enseñanza y este anhelo de la Iglesia. Ella no busca otra cosa que servir. Para ello sólo pide los necesarios espacios de libertad para el servicio. Anido la esperanza de que este paso por Cuba sea un verdadero hito en las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano. Relaciones que no sólo lleguen a la cumbre, sino que puedan ser reflejo auténtico de las relaciones entre los cristianos y su propio estado a todos los niveles, hasta crear un ambiente de confianza y cooperación que permita desarrollar los carismas de cada uno, guardando la propia identidad y respetando la ajena. Con todos ustedes estoy en espera del día en que el sucesor de Pedro, el Papa Juan Pablo II, vendrá a visitarles aquí, en su tierra, para: -decirles gracias por su testimonio, -darles ánimo para continuar siendo artífices de reconciliación y de progreso en la Cuba de hoy, - sellar un clima de libertad religiosa y de confianza entre la Iglesia y el Estado cubano. Estos augurios los encomiendo a la que hace 80 años fue declarada por el Papa Benedicto XV como celestial Patrona de la República de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. ¡Que ella siga intercediendo por este noble pueblo que al conocerlo en estos días me ha suscitado en el alma admiración y esperanza! Domingo, 27 de octubre de 1996 -------------------------------------------------------------
PALABRAS DEL S.E. CARDENAL JAIME ORTEGA EN LA MISA PRESIDIDA POR EL EXMO. MONS. JEAN LUIS TAURAN, SECRETARIO DE LA SANTA SEDE PARA LAS RELACIONES CON LOS ESTADOS. Excmo. Mons. Jean Louis Tauran, Secretario para las Relaciones con los Estados, al servicio de la Santa Sede, Excmo. Sr. Nuncio de Su Santidad en Cuba, Mons. Beniamino Stella Excmos. Sres. Obispos, Sres. Embajadores, Distinguidos Miembros del Cuerpo Diplomático y del Gobierno de nuestro país, Queridos hermanos y hermanas: La Iglesia Católica de Cuba recibió con honda gratitud la aceptación que hizo S.E. Mons. Tauran de la invitación que le fuera dirigida por el Excmo. Sr. Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país Roberto Robaina para visitar nuestra nación. Nuestra gratitud se dirige ante todo al Papa Juan Pablo II, que acogió con agrado esta iniciativa y, evidentemente, a S. E., quién con tanto calor humano y afecto eciesial se dispuso a cumplimentar este deseo que era también el nuestro, el de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y que, en más de una ocasión, yo había tenido el gusto de expresarle en nuestros encuentros en e¡ Vaticano. Excelencia, a nadie puede pasarle por alto el significado de su visita, menos aún a los católicos cubanos, habituados a atisbar desde su fe, curtida durante años de perseverancia en el esfuerzo por mantener su identidad cristiana y su fidelidad a la Patria, los signos positivos que los reafirman en su esperanza de posibilidades mejores, no sólo para la vivencia de su propia fe, sino para el desarrollo integral y sereno de la Nación cubana, con la participación de todos sus hijos, también de los cristianos. La Iglesia en Cuba mira hacia el futuro y se prepara al Tercer Milenio de la Era Cristiana. El domingo 24 de noviembre en todas las Catedrales de Cuba será lanzado el Plan Pastoral Global que abarca el trienio preparatorio al año 2000 y el mismo año del Jubileo. En consonancia con las grandes líneas magistralmente trazadas por el Papa Juan Pablo lI, en la Tertio Milienio Adveniente, nuestra Iglesia en Cuba se ha propuesto un claro objetivo en su Segundo Encuentro Nacional Eclesial: «Dar a conocer a Jesucristo, Evangelio del Padre, para promover así la dignidad humana, trabajar por la reconciliación y contribuir a la edificación de la civilización de la justicia y el amor». Todo el quehacer que la Iglesia se propone en Cuba, brota de la fe en el único Dios que nos fue plenamente revelado por y en Jesucristo, y se dirige al hombre, a su significación, a su promoción integral. «El hombre es el camino de la Iglesia» nos dijo el Papa Juan Pablo II en su primera Encíclica. El hombre es también el camino de todas las ideologías, de todos los sistemas políticos, de todas las filosofías aún de aquellas que parecen sólo atenerse a ideas o palabras. Todos tenemos una tremenda responsabilidad, de cara al 2000, de cara al futuro: no podemos despedazar al hombre, no podemos cada uno de nosotros sean de los creyentes en Cristo, los creyentes en otras religiones, los no creyentes, los adherentes a diversos sistemas y a variadas ideologías, reclamar un pedazo del corazón humano o acapararlo para nuestros propósitos determinados o exclusivos. Esa ha sido la historia del milenio que termina, especialmente la historia de nuestro siglo XX ¡Cuántas guerras en él! Dos de ellas mundiales. Y la amenaza de la destrucción de la civilización por las armas espantosas creadas por los hombres y repartidas entre sectores antagónicos de la humanidad. Así no puede ser el siglo venidero, así no debe ser el mundo del futuro: el de la opulencia y el hambre, el de los buenos y los malos, el de las «potencias» y el de los parias. La humanidad futura no encontrará su unidad en una globalidad económica impuesta y acatada, sino en la solidaridad y en el amor. Ese es el mensaje de la Iglesia, el que debe hacer camino en el