Esperando en un salón escuché la conversación que dos señoras entablaron durante el aguardo. Una de ellas estaba sentada a mi lado, era una señora de 65 años de edad y la otra, detrás de mí, tenía aproximadamente unos 50. La mujer a mi lado vivía en Las Minas, municipio de Pinar del Río y la de atrás había vivido su infancia y juventud en el mismo municipio, resulta que tenían en común más de lo que imaginaron en un comienzo de la charla.
La mujer más joven le preguntaba y comentaba acerca de muchas cosas las cuales le daban nostalgia, sobre todo, los buenos amigos, el cine, las calles, la hermosura del lugar. Ella comentaba acerca de la belleza del municipio y la señora a mi lado le decía que actualmente no era lo que en algún momento fue, que ya no tenían calles, ni esperanza de que las arreglaran. Cuando preguntó por el cine y recordaron los tiempos en que este funcionaba, se sentía añoranza en sus palabras, pero sobre todo me llamó la atención cuando la señora a mi lado le dijo que hace tiempo el cine solo se usa para reuniones exclusivas del Partido. No me pude aguantar y le pregunté ¿qué son las reuniones esas? A lo que ella contestó “las reuniones que hacen con los miembros del Partido, sobre todo cuando viene una visita al pueblo, y en ellas te dicen que es lo que debes decir a la visita”.
Es increíble, pensé, la manipulación de este pueblo por tantos años. Cómo dedican tantos recursos y tiempo a dar una imagen contraria a la realidad y no a solucionar problemas tan básicos que tienen que ver con la vida cotidiana de ese pueblo, como alimentos, medicinas, arreglar carreteras o utilizar un cine para proyectar filmes para la comunidad.
En las charlas que se tienen en Cuba, casi siempre se tocan algunos de los problemas que tanto aquejan, y también se habla de soluciones que podrían ayudar a mejorar la situación. Dar cobertura a estas soluciones puede ser muy beneficioso.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.