julio-agosto. año II. No. 8. 1995


DANZA

 

LA BAILARINA ROMANTICA

 

por Rolando Díaz.

 

Una feliz unión matrimonial: Guillermina Agüero Valdés, consolareña, hija de padre mambí, (el comandante del Ejército Libertador Juan Agüero Estrada y de Dolores Valdés Díaz) y el doctor José Montoro Céspedes, natural de Málaga, España, ciudadano cubano, exégeta de la masonería nacional, probo magistrado, brillante abogado, orador, respetado ciudadano.

Fijan su residencia en la villa consolareña, pronto la familia aumenta con la llegada de dos hijos que completan la felicidad conyugal: María Augusta Dolores Montoro Agüero-Marylola- y José Enrique Montoro Agüero-Pepito-, los que seguirían los pasos dados por el progenitor en el estudio de la carrera de Derecho, en la que alcanzaron notoriedad, a la vez que incursionaron con éxito en el vasto campo de las letras.

De temprana edad ambos hijos, deciden sus padres trasladarse hacia la capital provincial y residen en la calle Martí 173, en la parte que los pinareños identificaban como el Paseo de Estrada Palma o Malecón.

Cursan ambos hermanos el primer grado en el colegio Inmaculado Corazón de María y por la no admisión de varones, y no querer los progenitores la separación de ambos, continúan sus estudios en la academia "Raymat", de donde pasan al Instituto de Segunda Enseñanza, graduándose de bachilleres en Ciencias y Letras, con brillantes notas.

Más tarde, en la Universidad de La Habana, Marylola y Pepito se gradúan de doctores en Derecho. Marylola se desempeña como profesora, asesora jurídica en la zona, fiscal provincial, y obtiene por oposición, el cargo de notario público, con residencia en Consolación del Sur, su querida ciudad natal. Más tarde es nombrada profesora de la Cátedra F del Instituto de Segunda Enseñanza pinareño.

Al crearse la Dirección Provincial de Educación se le traslada del Instituto, a asesora legal de dicha Dirección y con posterioridad, al crearse por la Revolución la Sub-Dirección Provincial de Administración de Educación, es designada para dirigir el citado organismo, que simultánea con la asesoría, así como la secretaría de la Comisión Provincial de Subastas. Se le designa además para impartir clases a los maestros de especialidades, integrados por maestros públicos, labor que comparte con su hermano Pepito.

Más tarde por motivos de enfermedad y pensando en una pronta y total recuperación de la salud, acepta laborar en la Dirección Provincial del Ministerio de justicia se desempeña como directora de los registros de la Propiedad de Inmuebles, hasta que se acoge a un bien ganado retiro, por prescripción facultativa.

Desde muy joven cultiva la poesía, escritora de fino estilo, aunque confiesa que ha evitado- quizás por modestia- publicar su obra, y recuerda que a los cinco años hizo su primera décima basada en un lamentable suceso ocurrido en la Carretera Central. Siente en lo más íntimo escribir poesías, con las que ha ganado el reconocimiento de todos, así, es autora de un folleto titulado "Cobardía", sonetos, poemas-afro, cuartetas, tercetas, endecasílabos, sin seguir- según confiesa ninguna escuela establecida, ni métrica, sino con versos libres, rimados, oraciones, que ha leído en la Santa Iglesia Catedral, ermita La Caridad, bibliotecas, logias masónicas y en especial "Roberto S. Reinhardt", donde su progenitor se desempeñó y brindó siempre sus mejores entusiasmos y conocimientos; ha ofrecido además, conferencias y en la parroquia consolareña ha brindado ilustrativos trabajos sobre la fundación de la villa. Sobre la obra de su hermano Pepito, escribió versos, que tiene en perspectiva publicar en un folleto o pequeño libro que ha recopilado con el título provisional "Con nombres y apellidos". También prepara una recopilación de versos que ha titulado: "Ecos de mis raíces", de posible publicación y se autodenomina "Poetisa de gavetas viejas". Graduada de la escuela de idiomas "Andrés Bello", recuerda su estrecha vinculación en gustos y preferencias con su hermano Pepito; en el hogar la felicidad, junto a su esposo, el doctor Luis Enrique Trujillo.

El doctor José Enrique Montoro Agüero -Pepito-, nació en la villa consolareña, el 28 de mayo de 1927, falleció el 20 de abril de 1985, en la ciudad de Pinar del Río, donde residía en unión de su esposa Luisa Perdomo Suárez y sus hijos: José Pedro, Luis Guillermo y Juan Ernesto.

Siendo estudiante de Derecho, carrera que realizó por estudios de la enseñanza libre, trabaja en el bufete jurídico comercial de Consolación del Sur, donde se desempeñaba como mecanógrafo. Más tarde en la Junta Electoral Provincial, y al graduarse de doctor en Derecho fue nombrado secretario de la Audiencia de Pinar del Río, hasta 1959, en que se presenta a oposición convocada al efecto para ocupar plazas de magistrados, y obtiene la correspondiente a la Audiencia pinareña.

Más tarde, presidente de la misma, siendo el más joven que ocupó ese cargo en la magistratura cubana y se dio el caso, único, de que padre e hijo fueran magistrados al mismo tiempo, Montoro Céspedes, en la Audiencia de Santiago de Cuba y Montoro Agüero en la de Pinar del Río. En 1971 pasó a ocupar la asesoría jurídica de la Dirección Provincial de Salud Pública, estando en el desempeño del citado cargo hasta su deceso.

