Después de pasados los exámenes de ingreso a la Educación Superior, los resultados no fueron los mejores. Se ha informado a través de órganos de prensa oficiales que, además de gran número de desaprobados, se aprecia una baja en valores cualitativos, comparado con años anteriores. Se deduce entonces que la calidad de la educación, no solamente no es la mejor, sino que todo apunta a que va decreciendo. Reconozcamos y asumamos de una vez por todas que la Educación cubana se enfrenta hoy a una crisis profunda.
He sido testigo del esfuerzo de algunos profesores de preuniversitario por preparar a los estudiantes para estos exámenes. Muchos centros de estudio intentan estrategias para lograr resultados dignos, como por ejemplo, ubicar a los profesores más experimentados en duodécimo grado, y organizar los horarios para aprovechar al máximo el tiempo, entre otras. Pero sigue siendo insuficiente, porque sabemos que en un gran número, las deficiencias vienen de grados anteriores pues, las enseñanzas primaria y secundaria, han perdido mucha calidad.
Algo para destacar y que afecta el proceso educativo es el éxodo alarmante de maestros y profesores hacia otras profesiones mejor pagadas. Creo que es hora ya de que la dirección del país tome las riendas del asunto y lo asuma y revise como una prioridad.
Sería conveniente revisar los modelos pedagógicos, las metodologías, repensar los mecanismos de control de la calidad de la enseñanza, reforzar la formación de los educadores, y trabajar en la transformación esencial del Sistema de Educación cubano hasta convertir los centros educativos en comunidades educativas formadas por alumnos, padres, educadores y la sociedad civil. Trabajemos juntos y veremos cómo en el futuro estaremos orgullosos de la sociedad que lograremos edificar.
Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.
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