hombre hacia el año 2000. Algunos han dicho que el nuevo siglo será el de la religión o, quizás mejor, el de la religiosidad. Creo que tiene que ser ante todo el siglo de la libertad; de esa libertad que haga a todos los hombres capaces de acoger la verdad y hacerla suya, si no seguiremos corriendo el riesgo de disputarnos al hombre en su interioridad. Esa es la promoción humana en su raíz más profunda, la que le descubre al ser humano su grandeza intrínseca y le hace vivir según ella. En el hombre, pues, confluyen todas las religiones y los pensamientos de los más variados matices. Si todos nos esforzamos por el bien total del ser humano, tanto en su situación material como en su crecimiento espiritual, debe haber una posibilidad de camino común que no divida al hombre, sino que lo integre, que no separe a los seres humanos unos de otros, sino que los acerque, los haga solidarios y los reconcilie entre sí y todo esto tenemos que proponérnoslo respetando y favoreciendo la libertad del hombre, su innata capacidad de acceder a la verdad, de elegir los caminos de la justicia y el amor, de optar por lo bueno, en una palabra redescubriendo la imagen de Dios que hay en cada ser humano. Sabemos muy bien que en esta misión gasta su vida el Papa Juan Pablo lI. Sabemos, Excelencia, que Ud. es su colaborador cercano y representa entre nosotros la reafirmación de esos valores que el Santo Padre, Vicario de Cristo, no cesa de proclamar. Sabemos además que los caminos más largos están hechos de pequeños pasos, pero estamos persuadidos de que su misión entre nosotros y con nosotros tiene la posibilidad de hacer más ligero nuestro andar. Así lo pensamos por el momento de la historia que nos toca vivir, por sus especiales cualidades personales y su rica experiencia al servicio de la Santa Sede Apostólica, pero sobre todo, porque ha venido a nosotros con la Bendición del Papa Juan Pablo II y trayendo de parte de él una especial Bendición a Cuba. Acabamos de sufrir en nuestro país una gran prueba al paso del huracán «Lili». Lo llamo Prueba porque, en medio de la catástrofe de varias provincias arrasadas, no hubo pérdidas de vidas humanas por la información oportuna y la rápida movilización de la población realizada por el gobierno del país. La solidaridad interna ha sido notable y también la que va llegando de otros países. En medio del dolor resaltan más aún estos valores humanos y cristianos y esto nos ayuda a descubrir el sentido mismo de la prueba. Entre estas ayudas está la que el Papa Juan Pablo II ha enviado a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba para el pueblo cubano. Como Presidente de la Conferencia quiero, Excelencia, que haga llegar nuestra gratitud de cristianos y de cubanos al Santo Padre, a quien, además, sabemos muy cercano a nuestro pueblo en su oración. Dígale una vez más el cariño filial que le profesamos los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y todos los católicos de Cuba. La Eucaristía que Ud. dignamente preside será el momento cumbre de su visita a nuestra Iglesia, porque en ella pondremos en manos de Jesucristo, para que lo presente al Padre, todo el significado y el contenido de su estancia entre nosotros y también nuestros mejores votos por su delicada misión al servicio del Santo Padre en la Iglesia. Que Cristo, el Señor, bendiga y haga fecundo su ministerio apostólico. ----------------------------------------
DÍA DE LA DIGNIDAD PINAREÑA La Comisión Católica para la Cultura celebró, como cada año, el Día de la dignidad Pinareña con una velada en la Casa de las Hijas de La Caridad en la que se presentó la Conferencia "La sociedad civil en Pinar del Río" del lng. Sergio Lázaro Cabarrouy y el Sr. Pedro José González. Este año el homenaje que rinde la Comisión a una personalidad pinareÑa que haya contribuido al crecimiento de la Ciudad recayó en el Dr. Alejandro Mora Morales, que recibió de Manos del Sr. Obispo de Pinar del Río, Mons. José Siro Goníález, el Diploma acreditador y un libro del Papa Juan Pablo Il. Las palabras de elogio estuvieron a cargo del Dr. José Manuel Collera, quien destacó las virtudes del homenajeado como hombre, ciudadano y médico. Junto al Escudo y el Himno pinareños presidía esta celebración la Tarja en mármol que la Comisión Católica para la Cultura dedicó al Dr. Tebelio Rodríguez del Haya y al Comité "Todo por Pinar del Río", que está esperando desde 1993 el permiso para ser colocada en la Casa donde se fundara el Comité, en la calle Maceo esquina a Abraham Pérez. La Dra. María Dolores Montoro concluyó la Velada leyendo estos versos: Médico por vocación con estatura de cumbre es cual esplendente lumbre dentro de su profesión. Amable, sencillo, honesto ve en cada cual un hermano a todos tiende la mano, a servir siempre está presto. De límpida ejecutoria como hombre y profesional es Alejandro, ejemplar en toda su trayectoria. Amigo, Padre, Masón que a todos enorgullece superó muchos reveses con el alma y corazón. Orador de gran valía por profundo y comprensible describe lo indescriptible con la claridad del día. De educación esmerada y profundos sentimientos cultiva rosas y alientos entre fuertes marejadas. Íntegro en su proceder, de lógicas conclusiones, siempre actúa por razones y no se deja convencer. Siento gran admiración por este hermano, este amigo y hoy esta semblanza escribo con todo mi corazón. Para Alejandrito, un amigo de siempre en el merecido homenaje que hoy le brindamos y donde he querido colaborar con mi humilde pero sentida aportación. Dra. María Lola Montoro Agüero. Noviembre 28 de 1996. ------------------------------------
