La eterna niñez económica de los cubanos

Miércoles de Livia

“Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado”

Margaret Mead

 

“No hay nada más difícil que organizar la economía de un país”- dijo un señor que en una cola rezaba para que no se acabara lo que quería comprar. “Esto no tiene remedio, el Estado no puede con todo”- agregó otra persona. Entonces alguien respondió: “Bueno, si no puede con todo, que suelte algo, porque esto no hay quien lo aguante”. Todos estuvimos de acuerdo en que es muy difícil lograr cierto equilibrio económico en el que todos salgan beneficiados, respetando todos los eslabones de la larga cadena. Pero en lo que no estuvimos de acuerdo es en que no tiene remedio.

Casi todos estamos de acuerdo en que, en casa, mientras dura la etapa de la niñez y la adolescencia de los hijos, los padres o tutores tengan el control absoluto de los ingresos y gastos, la responsabilidad de la economía hogareña. Y por igual, estamos de acuerdo en que a medida que avance la vida, los jóvenes vayan participando en la planificación económica del hogar y vayan también contribuyendo con los gastos, es decir, la responsabilidad se comparte y ya la carga del hogar está en varios hombros. Todo funciona mejor.

La palabra clave es “participación”. Lo mismo sucede a nivel de país. Es imposible que en un lugar donde el Estado posea y controle todos los recursos sin dejar que otros participen de manera real en la economía, las cosas funcionen bien. El sector privado es necesario para que en la sociedad se satisfagan la mayor cantidad posible de necesidades. Empresas privadas, cooperativas y estatales trabajando juntas, logran un mejor efecto. Es hora ya de que el gobierno cubano abra las puertas a las diferentes formas de propiedad, respetando verdaderamente su derecho de existir y coexistir junto a la empresa estatal. La economía cubana está sumida en una crisis profunda y muchos cubanos estamos a la espera y deseosos de participar en esta, nuestra economía, mejor que en otra, a veces en algún lugar casi perdido en el mapa. ¿Será esta una de las maneras de remediar el problema de la economía cubana?

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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