septiembre-octubre.año2.No.9.1995


ECONOMÍA

ACERCAMIENTO A LAS ECONOMÍAS
DE MERCADO

por Pedro Pablo Porbén

 

En el espectro de términos polémicos que hemos adquirido los cubanos durante este período especial, aparecen con marcada insistencia elementos de las economías de mercado –tan distantes, como veremos, de nuestra economía centralizada o de comando. Por lo general, los debates adolecen de razonamientos certeros debido al desconocimiento, de los nuevos afectados, de las reglas, fenómenos y conceptos que subyacen en estas economías. En la búsqueda de información al respecto hemos tropezado con materiales, unos demasiado complejos en el orden teórico y otros manipulados en extremo por sus editores, de los cuales hemos extraído algunas consideraciones que podrían ser útiles en el acercamiento que proponemos, pero sólo de forma didáctica y global, sin pretender disertar sobre las economías de mercado o brindar elementos conclusivos en cuanto a ventajas, mecanismos jurídicos, etc, de uno u otro sistema económico.
Se hace necesario partir de una definición del término economía, “para su  conservación en bienes y servicios que puedan ser distribuidos y consumidos por las personas y grupos que componen la sociedad”. Aparecen entonces dos elementos; “necesidades a satisfacer (unas más imprescindibles) y en unos bienes (o  “ que la economía ha de estar al servicio del hombre” aunque la praxis socio-económica nos demuestre lo contrario. Pero resulta que el hombre, como centro de la vida económica, está subordinado a la exigencia de la producción: producir más, ser más rentable, capaz, preparado intelectual y profesionalmente, etc.
Mercado “es un lugar teórico en el que se forma el precio de un producto por el adecuado ajuste de la oferta y la demanda de éste” . Por lo general, en el mercado cuando hay una fuerte demanda de un bien particular, los precios tienden a subir y esto estimula a nuevos productores y a los inversionistas; de hecho, al aumentar la oferta ahora los precios bajarán hasta un punto de equilibrio. Y viceversa, en el mercado de bienes, servicios y trabajo, los precios se expresan en función de algún tipo de circulante o moneda. Pero en las economías de mercado se comercia también con el dinero mismo, pues muchas personas desean ahorrarlo para el futuro y otros (incluidos los empresarios) lo quieren obtener en forma de préstamos para usarlo hoy. Aparecen entonces las tasas de interés como el precio de uso de ese dinero que determina en los mercados donde se intercambian los fondos monetarios. Entran a jugar su papel los bancos.
Los bancos son el nexo indispensable, el vínculo obligado entre los inversionistas, los que desean ahorrar y los recursos disponibles. Estos recursos serán utilizados por quienes estén dispuestos a pagar confiados en el uso prometedor que darán a éstos.
De este modo comienza la descentralización de las inversiones de fondos, para ser de carácter individual “el modo” y lugar” en que éstas se realizarán. En las economías de mercado la competencia entre bancos asegura que las tasas de interés sean lo más bajas posible, y por ende los bancos que sean administrados con eficiencia tendrán réditos (ganancias) satisfactorias.
La mano invisible de las economías de mercado.
¿Qué producir? y ¿para quién? En este mundo de recursos tan limitados, han sido cuestionamientos inherentes a todas las sociedades a través de la historia. Con los albores del siglo XX dos sistemas económicos bien diferenciados han brindado alternativas diferentes: las economías de comando –dirigidas por un gobierno centralizado-, y las economías de mercado con sustrato empresarial. Los acontecimientos de la década de los 80 y su repercusión en las economías de los países ex-socialistas han mostrado la incapacidad del modelo centralizado para satisfacer el crecimiento económico, brindar prosperidad o al menos brindar un poco de seguridad económica a los ciudadanos.
No es de extrañar (sin embargo) que la mayoría de las personas vinculadas de uno u otro modo al término economía de mercado desconozcan los principios y mecanismos de ésta o los entiendan mal. Esto se debe, en parte, a que “la economía de mercado no es una ideología, sino un conjunto de prácticas e instituciones comprobadas por el tiempo, sobre el modo en que los individuos y las sociedades pueden vivir y prosperar económicamente”. Las economías de mercado por su naturaleza misma, son “descentralizadas, flexibles, prácticas y susceptibles de cambio”. El hecho modular de éstas es que no tienen centro, “en realidad, una de las metáforas básicas del mercado privado es la que alude a la mano invisible.