PALABRAS DEL DR. ALEJANDRO MORA MORALES EN EL HOMENAJE QUE SE LE OFRECIÓ POR PARTE DE LA COMISIÓN CATÓLICA PARA LA CULTURA ELDÍA DE LA DIGNIDAD PINAREÑA Excmo. Monseñor José Siro González Bacallao Obispo de Pinar del Río Dra. Rina Malo Rendón, Presidenta de la Comisión Católica para la Cultura. Señoras y Señores: Gracias, muchas gracias a la Comisión Católica para la Cultura, por el ofrecimiento de este homenaje que mucho me honra, a sus distinguidos miembros y a todos los que en una forma u otra han contribuido a este cariño so acto. Muy reconocido al querido hermano José Manuel Collera, Mentor at-vitae de la Respetable Logia Solano Ramos, compañero y amigo, siempre generoso y cordial, por sus amables y benévolas palabras, palabras que como una canción, caen al alma en forma de suave plegaria. Este ofrecimiento me ha hecho pensar, que es sentido y honesto, libre de vulgaridad y de ficciones, porque procede de manos inmaculadas y sinceras y lo recibo convencido de su veracidad, porque no existe otra razón que lo aconseje. Es un acto que tiene el altísimo valor de coincidir con el 26 de noviembre, día de la dignidad pinareña, la más grandiosa de las fechas de esta provinci, y aprovecho esta oportunidad para dedicar el homenaje a la memoria del Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, máximo exponente de este señalado acontecimiento y único merecedor, que vivirá eternamente en los corazones de Vuelta Abajo. Gracias. Dr. Alejandro Mora Morales. ------------------------------------------
ENCUENTRO LITERARIO PROVINCIAL: CRÓNICA DE UN CLAROSCURO por Ernesto Ortiz Hernández
Erguidos, apoyándose en la roca para llegar al estrato superior, para sobrepasar al azul que se nos encima ante verticalidad tan firme, los arbustos y yerbajos. Hace un círculo la vista y se descubre atrapada; su límite: animales mansos pero inmensos e inamovibles, rumiantes que apoyan -unos en otros- su sombra lenta. Al oeste, aupado por el sol, cierra el paisaje el Mural; infranqueable. Desde allí, hombres alargados, espectrales y rojos, descubren por entre el follaje intenso Ia manada de lomos anaranjados y flancos amarillos, las cabañas -allá abajo- del Campismo Dos Hermanas. Rodeados, durante los días 5-8 de este noviembre, por las potentes murallas verdes de Viñales , redondeadas para sugerir cierta femeneidad que aconseja el cautiverio, concluimos el XXII Encuentro Provincial de Talleres Literarios de Pinar del Río. Enriquece siempre, en ambos sentidos, el contacto duradero, cálido, entre figuras de fertilísimo -en ocasiones imprescindible- quehacer en las letras nacionales y los aficionados que lo reconocen y aprecian. Y cuando el resto de los afanes humanos se apagan para que se levante ardiente el arte -ese modo más breve de llegar a la verdad-, se forman islas donde el Robinson literario encuentra cortas las madrugadas y amplios los corazones (ya nunca más sólo); antiguo y nuevos conocidos comparten el mismo intimo convencimiento contra impurezas y mentiras: el arte, ciertamente, salva. Esas luces quedan, al final, y no el larguísimo apagón que nos dio la bienvenida. O la hora de la comida que -en esa primera noche- se alejaba, entre el malestar de algunos -amigos de los municipios más alejados y de otras provincias, que casi no habían probado bocado ante el compromiso de arribar a tiempo al Encuentro- y el humor de otros -ese remedio sabio- al descubrir, todavía a oscuras, en braille, que no había suficiente ración en la cantina. Ni la segunda noche en que un grupo viajó a la Casa de Cultura de Viñales a una actividad cultural, y otro grupo continuó hacia la CPA República de Chile, a un encuentro entre los repentistas nuestros y los de la zona. Y la actividad se convirtió en un grupo de mesas cansinas, dispersas y cargando vasos de ron aguado: y los cantores regresaron sin una tonada. Ya la guagua se alistaba hacia Dos Hermanas -muerta la noche- cuando saltó, indomable, el entusiasmo de los repentistas -que si ven a otro poeta sobre sus dos pies hacen como el gallo fino cuando le situan delante la posibilidad de la pelea- y despabilaron las mesas y los vasos adquirieron vitalidad. Cirilo González, de humor despierto, de historia viril, fraterno, agredía y aleteaba a un lado y a otro, adueñándose del espacio, y Diego Blanco Echevarría más mesurado pero firme en la riposta, hundiendo el pico en su momento, con su tres apoyando el golpe... y cerca de ellos ese maestro decimista, casi mítico, Porfirio Valdés, con el tabaco en una mano, el ron en la otra, mirando como un patriarca satisfecho, preguntándose si el ruedo aún le pertenece. Ni la tercera noche, que pretendía ser un colofón más digno (después de una presentación-venta de Libros fantasma) y resultó una máscara de celofán y sombras sobre un rostro ajado, grotesco casi. No sólo por el sitio escogido -que obligó a los oyentes a una disposición poco adecuada, en