Graduado en francés y ruso en la escuela de idiomas "Andrés Bello" escribía para la televisión sus recordados programas: Conflictos Humanos y Domingos de Amor, labor que realizó durante varios años. Se destacó como brillante conferencista, impartiendo las mismas en centros culturales, logias masónicas, pues fue destacado miembro de dicha institución fraternal, y gran admirador de nuestro Héroe Nacional, de cuyas obras era asiduo lector y estudioso de sus múltiples facetas, escribió poesías, pero su fuerte fue en literatura, como dramaturgo. De extensa producción literaria -más de 25 obras conocidas- obtuvo resonantes éxitos en tal aspecto de su vida, Primera Mención en el concurso de la revista y grupo "Prometeo", Primer Premio y Mención Especial en el concurso "Luis de Soto", auspiciado por el Patronato de Teatro, con las obras "Desviadero 23 " y "Tiempos y espacios" y el estreno en la sala Talía de la primera obra mencionada que se mantuvo en escena por más de tres meses a teatro lleno. Fundador de los Talleres de Dramaturgia, fue galardonado con el Primer Premio en el encuentro de ese movimiento a nivel nacional por su obra "En paz descanse".

En 1978 obtiene en el concurso Teatro Estudio el Primer Premio, con su obra "El feliz cumpleaños de Lala Rumayor". En muchas ocasiones, cedía sus obras a grupos de aficionados en distintas cooperativas pinareñas, los que asesoraba y dirigía, en las oportunidades que le permitía su muy ocupado tiempo.

Se desempeñó como actor haciendo distintos papeles, algo que le complacía y le permitía satisfacciones.

Entrevistado en distintas oportunidades, y en referencia a su labor como escritor declaró: Dentro de mi producción, "El feliz cumpleaños de Lala Rumayor" es una reafirmación y al propio tiempo un camino nuevo. Reafirmación, por lo que contiene de denuncia sobre conductas negativas, surgidas al calor de un personalismo y un acomodamiento incompatibles con los principios de nuestra sociedad, en obras anteriores, hay denuncias frontales a males endémicos de una etapa política y social superada, y aunque en la generalidad de los casos el desarrollo temático sea de un interior familiar, el medio ambiente es el motivo central y se erige por derecho propio en el protagonista.

Desde su obra E.P.D., inició una línea expresiva que posibilitara una identificación más estrecha y efectiva con el pueblo a quien dirigía toda su producción y en cuyo manejo -decía- se sentía más cómodo y seguro.

"Desviadero 23" y las restantes asumieron un estilo totalmente dramático y los problemas quedaron tratados con excesiva seriedad y en ocasiones angustiosas.

Al final confesaba: Reconozco mi férrea terquedad para insistir después de ocho o más horas de jornada laboral y en medio del ritmo bullicioso cotidiano, de un hogar compartido por tres hijos en plena adolescencia, un tocadiscos escandaloso, un televisor que no descansa, una esposa que aprovecha para contarme incidencias domésticas o de su trabajo, y un perro pastor en pleno desarrollo, excesivamente cariñoso y con cuerdas vocales demasiado potentes. Creo que en otras condiciones, no podría escribir. Me siento rodeado de la vida, del bienestar común y el optimismo. Terminé -declaraba- "La mano de Macorina" y organizo ideas de la que tentativamente he titulado: "Reunión de familia".

Las más relevantes figuras de la escena en nuestra patria, integraron los elencos que posibilitaron el disfrute por los espectadores de sus creaciones literarias. Con la dirección de Raquel Revuelta y el grupo Teatro Estudio, fueron llevadas a escena distintas obras en las que figuraron entre otros: Silvia Planas, Juanita Capdevilla, Paula Alí, Leonor Borrero, Omar Valdés, Florencio Escudero, Aida Busto, Inés María López, Miriam Learra, Marta Farré y otros muchos. Abelardo Estorino en la puesta en escena, con la colaboración de Marta Valdés en la musicalización y otras reconocidas figuras en la parte técnica, y la sede, la sala Hubert de Blanck, tan frecuentada y conocida. Las programaciones, lunes y de miércoles a sábado, en horarios de cuatro de la tarde y 9.30 de la noche y los domingos a las tres de la tarde y se repetían a las cinco.

Provechosos resultados de trayectorias afines que nos hacen sentir satisfacciones como coterráneos, complacencias de sus progenitores que en el marco de la sencillez impulsaron y cultivaron aquellas inteligencias, resultados óptimos un tanto desconocidos, y que en esta oportunidad nos permiten exponer con legítima satisfacción de quien les conoció, trató y disfrutó, de una cosecha que todavía no ha sido expuesta a plenitud, y que en otra oportunidad haremos como justo reconocimiento a sus protagonistas.

Marylola, la única sobreviviente de esta apreciada familia, tiene un pulcro hogar, donde junto a sus recuerdos, guarda libros, documentos, poesía, inquietudes literarias, memorias, su fe, el culto a la amistad, en fin, todo cuanto engrandece como tal al ser humano, sus satisfacciones, las letras, a las que rendirá permanentemente culto mientras viva, sus poemas, sus nobles sentimientos, su amor a tierra que lo vió nacer, sus alegrías y tristezas, sus emociones; en su mundo, inmenso, grande, donde continuará escribiendo, para satisfacer sus deseos, para complacer a todos.