LIBERTAD INDIVIDUAL Y DEMOCRACIA POLÍTICA

Las economías de mercado pueden ser prácticas, pero también se apoyan en el principio fundamental de la libertad del individuo: “la libertad del consumidor para escoger entre los varios productos y servicios que compiten entre sí; la libertad del productor para crear o ampliar una empresa y compartir sus riesgos y recompensas; la libertad del trabajador para elegir un empleo o carrera, afiliarse a un sindicato o cambiar de empleador”. Esta afirmación de la libertad, del riesgo y la oportunidad, es lo que une a las modernas economías de mercado con la democracia política”.
Aunque esto no elimina los rasgos inequitativos o de abusos –muchos de ellos graves- anula que la fusión de las modernas economías de mercado con las democracias políticas, ofrecen una perspectiva mejor para preservar la libertad y ofrecer causes amplios para el crecimiento económico y la prosperidad.

PRODUCCIÓN Y VENTA

Todos Los países del mundo producen y venden algún producto. Por ejemplo, pan, leche, casas, etc. Y en casi todos los procesos productivos son similares para producir el pan; un hombre utiliza harina, agua, sal, levaduras, azúcar, etc.; lo amasan y lo llevan al horno. Pero, a pesar de estas semejanzas triviales, las economías de comando y de mercado se diferencian en sus procesos de decisión de precios, consumidores, cuáles y cómo.
Tomemos el caso de la producción de  calzado. En una economía comando, los comités de planificación del gobierno, expertos en producción y funcionarios políticos determinan los niveles de producción de esos zapatos y designan las fábricas que los van a producir. A la par, los comités centrales de producción, finanzas, precios, etc, colocan el precio de los productos y los salarios de los trabajadores relacionados con la confección.
Todas las decisiones emanan del centro con opciones limitadas. Por lo general y es nuestro caso, los productos se agotan rápidamente y no llegan a satisfacer las necesidades de los consumidores o, peor aún, se congelan en vidrieras debido, debido sobre todo a la mala calidad y el diseño inconsecuente de la prenda (por demás necesaria en extremo)  Si los planificadores toman medidas, elevan la producción, o ante la carencia material, elevan los precios por unidad, o los mezclan ambos. En este caso todo es simple, pero cuando la producción debe diversificarse en función de las necesidades crecientes de una población que vive bajo el régimen de las economías de comando, los mecanismos centrales de planificación comienzan a faltar y con ellos la economía del país falta también.
“Esto no ocurre así en las economías de mercado, donde ningún ministerio gubernamental decide cuántos zapatos hay que fabricar o cuál será su estilo o color. Cualquier compañía o individuo podrá tomar estas decisiones sin reparar en costos de producción., lo cual da lugar a una competencia directa entre firmas que fabrican y venden el producto, y esta competencia lleva el consumidor a elegir entre estilos, materiales y marcas”.

OFERTA Y DEMANDA

Se ha visto que la ecuación que rige el mercado no sólo depende de la variable que aporta el consumidor: la demanda; si bien ésta es la más fuerte, pues el consumidor en cualquier tipo de economía decide cuándo, cómo y que comprar, siempre hasta el límite de sus presupuestos.(aunque le gustaría tener más medios con que adquirir más bienes o servicios), también depende de la oferta influye en la ecuación. Mientras mayor sea la demanda, tanto mayor será la preocupación de las firmas por elaborar más productos populares y competitivos. Pero siempre habrá que considerar, el nivel de ingresos del consumidor. “No importa que el consumidor sea joven o viejo, hombre o mujer, rico, pobre o de clase media, no, Cada dólar, peso, libra, franco, marco o yen que gasten es una señal, una especie de voto económico que les dice a los productores cuáles son los bienes y servicios que aquellas desean. El gasto del consumidor es la fuente básica de demanda para los productos que se venden en el mercado, y representan la mitad de lo que determina precios de mercado de los bienes y servicios. La otra mitad se basa en las decisiones de las empresas sobre lo que se va a producir y la forma en que habrá de hacerlo”.
Soluciones mágicas ¿a qué? No. Las economías de mercado no brindan soluciones mágicas, por tanto el gobierno debe desempeñar un papel crítico que ayude a la corrección de los problemas que no pueden ser sueltos por los sistemas demarcados privados. Las cuestiones de la política pública afectan también las economías de mercado: la inflación, el desempleo, la pobreza, las barreras al comercio internacional, etc. No obstante, las barreras al comercio internacional, etc. No obstante, al compararlas con las economías centralizadas con escasez  crónica y su influencia ineficiente, el sistema de economía de mercado ofrece mayores potencialidades al desarrollo tecnológico, económico y a la prosperidad.
Detengámonos en un término interesante: la inflación.
Este es uno de los puntos de controversia más difíciles para argumentar. Según el profesor R.M. Dunn, de la universidad George Washington, la inflación “es un aumento del nivel de precios promedio de los bienes y servicios que se producen y venden en una economía. Se puede presentar por dos razones: la gente aumenta sus gastos con mayor rapidez de lo que los productores pueden incrementar la oferta de bienes y servicios; y cuando hay una disminución de dicha oferta para los consumidores y/o productores, se elevan los precios”. A veces se describe la inflación como una cantidad cada día mayor de dinero, en pos de un número de bienes cada vez menor u por lo general puede ser observado en el incremento de cuentas de ahorro y dinero circulante. Este fenómeno no es ajeno a las economías de comando ni mucho menos, en realidad la oferta tanto o más que a las economías de mercado.