un círculo demasiado amplio- y la escasa luminosidad, sino también por el estado de algunos de los reunidos, demasiado festivo para la ocasión. Entre sombras relucen las obras presentadas y la mayoría de las obras premiadas -quizas el descontento mayor estuvo en la sesión de Literatura para niños y jóvenes, donde cuentos como «Carnaval de Claudia» y «Güirito de café» debieron ganar más consideración de parte del Jurado. Antes de pasar a relacionar las más intensas de tales luces, muchas de las cuales se han publicado en la Revista Vitral, y que aparecen en los folletos presentados en el Encuentro -realizados con la ayuda de Ediciones Hnos. Loynaz, la Biblioteca Prov. Ramón González Coro y la Comisión Católica para la Cultura-, indaguemos por el cuerpo que se les interpuso. Tres meses antes de este Encuentro el Especialista Literario del Centro de Cultura Comunitaria, Ibrahim F. La Rosa, realizó el Proyecto y lo entregó al Director del referido Centro para que se analizase y discutiese en las instancias provinciales, buscando el apoyo y el compromiso que un Evento de tal envergadura necesita. Pero parece bastante enraizada ya la práctica que consiste en que las actividades culturales caigan con desmesurado peso sobre una o varias personas a las que les interesa verdaderamente que se realicen; y corren de un lado a otro, trapajando como Bóxers orwellianos, ante la insensibilidad de quienes deberían apoyar tales sucesos. O si no, cómo explicar que obtener la Sede cueste meses de discusiones, de cambios de fecha y negaciones, ¿que se confirme una semana antes del encuentro -con el consiguiente suspense para los aficionados y el reacomodo incomodo o la retirada de parte del Jurado. Y que, una vez en Dos Hermanas, las condiciones no sean las propicias -debemos reconocer, no obstante, la ayuda del gobierno municipal de Viñales, en la persona de Benigno Rodríguez, para la búsqueda de avituallamiento. Cómo explicarle a la mayoría de los miembros del Jurado, que esperaron casi dos horas en La Habana y ¡cinco! (5) horas en el Centro Provincial de la Cultura Comunitaria antes de regresar, que es toda una aventura conseguir los bonos y el dinero para la gasolina y que, resueltos -es decir: la gasolina existe-, resta la odisea de en cuál piquera llenar el tanque... Para colmo, la mayoría de estas personalidades acceden a participar en tales Encuentros por gestiones personales que recuerdan la amistad o nombran la cultura; ¿quién queda mal entonces? La amistad puede probarse en otras ocasiones, que las habrán, pero ¿y la cultura pinareña? Acortando las gestiones y asumiendo seriamente el compromiso -tanto personal como institucional- de apoyar el crecimiento de nuestra cultura, iremos superando los claroscuros y acrecentando la luz.
Relación de obras ganadoras DÉCIMA Jurado: Adolfo Martí (Habana), Nieves Rodríguez (Habana) y Armando Abreu (La Palma). Premio (compartido): «Ruinas de una casa en la distancia», Angel Miguel Morales (La Palma) y «Glosas», José Raúl Fraguela (Pinar del Río). Mención Especial: «Glosa», Porfirio Valdés Álvarez (B. Honda). Menciones: «Regreso», Eugenio Vicente León (C. del Sur); «Amada», Jose Antonio Ruiz (San Luis); «Charlot», Samuel Cruz Guedez (Guane); «Tríptico de mar», Manuel Duarte (San Juan), «Si yo muriera», José Luis Roque Zamora (San Cristóbal); «A la palma de mi huerto y a todas las que le sucedieron», José Escobar Delgado (San Juan). LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES Jurado: Luis Cabrera (Villa Clara), René Valdés (San Luis) y Alberto Hernández (Habana). Cuento: Premio: «Yo puedo», Rosario Hernández Torres (San Luis). Mención: «Pequeño dinosaurio», Néstor Montes de Oca (P. R). Poesía: Premio:«Sueños», Félix Blanco Fernández (San Juan). Primera Mención: «Vitral», Rosario Hernández Torres (San Luis). Mención: «Canción de la mañana», Ángel Miguel Morales Cruz (La Palma). CUENTO Jurado: Salvador Redonet (Habana), Eduardo Heras León (Habana). Ángel Santiesteban (Habana) y Michel Perdomo (Habana). Premio: «Esclerosis», Ángel Miguel Morales (La Palma). Menciones: «El callejón de las paredes», Gleyvis Coro Montanet (P.R.) y Fujicolor airline», Ángel Clausel García (C. del Sur). ENSAYO Jurado: José Raúl Belén (Habana) y Ernesto Ortiz (P.R.). Premio: «Le Bateau lvre: una esperanza entre las olas», Luis Amaury Rodríguez. TEATRO Jurado: Orlando Virgil Escalera (Habana) y René de la Cruz (Habana). Premio: «El recuento» (monólogo), Margarita Esquivel Cruz (P.R.). Primera Mención: «María», Pedro Fonte González (San Cristóbal). Premio (teatro para niños): «Dando y dando», Marcelina Rodríguez Quintana (P.R.). POESÍA Jurado: Sigifredo Álvarez Conesa (Habana) y Luis Lorente (Habana). Premio: «La epopeya de Cedar», Gleyvis Coro Montanet (P.R.). Primera Mención: «Amalline», Julio César Banasco (P.R.). Menciones: Evelín Calzada Tabares (La Palma), José Luis Rodríquez Zamora (San Cristóbal) y Alfredo León Barceló (San Cristóbal). -----------------------------------
