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enero-febrero.año2.No11.1996 |
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BIOÉTICA |
BIOÉTICA por Antonio M. Padovani Cantón |
Desde hace 24 años la palabra "Bioética" ha irrumpido en el vocabulario del hombre, designando una ciencia que, como su nombre lo indica, se dedica a analizar los problemas de la vida desde un punto de vista moral. En griego "bio" significa "vida" y "ethica" estudio de la moral y la Bioética se define como: El estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de salud, en la medida en que esta conducta se examine a la luz de valores y principios morales"1. Muchos la consideran como una rama de las ciencias médicas incluso llegan a confundir con la ética médicas pero, si bien es cierto que el ejercicio de las- ciencias médicas requiere de una alta dosis de ética; la Bioética es una ciencia independiente, vinculada a las- ciencias sociales y las ciencias médicas no son más que uno de sus campos de estudio. La Bioética analiza los valores morales de la vida y su principal problema es precisamente qué valor tiene la vida humana. La moral es un conjunto de valores considerados como buenos y el hombre tiene una actitud moral cuando su conducta coincide con lo estipulado como "buenos" en su grupo social. La moral tiene carácter subjetivo 2 y cambia según la sociedad que analicemos o la época en la que valoremos esta sociedad, incluso en una sociedad determinada, en una época bien definida, existen de hecho distintas tendencias morales entre los diferentes grupos poblacionales. La moral varía según el sexo, la edad, las creencias sociales o religiosas y el origen étnico de cada grupo moral predominante es la que acepta la mayoría de la población, pero esto no quiere decir que no sean válidos conceptos morales no predominantes, la moral de cada individuo o grupo es válida como moral individual o moral grupal e incluso debe ser aceptada por los demás en la medida en que no afecte los criterios morales del resto de la población. Como vemos, si la moral puede variar considerablemente de un país a otro, de una sociedad a otra, de un grupo a otro e incluso de un individuo a otro, el análisis moral que se haga sobre un hecho determinado puede variar de acuerdo con los criterios del que hace el examen y por tanto, las respuestas a los problemas planteados por la Bioética pueden ser muy diferentes, según de quien provengan. En la acción de salud hay dos componentes bien definidos: El trabajador de la salud y el receptor de su atención y... ¿son siempre coincidentes los criterios morales de ambos?, los del trabajador de salud los recoge la ética médica y ¿quién analiza los de los pacientes? La respuesta es sencilla: la Bioética. La Bioética abarca los criterios morales de todos. En cuanto, se relacionen con la vida, hablamos de la atención de salud, pero esta ciencia recoge aspectos tan diversos como la ecología, los crímenes de guerra, las guerras, la pena de muerte, los derechos del hombre a la vida, a la salud y a otros menesteres y en general todo lo que en mayor o menor medida, directa o indirectamente, afecta la vida humana. La Bioética en su análisis ecológico estudia los problemas que afectan el medio ambiente, la vida de las plantas y animales, el "derecho" que tenemos a extinguir especies vegetales o animales, o a permitir que otros lo hagan, el 'derecho' que tiene el hombre a contaminar los ríos y mares, a desertificar tierras fértiles o a destruir la capa de ozono. ¿Tenemos estos derechos? Por todo lo expuesto debemos reflexionar y preguntarnos. ¿No es la Bioética un problema de todos? ¿No tenemos todos los derechos a conocer y a opinar sobre lo que afecta nuestras vidas? Tenemos todos no ya el derecho, sino el deber de preservar la vida en todas sus manifestaciones y sobre todo la vida humana, pero tenemos todos también el deber de preservar el mundo en que vivimos. La historia de la Bioética comienza oficialmente en 1945, cuando una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, las potencias vencedoras conocieron en detalle la magnitud de los crímenes cometidos por el fascismo. Los campos de concentración nazis revelaron secretos que rebajaban la dignidad de los verdugos más que lo que ellos habían rebajado la de sus víctimas y entonces se decidió juzgar estos crímenes para lograr que nunca más se repitieran. En 1946 un tribunal internacional, reunido en Nuremberg juzgó a criminales de guerra nazis acusados de crímenes contra la humanidad, otros no fueron apresados y algunos capturados no fueron llevados ante el tribunal, pero más que juzgar a hombres se juzgaron ideas y conductas. Así la humanidad conoció de genocidios deliberados contra minorías étnicas, de experimentos médicos con seres humanos que les costaban la vida a estos, de cómo los prisioneros eran sometidos a congelación o a torturas, sólo para conocer hasta dónde podía soportar el ser humano, y estas investigaciones se hacían en nombre de la ciencia. Nuremberg juzgó y condenó, parecía que la humanidad, harta de crímenes no aceptaría otros de tal magnitud, pero Cambodia dejó pálida a la Europa de los años 30 y 40, los crímenes contra su propia población, en 1976, 77 y 78 en este país indochino, demuestran que el respeto a la vida aún no se ha alcanzado. La historia de la Bioética continúa con la aparición de máquinas que permiten mantener respirando a una persona cuando ya no es capaz de hacerlo y entonces nos preguntamos: El que ya no es capaz de respirar por sí mismo ¿Está vivo o muerto? Este dilema hizo que en los años 50 cambiaran los conceptos de muerte, aceptándose que una persona puede estar viva aún cuando no sea capaz de respirar por sí misma. Estos conceptos de muerte han tenido variaciones, la aparición de los transplantes de órganos vitales como corazón e hígado, la prolongación excesiva de la vida, han hecho surgir dramas como el de Karen Ann Quinlan, que después de años en coma irreversible, respirando por un