PRECIOS Y MERCADOS

Las economías de mercado y de comando se diferencian diametralmente en los ajustes de precios; en la primera, el precio de los productos que se venden en las tiendas por ejemplo –el caso del calzado- no los decide un comité de planificación del gobierno, sino que cada vendedor es libre de subir o bajar sus precios de acuerdo con la ,marea cambiante del mercado. Así, el alza de los precios persigue dos objetivo:.primero, hacer que ese tipo de artículo sea más caro que otros, por lo que el consumidor reducirá la compra de los caros y elevará su demanda de los más baratos; y segundo, puesto que el precio es más alto va directamente a los productores y vendedores de los artículos en cuestión –y no al gobierno- las ganancias de las firmas que los producen y comercializan se elevan, lo cual posibilita mayor capacidad para producir y vender más unidades. De igual forma, una firma se percata que la mayor demanda está en la ropa femenina y decide cambiar de giro y comenzar a fabricar las prendas más populares.
Se observa claramente que no se requiere de un comité planificador central para tomar ninguna de estas decisiones.
El proceso es más rápido y acelera la solvencia en la demanda de los consumidores, que desea adquirir lo mejor, pagar más por el artículo que desea adquirir para locuaz dejará de comprar otros bienes y servicios; mientras las firmas que producen los productos más populares recibirán mayores ganancias vendiendo a precios competitivos, las firmas cuyos productos sean indeseados y paguen demasiado por la elaboración de éstos, sufrirán pérdidas.
Al final aprenderán a producir y competir con eficiencia, elaborar lo que desean los consumidores a precios competitivos o desaparecerán o serán engullidos por empresas y firmas de mayores recursos.

“Este proceso básico opera en todos los tipos demarcados donde quiera que los precios están en libertad de subir y bajar incluido el trabajo personal, el de los comestibles y el del dinero que la gente ahorra o recibe en préstamo de los bancos”.