COLLAGE - MODAS por Jesús Pantoja Díaz El grupo de modas Collage, del Fondo Cubano de Bienes Culturales de Pinar del Río, creado para promocionar a los diseñadores de Vueltabajo, acaba de cumplir otro año de trabajo con varias presentaciones fuera de la provincia, motivo por el cual se ha sentido su ausencia. Actualmente Collage cuenta con 18 "maniquíes" con dominio de la pasarela y una formación integral dirigida a perfeccionar su estilo. Entre las colecciones exhibidas están: «Trapos», diseñada por Jorge García, «Sueños», Jorge Urra, «Verano caliente», Jorge García; «Café Caliente» de Jorge García y Premios FIART'93- Viñales Moda'94, Jorge Urra; Viñales Moda'95, Julia Gómez, Jorge García, Yenia María González y Premio FIART'93; y por último, «Creadores Collage», con Julia Gómez, Jorge García y Premios FIART'93. Las más recientes presentaciones del grupo han sido en el Certamen de Belleza del municipio La Palma- en la Reunión Nacional de Directores del Fondo Cubano de Bienes Culturales; Peña en el Centro Provincial de Cultura Comunitaria; III Feria de Invierno de Industrias Locales, en Cubartesanía, en su sede «La Sortija", para los representantes de firmas extranjeras acreditadas en Cuba (de aquí salieron 4 contratos de trabajo en Ciudad Habana, Varadero, Camagüey y Cienfuegos, y una presentación del grupo infantil en FIART'97); otras presentaciones en EXPOCUBA, MINREX y la Quinta de los Molinos. El grupo, además, trabajó para videos promocionales con destino al Brasil, la realización de un plegable para la cadena Isla Azul y un afiche para la cerveza San Miguel. El próximo espectáculo de Modas Collage será en la Inauguración de la tienda «La Colosal», nueva sede del FCBC, en Martí No. 9 el Gerardo Medina e Isabel Rubio. El equipo de realización del grupo está a cargo de Félix Pedro (Maquillaje), Carlos e Ilien (Peluquería), y Jesús Pantoja Díaz (Productor y Director General). Vitral desea éxitos a Collage en su nueva era, como lo hicimos desde sus inicios. -------------------------------------------------------
CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL JOVEN CATÓLICO El 1ro. de Diciembre, en el atrio de la Catedral de Pinar del Río, se celebró el Día PJ (Pastoral Juvenil) en la Diócesis, con la presencia de cientos de jóvenes. La celebración consistió en un Concierto de salsa y rock a cargo de los grupos "Canvas", "Tendencia" y "Pesadilla". Además, se presentó la obra"SOSida", con la actuación de Jorge Luis Lugo, que impactó mucho a jóvenes y enfermos de sida que estuvieron presentes en este día, dedicado también a la lucha contra esa enfermedad. La celebración de la Misa dentro de la Catedral y una comida compartida en sus patios, culminaron esta juvenil celebración. Luego de 37 años el atrio catedralicio recobró vida como señal de la esperanza que la Iglesia deposita en los jóvenes. ¡Felicidades! ------------------------------------------------- Visitan los Obispos el Cacahual El pasado 1ero de Noviembre, todos los Obispos Católicos de Cuba rindieron homenaje al Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales con motivo del Centenario de su caída en combate. En su visita a El Cacahual, además de depositar una ofrenda floral, fue leído el poema "Maceo", de Mons. Alfredo Petit, Obispo auxiliar de La Habana. Ofrece la Iglesia Católica en Pinar del Río homenaje a Maceo en Las Taironas. El Sr. Obispo de Pinar del Río acompañado del P. Manuel de Céspedes, Asesor de la Comisión Católica para la Cultura y el P. Vicente Cabrera, Asesor de la Pastoral Juvenil depositó una ofenda floral a nombre de la Iglesia Católica en Pinar del Río a los pies de la estatua del Titán de Bronce en Las Taironas, lugar cercano a la Ciudad, donde se desarrolló uno de los Combates de la Invasión. MACEO Tenía su cuerpo el tinte broncíneo de los héroes perpetuados en efigies. Su alma, el temple indoblegable del acero. Su trayectoria rectilínea lo llevó como flecha, que saliendo del arco, rauda, hiende los aires y acaba con el odio fiero. Inmolada en el altar de la patria, su vida, es ejemplo. Ejemplo de martirio verdadero. Cayó el Titán. Cien años después, quedan los hijos de su pueblo, de ese pueblo cubano nuestro. ¡Que no caiga el ideal hecho pedazos y ruede por el suelo! Que esté siempre su memoria, su recuerdo, su alma inmortal, de creyente y de cubano, de pie, como una torre; de pie, ante la Historia. Como faro de luz que indique el puerto. Los Obispos de Cuba formulamos hoy, junto a su tumba, una oración por su alma y un deseo ¡Que nuestra Patria sea como tú la forjaste con tu sangre! ¡Como tú la soñaste en el silencio! ¡Lugarteniente General Antonio Maceo! Los Obispos Católicos de Cuba. El Cacahual, 1 de noviembre de 1996. --------------------------------------------------------
CONSULTORÍA CÍVICA ¿Que es una Consultoría Cívica? Es un servicio gratuito de inspiración cristiana que brinda el Centro de Formación Cívica y Religiosa, de la Iglesia Católica, y tiene como fin: orientar y acompañar a toda persona que necesite asesoramiento para asuntos de índole urídico, sicológico, ético y de comportamiento cívico en general. No es un ejercicio de profesión, como un bufete colectivo o una consulta médica. ¿Para quiénes es la Consultoría Cívica? Este servicio se brinda a cualquier persona que los solicite independientemente de su credo religioso, sus concepciones filosóficas o sus ideas políticas. No se requiere trámite ninguno para recibir en el horario establecido los servicios de esta Consultoría, de forma gratuita.