equipo, sin conciencia ni esperanzas de variar esta situación, sus familiares pidieron que se le dejara descansar en paz, los médicos se negaron y el 31 de marzo de 1976 en el Tribunal Supremo de New Jersey, el juez Richard Hugues emitía un veredicto histórico al considerar que aquel conflicto no era médico ni judicial, sino moral y que por tanto debía ser decidido por un grupo de personas que incluía médicos, líderes religiosos y líderes de la comunidad, esta fue la primera vez que un grupo de personas no vinculadas a la salud, decidían sobre la vida de un paciente. El criterio unánime fue que si ya Karen Ann no tenía vida era correcto dejarla morir en paz. Niños con retraso mental dejados morir por sus padres al nacer, por enfermedades susceptibles de ser tratadas, niños muertos en el útero materno, donde debían considerarse más seguros, embriones humanos utilizados para experimentos en nombre de la ciencia, ancianos o retrasados mentales asesinados en nombre de la piedad, pacientes tomados para experimentos peligrosos, sin su consentimiento, en nombre del progreso de la humanidad, pacientes violentados en su autonomía, manipulados por médicos que los someten a tratamientos de dudosa eficacia o a investigaciones tan riesgosas como innecesarias en nombre de su supuesto beneficio. "El árbol se conoce por sus frutos" (Mt 7.17-20) y ¿cuál es el fruto de la ciencia que veja?, ¿de la piedad que asesina?, ¿del progreso que pone en peligro? o ¿del beneficio que humilla? El drama de la vida cotidiana es más intenso que la ficción más cruda: "Mujer en la cuarta década de la vida, sana, madre de familia, cambia uno de sus riñones por un trabajo estable y definitivo", pudieron leer en un periódico de Tolouse los franceses en 1993 ¿cuál era el drama de esa madre de familia? Mujeres que paren hijos por encargo de otros, niños secuestrados para robar sus órganos, personas que se suicidan por cualquier motivo, cuerpos que se venden, se prostituyen, se llenan de drogas. Hambre, frustraciones, pérdida de la dignidad humana. Todo lo que hemos dicho son problemas que abarca la Bioética ¿No son problemas que le interesan? ¿No puede usted hacer algo para evitarlos? 12 Bioética no es una ciencia privativa de la profesión médica, es un problema que nos concierne a todos y en el que todos tenemos igual derecho a opinar, a respetar y a exigir respeto. La historia de la Bioética comienza oficialmente en 1946. Pero la preocupación por los problemas morales de la vida, por la santidad de la vida humana, son mucho más antiguos: "No matarás" (Éx. 20.13). Es tal vez el más antiguo precepto bioético que se conoce y exige respeto para algo que no fue creado por el hombre sino que le fue dado para que lo administrase y cuide: La vida. Los problemas de la Bioética son múltiples y diversos, pero todos tienen un común denominador: El respeto a la vida. Las respuestas a los problemas planteados por la Bioética pueden variar de acuerdo con los valores morales del que los emite, por tanto están acordes con la información de los analizadores. Esta ciencia, nacida en los EE.UU., ha alcanzado un alto desarrollo en este país y en algunos países europeos como Holanda y Alemania, pero ¿Son similares los problemas de esos países con gran desarrollo tecnológico a los nuestros? ¿Son similares los valores morales de la población de estos países a los nuestros? Creo que no, por tanto, es necesario reformularnos los problemas Bioéticos de acuerdo con nuestra situación y buscar respuesta de acuerdo a nuestros propios principios morales. Existen unos principios básicos en esta ciencia. Los más conocidos y estudiados son el trinomio autonomía, beneficencia y justicia, donde los primeros se refieren sobre todo a la atención de salud, donde lo que quiere el paciente y su capacidad y posibilidad de escoger y decidir sobre conductas diagnósticas o de tratamiento. Es la autonomía y el beneficio el que busca el profesional de salud al interactuar con el paciente es la beneficencia. Pero no siempre lo que el médico quiere que el paciente haga es lo que éste desea hacer y estos pueden dar origen a conflictos que pueden dificultar una buena acción de salud. La justicia es más completa, tiene varias acepciones, una es, el conjunto de leyes, de códigos, directivas, resoluciones, etc., regulan la actividad de salud, otra se refiere a la justicia distributiva donde se analiza si todos tenemos acceso a la salud, si los recursos se emplean donde y cuando hacen falta o se dilapidan o se ahorran excesivamente. Estos tres principios básicos son lo que más ayudan a analizar los problemas de la Bioética, pero para poder hacer esto es necesario abordarlos con gran sensibilidad humana, con integridad moral y con información sobre que significan estos problemas. Usted también hace la moral, sus opiniones pesan, sus criterios hay que respetarlos, por tanto, usted es participe de las dificultades de la Bioética. Pretendemos dar una visión general sobre esta nueva ciencia y su problemática para un futuro, abordar en detalles algunos de estos problemas. Queremos ante todo que comprenda que esta ciencia no es materia medica, sino que toda la sociedad debe ser participe de ella valorando, con sensibilidad, cuanto respeto debemos a ese don tan maravilloso que es la vida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
BIBLIOGRAFÍA -Boletín de la OPS vol. 108. No.5 y 6 mayo-junio 1990. -Vidal M. Moral de Actitudes T. II Moral de la Persona Ed. Cobarrubias G. Ed. Madrid 1990. -Juan Pablo ll. El Evangelio de la Vida. Carta encíclica. 25 de marzo de 1995. NR. Nueva sección: Con este articulo abre VITRAL un nuevo espacio para la reflexión y el debate BIOÉTICA es la sección para la defensa de la vida y para su permanente mejoramiento en salud y eticidad. La ofrecemos a los profesionales de la salud, educadores y toda persona de buena voluntad que desee enriquecer este espacio de VITRAL con nuevas transparencias.
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