EL TRABAJADOR EN UNA ECONOMÍA DE MERCADO

El flujo de trabajadores que asisten a sus centros laborales pueden ser similar en países industrializados o no, que aplique la economía comando o de mercado. Pero coexisten diferencias ocultas en el modo de funcionar ambas economías y en suma son más importantes que las tenues semejanzas.
Sin una organización centralizada y planificada, en la economía de mercado el trabajador quede satisfecho con su salario. Significa que el binomio formado tiene un alto grado de libertad en decidir el inicio, los cambios o el término de la relación.
¿Qué mantiene este binomio empleado-empleador en una economía de mercado?.
En primer lugar, y de firma priorizada, en una economía de mercado el  tipo de empleo que puede obtener un trabajador depende de sus intereses, su capacitación y sus aptitudes individuales. El trabajador está en libertad de cursar la carrera que desee, pero sólo el más capaz alcanzará los peldaños que lo coloquen en el empleo solicitado. En los mercados competitivos, las firmas no se pueden dar el lujo de emplear o mantener trabajadores que no sean capaces de realizar las tareas para los cuales fueron contratados. De igual forma el trabajador que aporte más a la firma será más codiciado por los competidores y por ende, para retenerlo, las firmas mejorarán las condiciones de trabajo y salarios al nivel de las demás propuestas. Este es un fenómeno constante en los mercados laborales; la búsqueda no ocurre de manera periódica, los trabajadores de una economía de mercado deben tomar importantes decisiones sobre sus carreras en momentos claves de su vida. Al no existir una planificación central que decida quien va a trabajar en cada lugar y cuál será su salario , esta decisión será única y exclusivamente del trabajador. Así, los empleos, que exijan mayor capacitación y educación tienden a proveer de salarios más altos, porque esos trabajadores renuncian a años de trabajo renumerado a fin de adquirir las habilidades necesarias para acceder a varios puestos y porque la educación misma requiere inteligencia y arduo trabajo. No obstante, un factor importante es la demanda de empleos en la sociedad. En los precios del trabajo influye la demanda de los productos y servicios para los cuales se contrata a los empleados.
En consecuencia, los salarios de las distintas ocupaciones fluctúan con el tiempo, en general, por los cambios en los precios de esos bienes y servicios para el consumidor. Por ejemplo, cuando un automóvil sustituyó al caballo en los albores de este siglo, el salario de los herreros y fabricantes de sillas de montar cayo bruscamente, al tiempo que se elevó el de los mecanismos del ramo automovilístico.
La demanda de trabajadores con títulos universitarios, en los últimos años ha sido impresionante, sobre todo porque las tecnologías más avanzadas (como la informática) han invadido las empresas. Los especialistas en computadoras tienen una demanda creciente y por tanto los salarios son mejores. Así mismo, el comercio internacional  puede ser un factor importante para determinar la demanda general de empleos. Las industrias y empresas que son capaces de competir con éxito y exportar a mercados exteriores les ofrecen a los trabajadores más empleos y mejores oportunidades de hacer carrera, del mismo modo que las oportunidades de hacer carrera, del mismo modo que las importaciones de otras naciones les brindan a éstos, como consumidores, una mayor variedad de bienes a precio competitivo. El énfasis constante en producir lo que los consumidores desean, es la razón fundamental del alto grado de productividad del trabajo y otro recurso en la economía de mercado.

EL DESEMPLEO

Este fenómeno se hace más agudo en los países de una economía comando en tránsito a un sistema de mercado libre; aunque toda economía de mercado se ve en algún momento ante esta triste realidad. “Si bien la supresión del control estatal y los precios permiten que la oferta y la demanda –motores de todas las economías de mercado- funcionen sin trabas, también pueden causar una pérdida temporal de empleos”.
“A medida que los vientos de la competencia empiezan a soplar en toda la economía, obligan a las empresas no eficientes a cerrar sus puertas o a reducir el número de empleados a fin de sobrevivir”. El resultado aumento del desempleo, a medida que las empresas se aferran a disminuir sus costos. Sin vena materna del gobierno, muchas empresas con “plantillas infladas” y de propiedad estatal, no pueden sobrevivir en este nuevo contexto socio-económico.
Pero no toco es terrible. Al crearse el sustrato de privatización empresarial, nuevas oportunidades surgen para los inversionistas –nacionales o foráneos-, lo cual genera nuevos empleos, se contratan más empleados para producir mayor cantidad de bienes y servicios a la par de la liberación de precios. Proliferan las empresas de nuevo tipo, se diversifican y con ello el diapasón laboral se amplía y flexibiliza (al menos, teóricamente)
Por supuesto, el desempleo no desaparece ni aún en las economías de mercado más prósperas y mejor establecidas. Aparece el llamado desempleo friccional que no es más que el trabajador que no aceptó su primer empleo, o bien cambia de trabajo o recibe capacitación; esto refleja la libertad y movimientos de los trabajadores para seleccionar el empleo de mejor salario y condiciones general (de hecho, la competencia y la producción decrecerían si los trabajadores no tuvieran la libertad de proceder de este modo, pero en consecuencia hemos visto que se genera un cierto nivel de desempleo).

