Vivos, sueltos… y sin juicio pendiente

Miércoles de Livia

La pregunta más acostumbrada del cubano al saludarse es ¿cómo estás? La respuesta, ya es muy común: “Bien, vivo y suelto”. Apartando el matiz, más o menos humorístico, que esto pudiera tener, se puede advertir en qué se ha convertido la vida del cubano promedio. Triste.

El pueblo cubano tiene una capacidad envidiable para afrontar dificultades, es trabajador, emprendedor, y ha tenido que aprender a sortear obstáculos grandes y pequeños que existen en Cuba por leyes que limitan y coartan su libertad. La rutina diaria es bastante difícil. Así hemos sobrevivido.

Pero la vida normal no debe ser de supervivencia. No hay justicia alguna en esto, ni equidad. No debemos acostumbrarnos a eso porque “nos tocó”. Es muy peligroso que nos volvamos o nos mantengamos indiferentes o nos conformemos ante nuestra realidad actual, que nos aplasta y nos intenta quitar las fuerzas para defender nuestro derecho a una vida digna.

Hace poco alguien aportó algo nuevo a la frase acostumbrada: “…y sin juicio pendiente”. Más triste aún. Recordé entonces una respuesta que mi padre daba cuando le contestaban así: “eso no me dice nada, así están también los perros callejeros”.

Espero que en Cuba un día las personas se levanten con otra perspectiva de vida y volvamos a luchar por un sueño, a la par que vayamos trabajando por una Cuba nueva.

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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