¿Cómo y dónde funciona la Consultoría Cívica.? Las personas necesitadas de estas orientaciones serán atendidas individualmente, con la debida discreción, por un animador del Centro de Formación Cívica y Religiosa, un jurista y un sicólogo, aunque eventualmente podrán recibir ayuda de otros especialistas, según la materia consultada. La Consultoría Cívica funcionará todos los viernes, de 5 a 7 de la noche, en la Parroquia de La Caridad, situada en la calle San Juan 100-G entre Retiro y Solano Ramos, Pinar del Río. Y usted podrá escribir solicitando ayuda, siempre que ponqa bien claro su nombre, dirección y teléfono si tuviera.
TIPOS DE SERVICIO Si usted se encuentra en alguna de estas u otras situaciones parecidas acuda a la Consultoría:
Orientación sicológica 1.Tiene un problema personal: falta de autoestima, miedo, indecisión, dificultades para las relaciones humanas, desequilibrio en su sexualidad. 2.Enfrenta una crisis familiar: entre la pareja, en la educación de sus hijos, en la relación con padres y abuelos. 3.Tiene hijos con problemas de conducta. 4.Eres joven y no tienes orientación sobre tu vocación. 5.Sufres stress por causas laborales, sociales, o de cualquier tipo. 6.Tiene depresión y falta de motivación para vivir. 7.Otras dudas o problemas relacionados con su sicología o la de sus familiares.
Orientación jurídica 1.Tiene que resolver un asunto legal y no sabe qué trámites y papeles necesita presentar al abogado. 2.Tiene dudas sobre sus derechos constitucionales y legales. 3.Se le ha presentado un litigio laboral y no sabe cómo proceder. 4.Tiene que redactar un documento o hacer una reclamación y no sabe cómo hacerlo. 5.Necesita que le expliquen una ley o reglamentación vigentes en nuestro país. 6.Va a emprender un trabajo por cuenta propia o ya tiene uno y necesita saber calcular sus gastos, sus impuestos, sus ganancias y conocer lo reglamentado con relación a esto. 7.Necesita conocer los Derechos del hombre y sus deberes ciudadanos. 8.Otras dudas o problemas relacionados con el conocimiento de las leyes y sus derechos y deberes.
Orientación ética y cívica 1. Desea formarse en virtudes y valores éticos. 2. Necesita tomar una decisión en su vida y no sabe hacer el debido discernimiento. 3. No tiene un proyecto ético de vida y desea que le ayuden a hacerlo. 4. Desea hacer su propia escala de valores éticos. 5. Necesita aprender a participar libre y conscientemente en la sociedad. 6.Quiere comenzar una obra social, una asociación y necesita asesoramiento para hacer el proyecto. 7.Necesita información sobre la participación ciudadana en los ambientes de la familia, la escuela, la sociedad civil, la universidad, la economía y el trabajo. 8.Desea saber sobre la atención de la Iglesia a enfermos, presos, madres solteras, educadores, economistas y otros sectores de la sociedad. 9.Otras dudas o problemas relacionados con su comportamiento ético y su participación cívica en nuestra sociedad. ------------------------------------------------------------------
SALÓN DE ARTES PLÁSTICAS "14 DE DICIEMBRE" por Yenia María González El Día del Trabaiador de la Cultura, en las salas del Museo Antonio Guiteras Holmes en Pinar del Río, se inauguró el Salón "14 de Diciembre" auspiciado por la Galería Municipal de Artes Plásticas y con la colaboración de la Casa de Cultura "Pedro Junco". El Jurado del Salón, integrado por Jorge Luis Montesinos, Amalina Bomnín y Lisset González, especialistas de la manifestación en la provincia, otorgaron los siguientes premios: -Mención a la obra "Retrospectiva" (óleo/lienzo) de Quisbel Lezcano Blanco. -5to. Premio a la obra "Retrato oscuro" (óleo/lienzo) de Jorge Luis Ballart. -4to. Premio a la obra "Guillermo Tell (La pleitesía denegada)", Instalación de José lván Morales. -3er. Premio a la obra "El rey de mi tierra" (óleo/lienzo, de la serie Pueblo Mío) de Luis Contino Roque. -2do. Premio a la obra "El sueño de América" (óleo y carboncillo/lienzo) de Julio César Banasco. -1er. Premio a la obra "Arde/Cubano/Contemporáneo" de Ronaldo Encarnación. La muestra estará expuesta en la sede anteriormente citada desde su inauguración (14 de diciembre) y hasta el 31 de enero de 1997. --------------------------------------------