TIPOLOGÍA DEL DESEMPLEO

Los tipos más dañinos de desempleo son el cíclico y el estructural.
-Desempleo cíclico: se presenta cuando “en una economía el nivel de gastos y producción se desploman y el país entra en un período de recesión o depresión”. De hecho, el índice de desempleo cíclico es un indicador de severidad en esta crisis. Tenemos el ejemplo de la gran depresión, durante los años 30, cuando el 25% de la fuerza de trabajo mundial estaba sin trabajo sobre todo en Europa y los EE.UU. Las políticas monetarias y fiscales de los países tienen el propósito expreso de combatir este tipo de desempleo. Ya en este siglo, los especialistas han creado un conjunto estándar de directivas de estabilización –conocidas como políticas fiscales y monetarias que los gobiernos pueden usar para tratar de moderar (y en caso ideal, suprimir) esos episodios. “las políticas fiscales se sirven de los programas de egresos e impuesto del gobierno, para disimular la economía nacional en momentos de alto desempleo y baja inflación, o para moderarla en períodos de alta inflación y bajo desempleo. Para estimular el nivel de gastos, producción y empleo, el propio gobierno gasta más y cobra menos impuestos, aún cuando sufra el “déficit”.
Entonces tendrá que recurrir a un superávit compensatorio en algún momento futuro.
Para refrenar una economía recalentada  -donde los que desean trabajar tienen su empleo, pero los gastos y precios suben con rapidez- el gobierno implementa varios mecanismos para evitar que los precios lleguen a alturas excesivas. “Puede reducir sus propios gastos (gastos federales), elevar los impuestos, o ambas cosas, a fin de abatir los niveles agregados de egresos y producción”.
“Las políticas monetarias implican cambios en la oferta monetaria y en la disponibilidad de crédito de un país”. Esto implica que las tasas de interés se reducen (el precio del dinero baja) y facilita a los bancos otorgamiento de más préstamos. Con bajas tasas de interés se fomenta la inversión de empresas que intentarán su expansión y contratarán más empleados. A su vez el gasto de consumo se fomenta y se pone más dinero adicional en manos de la gente.
Hagamos una pausa para aclarar que estas variantes quasi-paleativas del desempleo cíclico no funcionan muy bien cuando el desempleo y la inflación se elevan al mismo tiempo, debido a que estas políticas-monetarias y fiscales –se han ideado para ajustar niveles totales de egresos a nivel de nación, pero no para lidiar con una caída más o menos repentina de la oferta, la cual constituye un disparador simultaneo del desempleo y la inflación. Un ejemplo de esto lo tenemos cuando en la década de los 70, el embargo a las exportaciones de petróleo por los países productores del crudo provocó enormes alzas de los precios, que repercutieron en la economía de todas las naciones industrializadas
Esa disminución de la oferta  elevó los niveles de precios, destrozando los niveles  de producción y empleo.
Para estos males los gobiernos implementan otros mecanismos que por su complicidad urdimbre técnica salen de nuestro propósitos ilustrativos.
-Desempleo estructural: “afecta a los trabajadores que mi tienen el grado necesario de educación, capacitación o experiencia laboral, para conservar sus plazas” , aun cuando este tipo de desempleo se manifiesta en un pequeño por ciento de trabajadores, la tarea de aliviarlo es lenta y cara, es una razón para que el programa de educación de un país se manifieste en más oportunidades de tipo económico. Los costos personales de este desempleo son más graves y devastadores para la familia trabajadora que para la economía del país que pierde una producción que no realizó y no se podrá compensar.
Pero su parte, el trabajador, su familia, muchas veces lo pierde todo: ahorros, ingresos, la casa, los bienes, etc, esto produce depresiones individuales y en casos extremos el crimen.”Por todas estas razones, los gobiernos, con economías de mercado proveen prestaciones por desempleo durante períodos variables, amén de programas de capacitación de muchos trabajadores como el caso de Japón.

