mayo-junio.año 3.No 13.1996


EDITORIAL

"II ANIVERSARIO:MODERACIÓN Y DIÁLOGO"

 

Agradecemos a quienes nos han dado su luz, sea del candil que sea: ha sido luz. Agradecer a los que han sostenido este esfuerzo con sus artículos, opiniones, reflexiones. Gracias a los que nos han pedido perseverar en el contenido y a los que nos han pedido moderar el lenguaje.

Gracias a los que nos han pedido crecer en suscripciones y mejorar el diseño. Gracias a quienes nos han pedido más sobre el tema de religión y a los que nos piden más sobre todos los demás temas. Pero más agradecemos a los que nos han criticado fuertemente y nos ponen en entredicho: ellos nos hacen reflexionar cada noche sobre la seriedad y la repercusión de nuestra humilde revista.

Nadie presta mayor servicio a "VITRAL" que quienes más la critican: ellos la toman en serio, la reconocen y la respetan. ¿Qué más puede pedir una modesta publicación de provincia?

Pero no debemos caer, nosotros también, en la tentación de detenernos en el vitral... al comenzar el tercer año de esta ventana: miremos hacia fuera, alcemos la mirada, escrutemos "los signos de los tiempos"...

Una enigmática y vehemente reflexión que hizo Jesucristo a sus contemporáneos nos pudiera servir en este momento a todos:

"Al atardecer ustedes dicen: Habrá buen tiempo porque el cielo está rojo y encendido. Y por la mañana: Hoy tendremos mal tiempo porque el cielo está rojizo hacia el Este. Saben pues interpretar los aspectos del cielo, y no saben interpretar los signos de los tiempos?" (Mateo 16,2-3).

Nuestro amanecer al tercer año de "VITRAL" tendrá los mismos carriles, no los de una ley extranjera, no los de la obstinación y el conservadurismo, no los de las soluciones extremas y la confrontación violenta, sino los únicos que creemos que darán nuestra luz a nuestro futuro: la moderación y el diálogo.

Moderación es encontrar el modo de hacer lo mejor posible lo que hemos decidido hacer. Es encontrar el lenguaje adecuado para comunicar con los que desean oír. Es encontrar la proporción progresiva en que queremos transmitir el mensaje. Moderación no es dejar de hacer lo que hemos decidido, ni esconder tras un lenguaje insuficiente lo que debemos comunicar, ni mutilar el mensaje por encontrar la proporción. VITRAL quiere la moderación.

Diálogo es decir lo que pensamos y creemos sin hipocresías pero sin faltar el respeto al otro. Diálogo es debatir en lo que no coincidimos para comprender por qué discrepamos. Diálogo es proponer todas las alternativas que conlleven al bien común. Pero diálogo no es disimular lo que pensamos y creemos, ni coartar el debate de nuestras discrepancias, ni dejar de decir las discrepancias y las alternativas por miedo o por complacer a los demás. VITRAL quiere el diálogo.

Tenemos mucho que aprender e interpretar. Debemos levantar la mirada de los rastreros intereses y mirar a los altos ideales, a las metas altas... a las luces nuevas que siempre llegan luego de las más cerradas oscuridades.

Ánimo: la libertad de la luz ha iluminado siempre nuestras palmas. Así ha sido siempre en el amanecer. Así ha sido siempre luego del implacable ciclón tropical. Así ha sido siempre en Cuba. 

VITRAL cumple dos años.

Este tiempo es don de Dios y esfuerzo de los hombres. Por tanto es hora de acción de gracias y aliento reposado.

Cuando se abre una ventana, mucho tiempo cerrada, el aire nos puede impactar en el rostro, la luz cegarnos al momento y no dejarnos gozar en paz de la visión que se abre ante nosotros. Esos son los inicios de cualquier obra. Pasado el primer tiempo, aprendemos a fijar nuestra mirada en el panorama que alcanzamos ver, para contemplarlo, para llenarnos de su luz, para informarnos de su acontecer, para conocer sus caminos y descansos, para escrutar sus espacios y rincones…

Ante lo maravilloso de mirar fuera y lejos; ¿Cómo detenernos ante lo estrecho del marco, ante el diseño de la ventana, ante los matices del ventanal que serán siempre más pobres y opacos, más reducidos y contrastantes, que el horizonte que nos permite contemplar?

Así son, a veces, nuestras actitudes: nos fijamos más en el marco que en el óleo; nos detenemos más en la casa que en sus moradores; nos pasamos el tiempo fijándonos más en el ómnibus donde alcanzamos entrar que en las personas que van en él y en los paisajes que con solo mirar fuera, disfrutaremos.

Pobre y limitado ha sido este VITRAL ante la inmensa riqueza que nuestros colaboradores han puesto en nuestras manos. Estrecho ha sido ante la amplitud de las opiniones reflejadas en los artículos. Opaco ha sido el ventanal ante la intensidad de la luz con que la libertad de expresión de los autores nos ha inundado. Ha ido creciendo VITRAL… pero más rápidamente que él, han crecido las expectativas y exigencias sobre su contenido y su forma. Sabemos bien que ninguna ventana es suficiente para contemplar todo el horizonte, que ninguna puerta puede encauzar los insaciables pasos del peregrino… Sabemos que sólo abriendo más ventanas y ensanchando las puertas, podrá encontrar cada caminante su espacio y su camino.

Nadie puede aspirar a ser la única puerta, ni el único espacio: Abrir más espacios, muchos senderos y más cauces, es la única forma de saciar la sed del caminante y enrumbar el torbellino de los ríos imparables que salen del corazón humano. Quien cierra: encierra, debilita, empobrece. Quien abre: crece, robustece la obra, enriquece la mirada y endereza caminos.

Por eso VITRAL se alegra de los nuevos inicios y cauces, de los nuevos espacios y alternativas. Y aprende de ellos que hay que abrir y equilibrar; que hay que escuchar y debatir; que hay que estudiar y admirar toda obra buena, venga de donde venga. Si se cierran las ventanas no hay luz para aprender, ni espacio para equilibrar, ni intentos por encauzar. En la oscuridad solo hay espacio para tropezar y muchas probabilidades para caer.

Por eso nos detenemos a aprender en este II Aniversario.