ENCUENTRO REGIONAL DE CÁRITAS DEL CARIBE Comenzando el día 3 de noviembre con una Solemne Eucaristía presidida por el Sr. Cardenal Jaime Ortega, en la Parroquia de san Juan de Letrán y concelebrada por varios Obispos asistentes, tuvo lugar en la Habana el Encuentro Regional de Cáritas del Caribe, que sesionó en la Casa Sacerdotal los días 4, 5 y 6 de noviembre. En un clima amistoso y fraternal se examinó una apretada e interesante agenda que abordó temas como la acción de Caritas en los países que componen el Área Caribeña. La estrategia a seguir en los años del Tercer Milenio y la situación de Cáritas Cuba en el contexto actual del país, que fue comentado también ampliamente por la Señora Caridad Diego con su equipo de colaboración. Asistieron a dicho evento: Mons. Alfonso F. Gregory, Obispo de Emperatriz, Presidente C.I. (Brasil), Mons. Príamo Pericles Tejeda, Obispo de Baní (Rep. Dominicana), Mons. José Siro González, Obispo de Pinar del Río (Cuba), Mons. Edward Félix Kelvin, Obispo de Santa Lucía, Pres. Cáritas Antillas (Santa Lucía); Sr. Luc Trouillard, Secretario General C.I. (Francia); Rev. P. Marino Bohn, Secretario SELACC (Brasil); Sr. Leslie Alexander Left, Director Cáritas Antilla (Santa Lucía); Sr. Rolando Suárez Cobián, Director Caritas Cubana (Cuba); Dr. Ángel Moya Estrella, Director Cáritas Dominicana (Rep. Dominicana), Sr. Fearuie Maignan, Director Caritas Haití (Haití); Diác. Luis Rafael O'Neiil, Guerra Contra el Hambre (Puerto Rico); Sr. Santo Manuel Martínez Lantigua, Cáritas Dominicana (Rep. Dominicana); Sr. Justín Piquiol, Caritas Haití (Haití); Dr. Aníbal Colón Rosado, Guerra Contra el Hambre (Puerto Rico). Invitados Observadores: Stéphane Latarjet, Secour Catholic (Francia); Christopher Gilson, Catholic Relief Serv. (Estados Unidos); John M. Ricard, Obispo Aux. Baltimore, Presidente C.R.S. (Estados Unidos), Kenneth F. Hackett, Director C.R.S. (Estados Unidos); Alberto Manuel Athié Gallo, Direc. Cáritas México (México), Johannes Erich Kniffki, Caritas Alemania (Alemania); Carlos R. Sett Oliva, Dir. Caritas Guatemala (Guatemala). ---------------------------------
ALYNA BENGOCHEA: METÁFORA DEL NAUFRAGIO (APUNTES A LA VII FERIA DEL LIBRO Y ENCUENTRO DE ESCRITORES Y ARTISTAS VISUALES DE LATINOAMÉRICA. PROVIDENCE. RHODE ISLAND. 7-13 OCT. DE 1996. por Joaquín Badajoz De ese trashumar incesante, de esa búsqueda de otras dimensiones, que permite incorporar lo nuestro al lenguaje americano y abrir espacio a la literatura de la Isla -por tantos años cerrada a congresos, coloquios, encuentros donde el aglutinante está medido por la imagen y no sus atributos- depende medido en un justo rasero la amplitud de nuestro universo. Mover las cotas ha sido en última instancia resultado de un movimiento coyuntural, pero que más allá de sus dolorosas razones y de sus inesquivables vacíos, nos ha incorporado, quizás abruptamente, al devenir. Parece que a empatía de telúricos resortes, imantación casual, de una isla a otra isla, Alyna Bengochea ha participado en el pasado Encuentro de Escritores y Artistas Visuales de América Latina, que sesionó en Rhode Island. Por obra de su poesía que es acero y es piedra, ha hecho profesión de fe en los otoños de New England, apurando las intermitentes estaciones de su Isla mayor, la que arropó su verso recio y descarnado, su profundidad cortante donde se imbrican las desolaciones y amores, que a fragmentos aquilatan su verbo. Estar es para Alyna, Permanencia. Demostración de que su voz tiene la tesitura del oficio para el cual ha venido a la tierra. Cantar como quien saca de la piedra un archipiélago, que se le ha quedado de espada y de látigo. --------------------------------------
CREADA LA UNIÓN CATÓLICA DE PRENSA DE CUBA (UCLAP-CUBA)
En la ciudad de Camagüey, durante los días 6 al 9 de noviembre, transcurrió el Primer Encuentro Nacional de Prensa Católica, con los objetivos de dar a conocer los Estatutos de la Unión Católica de Prensa -aprobados por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba-, proporcionar un espacio de encuentro para una representación nacional de los comunicadores católicos y brindar un mínimo de formación en lo concerniente a estilos periodísticos. Primeramente se presentaron todas las publicaciones en las que los participantes laboran (Iglesia en Marcha, de Santiago de Cuba; Cocuyo, de Holguín; Enfoque, Boletín Diocesano, de Camagüey; Imago, de Ciego de Avila; Amanecer, Ethos, de Santa Clara; Presencia, de Matanzas; Palabra Nueva, Vivarium, Vida Cristiana, de la Habana; Vítral, Nuevo Horizonte, Talitá Kum, y Laicos Aquí, de Pinar del Río) y otras de las que se tenían