EL AHORRADOR SE CONVIERTE EN INVERSIONISTA

Hemos visto que los bancos que tienen más éxito ganan más dinero al actuar como intermediarios entre el ahorrador y el solicitante de préstamo y al servir de enlace, desempeña también un papel regulador en la inversión de los fondos ahorrados.
El ahorrador se convierte en inversionista,
Supongamos para ilustrarlo que dos jóvenes universitarios, deciden fundar una pequeña empresa que brinde servicios computarizados múltiples, con el fin de aprovechar sus habilidades y experiencias en este campo, y emplear sus fondos ahorrados.
Pero el capital inicial no es suficiente para mantener mucho tiempo una empresa. Tratarán de obtener entonces un préstamo bancario o vender participaciones en la propiedad de la empresa en cierres ( acciones corporativas) a personas que crean en la buena suerte de la empresa.
Pero esa venta se realizará a través de agentes corredores que operan en las casas de bolsa de todo el mundo. Las personas dispuestas a cooperar acciones deberán invertir parte de su dinero en la nueva empresa a cambio de la participación en ganancias futuras. Desde el punto de vista legal, estos accionistas se convierten en los verdaderos dueños de las empresas y obtienen derechos de votos por cada una de las acciones que compraron. Adquieren, además el poder de decidir sobre la elección de dirigentes y ejecutivos, y la ingerencia legal en las demás actividades.
Pero también comparen el riesgo de la empresa. Si ésta fracasa o desempeña mal su papel, perderán todo el dinero de la inversión. La otra cara de la moneda es el éxito.
Entonces las ganancias sobre la inversión serán mayores, podrá decidir si guarda las acciones para seguir obteniendo ganancias futuras o las vende a precios superiores a su inversión inicial (a estos efectos se han fundado las casas de corredores, firmas importantes que manejan los valores o el mercado de valores en distintos lugares).
Este ejemplo es clave para valorar la naturaleza misma de las economías de mercado; un proceso descentralizado, donde un gran número de personas toman las decisiones de inversión y solicitud de préstamos, en respuesta a las cambiantes condiciones de la economía, en lugar de que lo haga un pequeño grupo perteneciente al gobierno central. Más aún, quienes toman las decisiones de inversión y solicitud de préstamos, en respuesta a las cambiantes condiciones de la economía, en lugar de que lo haga un pequeño grupo perteneciente al gobierno central, Más aún, quienes toman las decisiones son los que arriesgan su propio dinero… y es eso, sin dudas, una fuerte motivación para decidir con cautela y astucia.

LACOMPETENCIA, OTRA VARIABLE EN LA ECUACIÓN DE LA ECONOMÍA DE MERCADO

Ya en 1776, el primero de los grandes economistas clásicos Adam Smith, señalaba las ventajas que ofrecía una economía de mercado a las personas que deseasen gozar más de los bienes materiales y servicios que se les ofrecían. “Al proteger sus propios intereses en mercados abiertos y competitivos, los consumidores, los productos y sus recursos económicos en la forma más valiosa posible para la economía nacional (por lo menos en lo que se refiere a satisfacer al máximo lo que la gente desea).
Los incentivos para que la gente trabaje con ahínco, gaste con cautela, ahorre e invierta, emanan de la competencia.
Smith describía este rasgo de las economías de mercado, como si la gente fuese inducida y luego conducida por “una mano invisible” que la hace trabajar y actuar de acuerdo con el uso eficiente de los recursos “aún cuando-decía-esto no formaba parte de sus intenciones originales, por cuanto produce algo que otros desean y por lo cual están dispuesto pagar”.
Esta sensación de bienestar no fuera posible sin la competencia y es aplicable aún en casos en que el gobierno sea el dueño y/o administrador de las dependencias productoras comercializadoras. “La eliminación de la competencia produciría, inevitablemente, una supresión de incentivos mercantiles poderosos para ofrecer un buen servicio, productos de alta calidad y precios bajos”. En general, al descentralizar el control de los recursos económicos y dejar que el productor individual decida qué y cómo habrá de producir para satisfacer a sus clientes, la competencia y el interés propio garantizan que “la mayoría de los recursos disponibles en la economía de mercado se usen con eficiencia, se empleen de forma más valiosa de acuerdo con la demanda y las compras de los consumidores”.

PAPEL DEL GOBIERNO EN LAS ECONOMÍAS DE MERCADO

En primer lugar, el gobierno no toma el lugar del mercado, sino que mejorará el funcionamiento de la economía de mercado; de hecho el gobierno debe lograr un equilibrio entre las decisiones de regular o intervenir en el libre juego de las fuerzas del mercado u los beneficios y costos que la intervención para producir.
El gobierno juega su papel en la defensa nacional, siendo la defensa de un país un bien muy diferente del pan o las computadoras. De hecho, los servicios de defensa nacional se brindan al ciudadano que los desea y al que no de igual manera, a lo que se llama bien público y se paga a través de los impuestos.
Además, el gobierno interviene en el control de la contaminación ambiental cuyo costo no se refleja en los precios a través de los mecanismos usuales del mercado y se denomina costo externo. Aquí el papel sigue siendo de rectificar del desequilibrio entre las compañías que afectan el medio ambiente y los perjudicados con la contaminación, obligando a los primeros a pagar e invertir en la limpieza y manutención del medio natural.
Aparentemente fácil, casi siempre la intervención del gobierno es complicada y raras veces  puede localizar el foco exacto de la polución y el monto total de los costos para la sociedad.
Otro rubro de vital importancia es la educación pública, siendo tal vez el ejemplo más significativo del gasto  y el apoyo del gobierno a un servicio considerado como generador de beneficios externos apreciables. Se considera, que si hoy se gasta, más en educación, tal vez a la postre se logren ahorros en los gastos públicos, privados necesarios para combatir la delincuencia, la pobreza y otros problemas sociales, y quizás eleve el nivel de aptitudes, flexibilidad y productividad de la fuerza de trabajo.
El gobierno en las economías de mercado “debe velar por el cumplimiento de los contratos entre compradores y vendedores, protegiendo e instituyendo el derecho a la propiedad privada y a las ganancias económicas obtenidas del uso de la misma”
Evitando que las economías de mercados se conviertan en caldo de cultivo para la exploración, el robo o el abuso. Un ejemplo de esta protección a la propiedad es el copyrigth ( derecho de autor) instituido para velar y alentar a científicos, artistas, escritores y amparar con cierto tipo de propiedad intelectual como libros, música, películas, software de computadoras, etc. Se llaman patentes a estos derechos cuando protegen a otros tipos de inventos, diseños, productos y procesos de manufactura. Lo cual “añade el combustible del interés al fuego del genio”, como dijera el presidente norteamericano Abraham Lincoln.
Es inevitable que los gobiernos en las economías de mercado apliquen planes para la redistribución de los ingresos debido a la desigual capacidad para ganarse la vida de las personas o la falta de recursos necesarios para ello. Estos programas se conocen como
“red de seguridad social”.
Ya vimos al gobierno actuando en políticas fiscales y monetarias para controlar la inflación, la depresión económica, el desempleo, regular las tasas de interés, etc.

EPÍLOGO

En cualquier tipo de sistema económico, incluso en las economía de mercado, hay problemas que nunca pueden ser resueltos por completo o de modo permanente. Cada situación debe ser analizada con pragmatismo y cuidado, considerando la acción o de las fuerzas económicas y políticas.
“En esta coyuntura es donde un sistema político democrático –que aliente la desidencia y la discusión franca de asuntos políticos- puede contribuir con más eficiencia a la operación de una economía de mercado libre”.

 

Bibliografías y notas:
1- J.M.Bricall, introducción a la Economía, editorial Ariel, 1974, p-21 -42.
2- Idém.
3- Adam Smith, “An Inquirí into  the Nature and Causes of the Nations, 1776. Buenos Aires 1950, p. 33-120.
4- M. Walts, Jourmal of Economic Education, 1962. (J.E.E.).
5- Idém.
6- Democracia política: es cuando los ciudadanos tienen posibilidades de ejercer su poder de decisión en las tareas o consultas políticas y tienen un amplio campo de libertad de acción en este ambiente político: organizar partidos, expresar y publicar opiniones políticas y tienen un amplio campo de libertad de acción en este ambiente político; organizar partidos, expresar y publicar opiniones políticas aún cuando fueran de oposición, hacer reuniones, etc. Más típico de las sociedades occidentales de economía de mercado. Ciclo 2.”Cívica: “Vivimos en sociedad”, CCFCR, P.R,p,4-10.
7- M. Walts, Review of Economics and Statics, Junio 1991.
8- Idém.
9- Idém.
10-R.M. Dunn Jr. R.E.S, junio 1991.
11-Idém.
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14-Idém 1; Diccionario Econ. Mundial. Edit. América. Panamá 1979.
15-Idém.
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17-Idém.
18-“El Japón de hoy”, Correo de la UNESCO, 1989.
19-Idém. 4.
20-Idém.
21-Idém.
22-R.M. Dunn Jr, R:E:S: 1992. (sept).
23-M.Watts, “Wath is a Democracy”, R:E:S: junio 1992.