ejemplares (como Fides, de Holguín). Hubo un intercambio entre todos acerca de la publicación, sus destinatarios, el estilo de edición, la periodicidad, la cantidad de ejemplares, problemas actuales y proyectos futuros de la publicación (como la de Simiente, de Bayamo). Así, todas las diócesis de Cuba ya tienen su revista o proyecto para comenzarla, como es el caso de las dos diócesis de reciente creación: Ciego de Avila y Bayamo. Una de las sesiones fue dedicada a la lectura de los Estatutos. De los debates y aclaraciones surgieron propuestas de módificación -a someter al Obispo presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación-. En otra de las sesiones se realizó la elección del Secretariado Ejecutivo. Por votación directa y secreta resultó electo: -como Coordinador Nacional: Orlando Márquez Hidalgo (de Palabra Nueva) -como Secretarios: Dagoberto Valdés (de Vitral y Laura M. Fernández (de Amanecer) Algunos de los Acuerdos establecidos en Primer Encuentro son: -Proponer como primer miembro honorario de nuestra Unión a Juan Emilio Friguls. -Proponer a la Conferencia una terna compuesta por los Padres Hilario de Céspedes, Carlos Manuel de Céspedes y Juan de Dios, para que los Sres. Obispos elijan al Asesor Nacional. -El Secretariado Ejecutivo redactará los reglamentos necesarios a los Estatutos de la Unión para implementación de los mismos. Se enviará este trabajo a las diócesis donde se debatirá y enriquecerá, y los mismos serán discutidos y aprobados en la próxima Asamblea Nacional. -Se realizará un directorio de publicaciones existentes, inventario de recursos con que cuentan las mismas y miembros de la UCLAP-Cuba -En el primer año de vida de esta orqanización se admitirán como miembros de la Unión a las personas que presenten su solicitud y que estén trabajando permanentemente en una publicacion católica. Las publicaciones podrán más adelante presentar su solicitud de inscripción y recibir el Aval de la Unión. Vitral saluda este nuevo servicio de la lglesia Católica en Cuba y felicita a los directivos de la Unión deseándoles tesón y entusiasmo en el trabajo. ------------------
EMANCIPACIÓN Y REALIDAD por Ernesto Ortiz
¡Muerte a los museos! -reciclaban los futuristas, embriagados por el ímpetu de lo nuevo. Otros movimientos plásticos convergieron en tal cruzada, obligándose al extremo -modo fácil, y muchas veces falso, de lograr exaltaciones. Y, ciertamente, es que los museos parecen aletargados, guardando, como piedra antiquísima, un amonite o el machete de un libertador -especie de Excalibur-; y en tal cuidadosa preservación de materias muertas no es extraño contagiarse con las glorias de otros tiempos, glorias pasadas, concebidas, realizadas, clasificadas y guardadas. Por eso la exposición «Emancipación y Realidad», que se realiza en el Museo Pro-vincial de Historia desde el 20 de noviembre y hasta el 14 de diciembre (segunda, luego de la exposición «Utopía del interior» de Julio César Banasco), es un paso importante en la resurrección de los museos. Situarse en el pesente -que a fin de cuentas es la historia cierta, la que nos conecta con lo que nos precede y da fe de la ruptura o continuidad, de nuestra otredad (otra/edad) de hijos- es el logro mayor al colocar, en una sala museal, parte de la obra plástica de seis artistas coterráneos y contemporáneos, vivitos y moviendo el pincel como si fuese el machete de un mambí, rota la vidriera donde se exponía con dignidades de cadáver ilustre. En las palabras de presentación de la muestra, Héctor García concluye preguntándose si podría ser este presente la historia del mañana. Cualquiera sea la respuesta, estas obras son -ya- patrimonio de nuestro acontecer, son una prueba de que existimos y -más que reclamar- ocupamos un espacio. En una provincia donde la débil autonomía de la mayor parte de los artistas e Instituciones y las pobrezas de todo género apoyan la tendencia que monopoliza el arte en un mínimo espacio preestablecido, es oportuna esta iniciativa del Museo Provincial de Historia- promover otro espacio físico y espiritual donde los creadores pongan a consi eración del público sus obras. Y donde el público se adentre en una porción de su propia historia, en el quehacer de Oliva, Luis Alberto, Contino, Couret, Montesinos, Banasco y los que vendrán, haciendo de sucesivas emancipaciones una realidad mejor para todos.
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